Ewan McGregor se atreve a dirigir el fin de la inocencia seg¨²n Philip Roth
El actor escoc¨¦s lleva a la pantalla 'Pastoral americana', su adaptaci¨®n de la novela de Roth sobre la Guerra de Vietnam y el derrumbe de una familia en los sesenta
Philip Roth provoca en el cine una curiosa dicotom¨ªa: por un lado es un escritor dotado de una prodigiosa narrativa, fluida y accesible a todos los lectores; por otro, las innumerables capas que esconden sus novelas, textos en los que uno se zambulle a disfrutar como Pastoral americana, Me cas¨¦ con un comunista, La mancha humana, La conjura contra Am¨¦rica o las historias protagonizadas por Nathan Zuckermann, hacen casi inasumible su adaptaci¨®n al cine. Casi, porque junto a grandes fracasos como La mancha humana, Isabel Coixet propuso en Elegy una estupenda aproximaci¨®n a El animal moribundo, y este a?o en la Berlinale se pudo ver la soberbia Indignation, en la que James Schamus, debutante en la direcci¨®n pero con un impresionante curr¨ªculo como productor, sab¨ªa destilar la esencia de Indignaci¨®n. Incluso Barry Levinson supo traicionar el texto de La humillaci¨®n para quedarse con su melod¨ªa en La sombra del actor.
A Ewan McGregor (Perth, 1971) el reto le pic¨® desde la interpretaci¨®n. ?l quer¨ªa ser Seymour El Sueco Levov, aunque su f¨ªsico no sea el adecuado. Para los lectores, Levov es una especie de Thor del juda¨ªsmo de Nueva Jersey, un dios de la burgues¨ªa de Newark, al que la vida va dando golpes paciente y constantemente. Su deterioro, primero para convertirse en un wasp y finalmente para diluirse en un infinito viaje hacia la frustraci¨®n, es el motor de una obra que tambi¨¦n habla de clases sociales, disturbios raciales -se desarrolla en los sesenta y setenta-, relaciones paternofiliales y del fin de la industria manufacturera en EE UU, cuyas f¨¢bricas cierran para reabrirse en pa¨ªses con mano de obra m¨¢s barata (la empresa familiar del Sueco se dedica a los guantes). "Para m¨ª, es la historia de un enfrentamiento familiar, pero tambi¨¦n la de Am¨¦rica", cuenta un sonriente McGregor. Que el escoc¨¦s haya saltado a la direcci¨®n se debe a que llevaba a?os con el personaje, pero en un momento dado el proyecto se qued¨® sin director y con la sensaci¨®n de que pod¨ªa irse a pique. "No me preocupaba tanto la actuaci¨®n como la responsabilidad de capitanear el conjunto, algo que ni intuyes hasta que llega el momento. Di el paso adelante cuando vi que la cosa se hund¨ªa, y los productores me dijeron que por supuesto. Ah¨ª s¨ª que empec¨¦ a ponerme nervioso. Porque yo no conoc¨ªa todo el proceso de preproducci¨®n, esos meses en los que est¨¢s a¨²n solo, sin reparto ni equipo t¨¦cnico. Yo decid¨ª vivir la novela, absorberla. Despu¨¦s llegaron las reuniones con los cabezas de cada apartado, con los que empec¨¦ a concretar mi visi¨®n. Para sentirme seguro, estuve en las localizaciones desde 12 semanas antes de que se iniciara la filmaci¨®n, porque para m¨ª era importante concienciarme del espacio. Escuch¨¦ constantemente un audiolibro que hizo que hasta en el coche o cuando iba a correr estuviera la novela de Roth a mi alrededor".
Los diversos niveles, las capas con las que las novelas de Roth van envolviendo a sus lectores fueron para McGregor una trampa. "Como intentes adaptar Pastoral americana ¨ªntegramente est¨¢s perdido. Las escenas que hemos elegido del libro creo que reflejan las claves de la exploraci¨®n de la novela y defienden su esp¨ªritu. No he intentado decirle nada al p¨²blico para que prejuzgara los personajes. Solo deseo plantear las preguntas como hizo Roth", asegura, antes de desgranar algunas de sus secuencias y de los trucos cinematogr¨¢ficos -cuatro planos reales de las barbaridades de la Guerra de Vietnam- que ha usado para describir la furia de la hija del Sueco, el personaje por el que empieza a desmoronarse la familia. "En el fondo hay un choque entre dos generaciones, la del Sueco y la de su hija, que pone bombas y mata gente. Viv¨ªan un momento muy preciso de la historia, en el que se radicalizaron los sentimientos".
"Sigue habiendo revueltas por causas raciales, las mismas im¨¢genes se repiten en las calles de Estados Unidos hoy en d¨ªa"
Roth escribi¨® en dos etapas Pastoral americana. Empez¨® durante la Guerra de Vietnam, dej¨® de lado el material y lo recuper¨® en los noventa. Cuando se public¨®, pod¨ªa dar una cierta sensaci¨®n de nostalgia sobre un tiempo en que explot¨® el sue?o americano. Hoy, pel¨ªcula y novela parecen estar hablando de la actualidad, encuentran ecos en las im¨¢genes de los telediarios, y llegan en la que podr¨ªa ser la segunda explosi¨®n del sue?o americano, con crisis financiera y econ¨®mica, nuevos disturbios raciales... "Desde luego, no fue nuestra motivaci¨®n a la hora de hacer la pel¨ªcula. Los productores est¨¢n embarcados en el proyecto desde 1999. Sin embargo es cierto: sigue habiendo revueltas por causas raciales, las mismas im¨¢genes se repiten en las calles de Estados Unidos hoy en d¨ªa. Son las mismas que en los sesenta, estamos metidos en un bucle. En Pittsburgh filmamos los enfrentamientos entre afroamericanos y miembros de la Guardia Nacional mientras en televisi¨®n ve¨ªamos lo mismo". McGregor no quiere entrar en reflexiones pol¨ªticas que le lleven m¨¢s all¨¢ de lo contado en la novela ("No soy el adecuado para ello"), aunque s¨ª insiste en "la tristeza" que le provoca ese hecho.
Como director de actores, McGregor ha usado una curiosa manera de trabajo: "Era importante para m¨ª dirigir de una manera en la que a m¨ª, como actor, me gustar¨ªa ser dirigido. He tenido la suerte de trabajar con maravillosos directores y he cogido cosas de cada uno de ellos, lo bueno y supongo lo malo". Y una novela tan profundamente estadounidense, ?necesitaba una visi¨®n exterior? "No estoy seguro de tener una respuesta. Yo ten¨ªa clara mi visi¨®n del libro y fui a por ella. No poseo un profundo conocimiento de la Historia o de la sociedad estadounidense. Pero he aprendido lo necesario y si no, ah¨ª estaba Roth con su precisi¨®n en los detalles".
Seg¨²n el director debutante, Roth escribi¨® sobre un hombre bueno, el Sueco. "Y ese es el coraz¨®n de la novela. La decencia, la moralidad se desmoronan a pesar de sus esfuerzos o incluso por sus esfuerzos. Los tiempos le atropellan. Hasta hoy, Estados Unidos ha hecho un largo viaje por olvidarse de las razas, y no ha logrado la integraci¨®n".
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