Seguiremos muriendo
Tras el recorrido que abre la pel¨ªcula, se revela espacio hospitalario, potencial met¨¢fora del purgatorio inescapable de unos personajes que pasaron de la opresi¨®n colonial a la explotaci¨®n laboral
CABALLO DINERO
Direcci¨®n: Pedro Costa.
Int¨¦rpretes: Ventura, Vitalina Varela, Tito Furtado, Benvindo Tavares.
G¨¦nero: drama.
Portugal, 2014.
Duraci¨®n: 103 minutos.
¡°Hace tiempo se dijo que la mitad del mundo no sab¨ªa c¨®mo vive la otra mitad. (¡) La mitad que estaba arriba se preocupaba poco por las luchas y a¨²n menos por el destino de los que estaban debajo, mientras fuese capaz de mantenerse ah¨ª y conservar sus privilegios¡±, escrib¨ªa el periodista y fot¨®grafo Jacob Riis en su libro How the Other Half Lives: Studies Among the Tenements of New York, publicado en 1890. Caballo dinero, sexto largometraje de ficci¨®n del portugu¨¦s Pedro Costa y culminaci¨®n de la trilog¨ªa miserabilista que abri¨® la impresionante No Quarto da Vanda (2000), se abre significativamente con una sucesi¨®n de fotograf¨ªas de Riis que desvelan una filiaci¨®n tanto formal como ¨¦tica y pol¨ªtica. Si Riis encontr¨® en los aleda?os m¨¢s umbr¨ªos de la calle Mulberry de Manhattan el territorio id¨®neo para experimentar con los rudimentos de la incipiente fotograf¨ªa con flash e inmortalizar una po¨¦tica de los desheredados urbanos, Costa estableci¨® en el amenazado barrio de barracas de Fonta¨ªnhas su estudio port¨¢til como maestro tenebrista de la imagen digital e inclemente voz de la conciencia de un pa¨ªs marcado por la culpa colonial y la demolici¨®n de la cultura del trabajo.
Imponente presencia que en Juventude em Marcha (2006) ejerc¨ªa de simb¨®lico Mois¨¦s desahuciado intentando organizar un ¨¦xodo de hijos perdidos, el caboverdiano Ventura emerge en Caballo dinero del interior de un intrincado laberinto de oscuridades que, tras el fascinante recorrido que abre la pel¨ªcula, se revela espacio hospitalario, potencial met¨¢fora tanto del purgatorio inescapable de unos personajes que pasaron de la opresi¨®n colonial a la explotaci¨®n laboral como de un pa¨ªs entero entendido como estado patol¨®gico. El encuentro con un personaje que viene del pasado, asociado al recuerdo de un acontecimiento traum¨¢tico ¨Cel apu?alamiento de otro inmigrante-, propiciar¨¢ la disoluci¨®n de linealidades temporales y el di¨¢logo entre la culpa personal y la colectiva.
Costa es uno de los m¨¢s radicales poetas cinematogr¨¢ficos en activo y este trabajo supone una consecuente acentuaci¨®n de sus constantes, pero en su ensimismada naturaleza se apunta el peligro de que forma y abstracci¨®n devoren la vida que las nutre.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.