Ponce, El Juli y Antonio Puerta se reparten ocho orejas en Murcia
El m¨¢s joven, que sustitu¨ªa a Roca Rey, dej¨® impronta de su calidad como matador de toros
Los diestros Enrique Ponce, Juli¨¢n L¨®pez El Juli y Antonio Puerta se repartieron ocho orejas y salieron hombros del coso de la Condomina en la segunda corrida de la feria de septiembre de Murcia.
Con tres cuartos de entrada, se lidiaron cuatro toros de Victoriano del R¨ªo y dos -segundo y tercero- de Toros de Cort¨¦s, bien presentados y que sirvieron, con excepci¨®n del que abri¨® plaza, deslucido.
Enrique Ponce, silencio y dos orejas.
El Juli, dos orejas y oreja.
Antonio Puerta, que sustitu¨ªa a Andr¨¦s Roca Rey, oreja y dos orejas.
Enrique Ponce no tuvo la menor opci¨®n con su primero, un toro que acus¨® el excesivo castigo en varas y que result¨® inservible.
El torero de las grandes tardes reverdeci¨® en el segundo de su lote, al que hizo mejor de lo que era en una faena de mucha inteligencia y maestr¨ªa en la que se faj¨® con el astado hasta sacarle tandas con la mano diestra de mucha calidad.
El Juli estuvo toda la tarde entregado en ambas faenas, con su t¨¦cnica prodigiosa y un arrim¨®n ante sus oponentes.
En su primero, al dibuj¨® muletazos de buena factura, el toro se resisti¨® en una primera tanda de naturales, pero la raza del diestro hizo que tras una serie de muletazos le presentara de nuevo la muleta con la zurda y lo obligara a tomarla, con lo que logr¨® imponer su voluntad.
Su segundo, m¨¢s pobre de cara que el anterior, tuvo fijeza y humillaci¨®n, condiciones que El Juli supo aprovechar hasta cuajar otra faena de m¨¦rito para la que el p¨²blico pidi¨® dos orejas, aunque la presidencia solo concedi¨® una. En los dos toros de su lote, dos grandes estocadas pusieron punto final a su buen hacer.
La tarde era de mucho compromiso para el m¨¢s joven del cartel, el diestro Antonio Puerta, que hab¨ªa entrado en sustituci¨®n de Roca Rey y que estos d¨ªas cumple su primer a?o de alternativa, pero es cierto que sus faenas tuvieron una calidad impropia de su a¨²n corto historial como matador de toros.
Su primero, que se par¨® al final de la faena, le ofreci¨® los mimbres m¨ªnimos para hacer un cesto de buena factura, que el espada supo utilizar con habilidad y buenas maneras, sobre todo con la mano diestra, con la que traz¨® varias tandas de muletazos templados y de bello trazo.
Pero lo mejor estaba a¨²n por llegar, y ocurri¨® con el que cerraba plaza, un astado que sali¨® suelto y que hu¨ªa del capote, pero que, al final, se ahorm¨® en las manos del torero y fue a m¨¢s, hasta el punto de que por momentos se presagi¨® que el p¨²blico llegar¨ªa a pedir el indulto.
Sin embargo, se raj¨® pronto, pero ya hab¨ªa ofrecido minutos de lucimiento para el espada, que aprovech¨® con muletazos y naturales largos y templados. Como hab¨ªa ocurrido en su primero, otra buena estocada fue suficiente para mandar al toro al desolladero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.