Un bibli¨®filo con las manos demasiado largas
Juzgados un coleccionista y el trabajador que rob¨®, por encargo, 200 libros de los siglos XVII al XX de una biblioteca de C¨¢diz
No hay mayor satisfacci¨®n para un coleccionista que la de hacerse con una pieza rara, un ejemplar ¨²nico o de escasa circulaci¨®n. El problema viene cuando las ganas por ampliar la colecci¨®n llevan a cometer un robo sistem¨¢tico y a la carta en una biblioteca municipal. Es justo ese delito el que ocupa en estos momentos a los juzgados de C¨¢diz. El pasado lunes se sentaron en el banquillo un coleccionista y un trabajador de la limpieza de la biblioteca municipal Jos¨¦ Celestino Mutis acusados de sustraer de las instalaciones p¨²blicas m¨¢s de 200 libros de entre los siglos XVII y XX, algunos de gran valor y singularidad. El fiscal pidi¨® para cada uno dos a?os de c¨¢rcel por un delito de hurto agravado, al estar algunos ejemplares catalogados como Bienes de Inter¨¦s Cultural.
Los hechos, para los que se espera ya la sentencia, ocurrieron en 2011. Motivaron la denominada Operaci¨®n Micenas, el m¨¢s importante operativo en los ¨²ltimos a?os por delito contra el patrimonio hist¨®rico desarrollado por la Polic¨ªa Nacional. Fue en marzo de ese a?o cuando la direcci¨®n de la biblioteca p¨²blica se percat¨® en un inventario que, de sus estanter¨ªas faltaban 220 libros, valorados en 39.000 euros. Hasta octubre, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) estrech¨® el cerco sobre un trabajador de una subcontrata de limpieza de las instalaciones, M.T., vecino de C¨¢diz y entonces con 37 a?os, que se encargaba de ir robando los ejemplares. La investigaci¨®n acab¨® con su detenci¨®n y con la de otro implicado m¨¢s, un coleccionista de El Puerto de Santa Mar¨ªa, J.L.V. que ese momento ten¨ªa 68 a?os.
Seg¨²n descubri¨® la Polic¨ªa, los robos comenzaron poco despu¨¦s de que el trabajador empezara a desempe?ar su tarea en la Celestino Mutis. Seg¨²n ¨¦l mismo reconoci¨® en el juicio, aprovechaba la ausencia de circuito de videovigilancia y de que el arco de seguridad no siempre funcionaba para sustraer los libros. Entraba en estancias bajo llave y sustra¨ªa ejemplares que, posteriormente, vend¨ªa a precios de 3 a 5 euros, muy por debajo de su valor real, al coleccionista de El Puerto, con m¨¢s de 40 a?os de experiencia. Se conocieron en un mercadillo de Puerto Real, donde el primero vend¨ªa todo tipo de objetos, entre ellos los propios libros. La relaci¨®n comercial se hizo tan estrecha que el bibli¨®filo incluso se permit¨ªa pedirle t¨ªtulos concretos que deb¨ªa sustraer. En ocasiones, cuando no era el libro que buscaba y debido a la complejidad de devolverlo, el empleado prefer¨ªa regal¨¢rselo antes que volverlo a colocar en su lugar. Sin embargo, el pasado lunes el coleccionista neg¨® saber que los libros proced¨ªan de la biblioteca municipal de C¨¢diz.
En los distintos registros efectuados por la polic¨ªa en las viviendas de los detenidos, se encontraron parte de las obras desaparecidas de la biblioteca, libros datados de los siglos XVII al XX. Es el caso de las gu¨ªas de C¨¢diz, editadas mayoritariamente en el siglo XIX, y conocidas como Gu¨ªas Rosetti. Considerados como ejemplares raros por ser libros sin reediciones, desaparecieron tambi¨¦n algunas obras pertenecientes a la biblioteca de Adolfo de Castro (erudito y cervantista gaditano del siglo XIX) y otras de la ¨¦poca de las Cortes de C¨¢diz (1812).
Adem¨¢s, el coleccionista pose¨ªa un patrimonio documental mayor que le fue decomisado al no poder argumentar su procedencia. Eran 373 vol¨²menes, entre los que se encontraba el C¨®digo Formado por los Negros de la Isla de Santo Domingo de la Parte Francesa del Hoi Estado de Hayt¨ª (1810), el compendio Papeles Varios Rar¨ªsimos donde se contiene la Carta del Emperador Carlos V al Duque del Infantado sobre el Desaf¨ªo entre S.M. y el Rey de Francia o el Primer Proceso Criminal Fulminado en C¨¢diz despu¨¦s del Saqueo de esta ciudad en 1596. A eso se a?ad¨ªa una colecci¨®n de lacres, sables, cascos antiguos, pistolas y escopetas (de los siglos XVII al XIX); un capitel de m¨¢rmol; un ¨¢nfora romana, proyectiles y porcelana procedentes de fondos marinos; chapas identificativas de militares franceses de la ¨¦poca de Napole¨®n III y unas charreteras (divisas militares que se colocan en los hombros). Seg¨²n la investigaci¨®n, las 699 piezas intervenidas ten¨ªan "un origen un tanto dudoso". Hasta ahora, tanto el patrimonio procedente de la biblioteca municipal, como el que el coleccionista no supo justificar su procedencia, est¨¢n a recaudo de la Consejer¨ªa de Cultura de la Junta.
En el juicio, el fiscal lleg¨® a ofrecer una reducci¨®n de condena a un a?o de c¨¢rcel, en caso de haber conformidad. Sin embargo, el Ayuntamiento de C¨¢diz, presentado como acusaci¨®n particular, no quiso llegar a un acuerdo. A eso se suma una multa de algo menos de 20.000 euros de responsabilidad civil para el empleado de la biblioteca que rob¨® los libros.
Una de las cuestiones que el juez intent¨® dilucidar es el n¨²mero de ejemplares recuperados que pertenecen al Ayuntamiento. De los libros desaparecidos, el Consistorio ha conseguido recuperar algo m¨¢s de un centenar. El abogado municipal esgrimi¨® que algunas de las obras incautadas son del Ayuntamiento, pese a que no poseen sello alguno de la instituci¨®n ni inventario previo que lo demuestre.
Ser¨¢ ahora el juez el que, en una sentencia que se har¨¢ p¨²blica en los pr¨®ximos d¨ªas, tendr¨¢ que dirimir qu¨¦ libros devuelve a la biblioteca municipal y qu¨¦ destino da al resto de piezas decomisadas. Por su parte, el Ayuntamiento (gobernado por el PP en el momento de los hechos y ahora dirigido por Podemos) ha eludido hacer declaraciones y ha preferido esperar a que haya una sentencia firme para valorar si se cumplieron las medidas de seguridad y catalogaci¨®n adecuadas en la instalaci¨®n municipal.
Babelia
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