Muere el director Herschell Gordon Lewis, padrino del cine ¡®gore¡¯
El realizador innov¨® el g¨¦nero del horror con t¨ªtulos 'Blood Feast' o '2.000 man¨ªacos' y su capacidad para mostrar la sangre en la pantalla
El director estadounidense Herschell Gordon Lewis, conocido popularmente como el padrino del cine gore, falleci¨® el lunes a los 87 a?os, seg¨²n inform¨® un representante del cineasta a la revista Entertainment Weekly. Lewis fue el responsable de t¨ªtulos como 2.000 man¨ªacos, Blood Feast o A Taste of Blood. Su representante cont¨® que "falleci¨® tranquilamente mientras dorm¨ªa" en la noche del domingo al lunes y ha a?adido que Gordon Lewuis padec¨ªa de insuficiencia card¨ªaca.
Nacido el 15 de junio de 1929 en Pittsburgh (Estados Unidos), H. G. Lewis fue fundamental en el nacimiento y consolidaci¨®n del cine gore, g¨¦nero basado en una org¨ªa de sangre, violencia y v¨ªsceras. Su Blood Feast (1963) est¨¢ considerada como una de las pioneras de este g¨¦nero cinematogr¨¢fico y tuvo una secuela casi cuarenta a?os despu¨¦s con Blood Feast 2: All U Can Eat (2002). Su filmograf¨ªa incluye otros t¨ªtulos como 2.000 man¨ªacos (1964), Color Me Blood Red (1965) y The Wizard of Gore (1970).
Profesor de Literatura Inglesa y de Comunicaci¨®n en la Universidad del Estado de Misisipi, Lewis se aburr¨ªa en su trabajo y decidi¨® pasar a la publicidad, donde se fogue¨® grabando varios anuncios antes de dirigir cortos de tono sexual. As¨ª conoci¨® al productor David Friedman, con el que empez¨® en los sesenta a dirigir pel¨ªculas con chicas desnudas, parte del g¨¦nero nudie-cutie. Las recaudaciones eran bajas y Lewis empez¨® en pantalla a cortar extremidades de las chicas y a mostrar v¨ªsceras y sangre.
El definitivo impuls¨® del gore lleg¨® con Blood Feast, estrenada tres a?os despu¨¦s de Psicosis, de Alfred Hitchcock. A Lewis le parec¨ªa que el maestro hab¨ªa hurtado lo mejor al espectador: "La pel¨ªcula hac¨ªa trampas, porque mostraba los resultados pero no la acci¨®n, porque no pod¨ªa arriesgarse a que lo rechazaran los cines que no quisieran aceptarla. A nosotros en cambio no nos importaba". Blood Feast se rod¨® en cuatro d¨ªas en Miami con 24.000 d¨®lares. No hab¨ªa historias, ni Lewis sab¨ªa qu¨¦ hacer con los actores, pero s¨ª sab¨ªa que ten¨ªa que mostrar algo nunca visto: la lengua arrancada de la boca de una mujer, en el orgi¨¢stico final. Y en eso, en asustar con sangre y marcar la memoria del p¨²blico, Lewis pose¨ªa su talento. Lo expl¨ªcito era lo suyo.
El filme tuvo tanto ¨¦xito entre los espectadores como fue atacado por la prensa. Friedman decidi¨® que Lewis no pod¨ªa parar, y as¨ª lleg¨® 2.000 man¨ªacos, con el famoso plano en el que le cortan los pezones a una mujer mientras de esos pechos le mana leche. Pero a mediados de los sesenta a Lewis le adelantan por talento una nueva generaci¨®n de cineastas del terror: desde Italia, Mario Bava, y en su pa¨ªs Roger Corman y George A. Romero, que con La noche de los muertos vivientes arras¨® en la juventud estadounidense e impuls¨® a muchos a dedicarse a ese g¨¦nero: esa es la pel¨ªcula que marc¨® las vidas de John Carpenter, John Landis, Tobe Hooper, Wes Craven o Dario Argento. Cuando las grandes productoras entraron en el gore, Lewis se dedic¨® desde 1972 a otra profesi¨®n, el marketing, en la que hab¨ªa trabajado d¨¦cadas antes, y se convirti¨® en uno de los grandes de la mercadotecnia (public¨® 32 libros sobre el tema). En 2002, tras la reivindicaci¨®n de su obra en multitud de festivales, rod¨® la secuela de Blood Feast, Blood Feast 2: All U Can Eat. El director ha dejado una pel¨ªcula a punto de estrenarse: BloodMania.
"El ser humano siempre ha tenido una enorme sed de sangre", se?al¨® el director en un homenaje que recibi¨® en el a?o 2000 en la Semana de Cine Fant¨¢stico y de Terror de San Sebasti¨¢n. "Creo que es un hecho consustancial a nuestra naturaleza. Somos unos voyeurs culturales que tenemos esa necesidad. Pero no somos comentaristas sociales, retratamos lo que est¨¢ a nuestro alrededor".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.