El poliedro de San Sebasti¨¢n
La pel¨ªcula colectiva 'Kalebegiak', con doce cortos dirigidos por quince cineastas, recorre el alma de la ciudad con motivo de su Capitalidad Europea de la Cultura
Ojos de la calle. En euskera, Kalebegiak. Con esa expresi¨®n se titula la pel¨ªcula colectiva que ha realizado San Sebasti¨¢n Capital Cultural Europea, doce episodios de diversa duraci¨®n e incluso formato (hay uno animado, Kutxa Beltza, de Isabel Herguera e Izibene O?ederra), con lo m¨¢s granado de los cineastas donostiarras. Que los hay, y muchos. Pocos muestran una cara amable de la ciudad, sino que han decidido virar en sus esquinas y explorar por sus recovecos, llegando incluso a viajar en el futuro (Narciso, de Koldo Almandoz) o al pasado (La ballena real, de Julio Medem). La gran mayor¨ªa se asoma al puerto y al mar, algunos se r¨ªen de la tradici¨®n gastron¨®mica -Bidexka, de Borja Cobeaga- y otros dos afrontan la realidad social donostiarra: a pesar de su imagen id¨ªlica en la capital guipuzcoana hay pobres, vagabundos, gente que vive en la calle (La Casa del Fr¨ªo, de Imanol Uribe), y a¨²n quedan sombras del terrorismo que sacar a la luz (Testimonio, de Daniel Calparsoro, en el que B¨¢rbara D¨¹rkhop, viuda del senador socialista Enrique Casas, asesinado por ETA, da testimonio de lo ocurrido en un colegio para que nadie olvide). Junto a los mencionados, tambi¨¦n est¨¢n Asier Altuna y Telmo Esnal, Luiso Berdejo (que ha realizado el suyo en Los ?ngeles) o Gracia Querejeta, entre otros, coordinados por Michel Gaztambide. Como todo filme con episodios de distintos autores, el resultado es irregular, aunque al menos triunfa la irreverencia y se reh¨²ye la autocomplacencia.
Algunos de sus directores est¨¢n hoy en San Sebasti¨¢n para el estreno de Kalebegiak en el Vel¨®dromo de Anoeta ante 3.000 espectadores, antes de su proyecci¨®n comercial en octubre, y han hablado con EL PA?S:
Koldo Almandoz (Narciso): gracias a este corto y su pel¨ªcula Sipo Phantasma, presente en Zabaltegi-Tabakalera, Almandoz es revelaci¨®n cinematogr¨¢fica del festival. En su caso, la semilla fue la idea de "un hombre que se folla a s¨ª mismo". Cuando le propusieron?participar en el proyecto sinti¨® "algo de pereza". Hasta que encontr¨® la chispa: "Donostia es una ciudad que habla mucho de s¨ª misma, que se quiere a s¨ª misma y eso se enlaza con el hombre que viaja en el tiempo a tener sexo consigo mismo". De ah¨ª que Almandoz haga un recorrido hedonista por San Sebasti¨¢n, con una est¨¦tica de postales. "Y al final Narciso acaba siendo Narcisso, con dos eses como San Sebasti¨¢n. Hay que ser autocr¨ªticos. Quererse a s¨ª mismo no es malo, pero en esta ciudad creo que se lleva al extremo". O como ¨¦l mismo bromea, "a ver c¨®mo se toman la idea de dos hombres teniendo sexo anal en una habitaci¨®n del hotel Londres con un cuadro detr¨¢s de la quema de San Sebasti¨¢n de 1813".
Imanol Uribe (La Casa del Fr¨ªo). Al doble ganador de la Concha de Oro le apetec¨ªa "mirar al otro lado de La Concha". Y por eso ha ido con su corto documental a La Casa del Fr¨ªo, el albergue en el barrio de Zorroaga, bastante alejado del centro urbano y que linda pared con pared con el cementerio. "Me llam¨® mucho esa localizaci¨®n, porque es una broma macabra". Aunque en el albergue caben 30 personas, m¨¢s de otro centenar pernocta en las calles. Desde la pantalla se pide m¨¢s espacio, una mejora de las instalaciones -hay una sola habitaci¨®n y ni un frigor¨ªfico para poner ofrecer cenas- y que la gente se fije en quienes les rodean. "Es que cuando paseas no ves a los sintecho, y s¨ª est¨¢n all¨ª. Se hacen invisibles al com¨²n de los mortales". El guion naci¨® de la terrible noticia de que este a?o, durante el d¨ªa grande de San Sebasti¨¢n, el de la Tamborrada, el 20 de enero, murieron dos indigentes en la calle, en pleno Boulevard. "Y empec¨¦ a tirar y a tirar de hilo...".
Asier Altuna y Telmo Esnal (Iraila). Los codirectores de Aupa Extebeste! Asier Altuna (responsable tambi¨¦n de Amama) y Telmo Esnal (director de Urte berri on, amona!) han mezclado en su Iraila el d¨ªa de las regatas en la bah¨ªa de La Concha con el drama de un pescador de percebes, encarnado por Kandido Uranga. Tragedia en una de las jornadas grandes de la ciudad. "El mar es fundamental en esta ciudad. Vive de cara a ¨¦l, aunque puede que de forma laboralmente distinta a hace a?os. Antes era puerto pesquero, ahora es un marco de ocio". Y recalcan: "Es que el puerto tiene su encanto. Adem¨¢s, recuerda que hay tres playas". Para Altuna y Esnal lo m¨¢s complicado fue la localizaci¨®n. "Buscamos mucho esas rocas con las que el espectador sienta el peligro, aunque Uranga no lo sufriera. Filmamos primero dos jornadas de regatas y luego durante toda una marea con Kandido en el agua. Acabamos muy contentos de la potencia de lo filmado".
Borja Cobeaga (Bidexka). El director de Negociador y coguionista de la saga Ocho apellidos... se marca un corto de humor sobre la faceta gastron¨®mica de la ciudad. "Aqu¨ª en San Sebasti¨¢n las verdaderas estrellas son los cocineros. La comida es una religi¨®n, en el propio festival parece que muchas veces m¨¢s que las pel¨ªculas interesa lo que ha comido Sigourney Weaver, d¨®nde, si le ha gustado... Es muy importante que afirme: 'Es el lugar donde he comido mejor del mundo'. Ante esta frase, los donostiarras pueden respirar tranquilos. Hab¨ªa que mostrar esa cosa religiosa de los cocineros y, eso s¨ª, con mucha ¨¦pica. Se basa en la idea de hacer una chorrada a lo grande y as¨ª ser¨¢ una gran chorrada, cuenta Cobeaga a ROC?O GARC?A. "En cantidad aqu¨ª en Donostia hay cocineros, y despu¨¦s vamos los directores de cine. Pero ellos son las aut¨¦nticas estrellas. Nunca podr¨¢s decir que un cineasta local es una estrella, pero no dudar¨¢s de que s¨ª lo son Subijana, Arzak o Argui?ano".
Julio Medem (La ballena real). Durante muchos a?os, San Sebasti¨¢n fue lugar de veraneo de la Familia Real. A la reina Mar¨ªa Cristina de Austria, viuda de Alfonso XII y madre de Alfonso XIII, le gustaba navegar por la bah¨ªa, y lo hizo en varias ocasiones en una trainera patroneada por Jos¨¦ Balenciaga, padre del modisto Crist¨®bal Balenciaga, a la que se le a?ad¨ªa una butaca en la popa. ?Y si en ese bote, que antes de quedarse para carreras serv¨ªa para cazar ballenas, tambi¨¦n viajara un arponero que con el tiempo devino en el impulsor de la competici¨®n de traineras? El cuarteto se las trae. "Pero es un encuentro muy probable, est¨¢ documentado c¨®mo Balenciaga de Getaria fue el elegido con su embarcaci¨®n para los paseos mar¨ªtimos de la monarca", cuenta Medem, que ha vuelto al humor casi absurdo de sus inicios, y que parece ha dirigido con mayor libertad. "Me la plante¨¦ como un reflejo del erotismo, pero del masculino, de ah¨ª ese arponero remero macizo, que es el primer hombre en tocar en 16 a?os a la reina". Reconoce que quiere volver a ese humor, con el que se burla, por ejemplo, de ese arponero que sabe disparar un arma pero que nunca ha visto una ballena. O su musculosidad, retratada con planos de estilo Leni Riefenstahl, O el ni?o que mira los bordados del vestido real. "Al final de su vida Balenciaga cont¨® c¨®mo espiaba de ni?o a la Marquesa de Casa Torres, que posteriormente fue su mentora, en misa para copiar su vestido", recuerda el cineasta, que as¨ª hace un gui?o a uno de sus creadores favoritos, Balenciaga, del que durante a?os quiso levantar su biopic. "Es uno de nuestros grandes artistas. Y tambi¨¦n quer¨ªa recordar que esta ciudad nace de un puerto en las estribaciones del Urgull".
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