Peque?o ¡®grand tour¡¯

Mientras rodaba su libre adaptaci¨®n de Tristram Shandy ¨CTristram Shandy: A Cock and Bull Story (2005); en realidad una pel¨ªcula sobre la imposibilidad de trasladar a la gran pantalla el cl¨¢sico de Sterne-, Michael Winterbottom se dej¨® deslumbrar por la qu¨ªmica improvisatoria de dos de sus actores: Steve Coogan y Rob Brydon. Fruto de esa fascinaci¨®n fue la serie televisiva The Trip, en la que Coogan y Brydon, interpretando versiones levemente exageradas de s¨ª mismos, recorr¨ªan el norte de Inglaterra por encargo del rotativo The Observer, declinando la memoria de los pasos de Wordsworth y Coleridge en forma de trivial ruta gastron¨®mica para suplemento dominical. El material de la serie fue reciclado en una afortunada pel¨ªcula hom¨®nima, The Trip (2010), cuya secuela, este Viaje a Italia, reitera la misma din¨¢mica y se nutre del material filmado para la segunda temporada de su precedente televisivo.

Aunque en este recorrido del Piamonte a Capri las citas cin¨¦filas son constantes ¨Cy, por tanto, la menci¨®n al cl¨¢sico Te querr¨¦ siempre (1954) de Rossellini, titulada originalmente Viaggio in Italia, resulta inevitable-, el t¨ªtulo rescata la memoria del libro hom¨®nimo de Richard Lassels que, en 1670, acu?¨® el t¨¦rmino Grand Tour para designar el h¨¢bito aristocr¨¢tico brit¨¢nico de emprender un trayecto de formaci¨®n a trav¨¦s del continente europeo. Aqu¨ª, el modelo para desarmar y marcar la distancia entre un pasado de esplendor y transgresi¨®n y un presente de crep¨²sculo y conformidad es el Grand Tour de los poetas rom¨¢nticos Byron y Shelley por territorio italiano. El sustrato culterano del viaje de Coogan y Brydon se concreta en banales fotos tur¨ªsticas, mientras se va definiendo el motivo central de un anunciado oto?o de la virilidad, con la aver¨ªa de las viejas mec¨¢nicas de seducci¨®n y la imposibilidad de medirse con las din¨¢micas pasionales y transgresoras del Romanticismo.

Viaje a Italia es, b¨¢sicamente, una pel¨ªcula en la que dos tipos charlan, improvisando, y, en el camino, convierten su rivalidad dial¨¦ctica en fin¨ªsima forma de comedia, mientras lanzan pullas a lo divino y lo humano y compiten imitando a actores c¨¦lebres. Una viaje, acaso innecesario, en excelente compa?¨ªa