¡°Leer mala literatura es como comer comida basura¡±
Elizabeth Strout, premio Pulitzer 2009, publica 'Me llamo Lucy Barton', una novela que exuda vida sobre familia, incomunicaci¨®n y clasismo.
Es inevitable establecer paralelismos entre Elizabeth Strout (Maine, 1956) y Lucy Barton. Las dos son escritoras, las dos son de provincias y viven en Nueva York, las dos est¨¢n separadas y vueltas a casar¡ Pero en este caso, no se puede borrar la l¨ªnea que separa realidad y ficci¨®n porque Strout, premio Pulitzer 2009 por la televisiva Olive Kitteridge, no ha pretendido sumarse a la moda de la autoficci¨®n con Me llamo Lucy Barton (Duomo), una deliciosa novela que exuda vida sobre la familia, la incomunicaci¨®n, el amor imperfecto y, por encima de todo, la humillaci¨®n y el clasismo.
¡°Mi padre era cient¨ªfico en la universidad, mi madre profesora de ingl¨¦s, pero, ?sabe? durante mucho tiempo tuve trabajos precarios, fui camarera, vendedora de colchones y conoc¨ª a mucha gente humilde. Hay muchos pobres en EE UU que no veo representados ni en la literatura ni en otros aspectos de la vida¡±, explica Strout, de visita en Madrid. ¡°En este caso, quer¨ªa contar c¨®mo cada pueblo tiene una familia que vive en el ostracismo, as¨ª que puse a Lucy a viajar por las diferentes clases sociales de Am¨¦rica¡±.
Nacida en una familia paup¨¦rrima de una aldea de Illinois, la protagonista y narradora de este libro es la encarnaci¨®n del sue?o americano. Hija de una costurera y un torturado excombatiente de la II Guerra Mundial, su vida est¨¢ marcada por una infancia de pobreza y estigmatizaci¨®n. Vivi¨® en un garaje. Sin agua caliente, sin calefacci¨®n. Pasaba tanto fr¨ªo en ese m¨ªsero hogar que, acabadas las clases, se quedaba en la escuela a¨²n a riesgo de ser despreciada por sus compa?eros: ¡°Vuestra familia da asco¡±. Y le¨ªa. Le¨ªa porque los libros le hac¨ªan compa?¨ªa. Y le dieron una beca. Y pudo estudiar en la universidad. Y ahora, ya en los a?os ochenta, es escritora, tiene dos hijas, lleva una vida acomodada y se recupera en el hospital de una operaci¨®n de apendicitis que se ha complicado. Su madre se presenta a verla despu¨¦s de a?os distanciadas. Durante cinco d¨ªas hablan de s¨ª mismas sin hablar de s¨ª mismas, a trav¨¦s de la vida de otros. O, si se quiere, callan de forma elocuente. Lucy es incapaz de profundizar en su pasado; su madre, como las de aquella generaci¨®n, de decirle ¡°te quiero¡±.
"No nac¨ª con un talento especial para escribir pero s¨ª para ver y para intuir"
Novelista de urgencias
Podr¨ªa decirse que la novela, que ha conquistado a miles de lectores en Am¨¦rica, nace de la ansiedad. Strout es una novelista de urgencias. No trabaja en orden cronol¨®gico. Escribe como quien hace puzles desde que un buen d¨ªa se percat¨® de que ten¨ªa tres horas al d¨ªa para ella y decidi¨®: ¡°Tres horas, tres p¨¢ginas¡±. Y empez¨® a parir a mano escenas cortas que dejaba esparcidas en su escritorio. ¡°Fue muy interesante, porque descubr¨ª que si trasladaba al papel lo que sent¨ªa m¨¢s urgente en ese momento ¡ªla canguro se retrasa, mi marido tiene una aventura¡ª, si era capaz de trasladar esa ansiedad a un personaje, entonces ten¨ªa una escena que cobraba vida. Fui haci¨¦ndolo un d¨ªa tras otro y vi que muchas de ellas conectaban entre s¨ª. No necesito tener una trama, porque as¨ª al final siempre emerge¡±.
Strout empez¨® a escribir con cuatro a?os, animada por su madre, una escritora frustrada que le compraba libretas para que reflejara en ellas los hitos infantiles de cada d¨ªa. ¡°No creo que naciera con un talento especial para escribir pero s¨ª para ver e intuir¡±, dice con humildad. ¡°Tuve que aprender la artesan¨ªa de la escritura para expresar eso que ve¨ªa y sent¨ªa¡±. Aprendi¨® a fuerza de perseverancia y de lecturas. Y no de cualquier cosa: ¡°Para escribir bien es esencial leer buena literatura. Por eso vuelvo siempre a los cl¨¢sicos: aguantan el paso del tiempo. Leer mala literatura es como comer comida basura¡±, sentencia.
"La literatura debe hacer que la gente no se sienta sola y nos vuelve m¨¢s emp¨¢ticos"
La Pulitzer de Maine no recuerda haber querido ser otra cosa que escritora. Pero a nadie le interesaba su trabajo y ten¨ªa cierta conciencia social. ¡°As¨ª que estudi¨¦ Derecho, que, a la larga, yo creo que me ha venido bien porque me ha ayudado a frenar la emocionalidad que siempre he chorreado al escribir. El caso es que era una abogada terrible. Pero la carrera me abri¨® las puertas del departamento de Ingl¨¦s de la universidad y empec¨¦ a dar clases¡±. Por las noches, segu¨ªa escribiendo. ¡°Cada vez que pensaba en rendirme me dec¨ªa: ¡®Si as¨ª no funciona, puedo darle una vuelta y reescribirlo de esta otra manera¡±, cuenta. Y a base de reescribir y reescribir cant¨® l¨ªnea a los 43 a?os cuando logr¨® publicar su primer libro, y bingo cuando conquist¨® el Pulitzer, que aparte de una inmensa alegr¨ªa le procur¨® un ¡°lectorado serio¡± y fiel.
Su ¨¦xito es una literatura comprometida con la vida y enemiga del manique¨ªsmo que busca la comprensi¨®n del otro. ¡°La literatura nos puede hacer m¨¢s emp¨¢ticos¡±, dice Strout. ¡°La literatura debe hacer que la gente no se sienta sola¡±. Acompa?¨® a Lucy Barton. Y acompa?a tambi¨¦n Strout.
Una escritora de reconocimiento tard¨ªo
- Elizabeth Strout naci¨® y se cri¨® en peque?as localidades de Maine y vive, desde hace a?os, en Nueva York.
- Novelista y escritora de cuentos, estudi¨® Derecho y trabaj¨® de abogada durante seis a?os antes de dejar el oficio y dedicarse a dar clases en la Universidad. Escrib¨ªa en sus ratos libres y difund¨ªa algunos de sus trabajos en revistas literarias. Hasta los 43 a?os no logr¨® publicar su primer libro.
- Adem¨¢s de Me llamo Lucy Barton (2016), ha firmado las novelas: Amy e Isabelle (1998), Abide With Me (2006), Los hermanos Burgess (2013), que ser¨¢ llevada a la televisi¨®n por Robert Redford, y Olive Kitteridge, por la que conquist¨® el premio Pulitzer en 2009. Esta obra fue convertida en serie por HBO y gan¨® 8 premios Emmy en 2015.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.