De Picasso a Pikachu
Hace medio siglo, Umberto Eco analiz¨® c¨®mo la cultura de masas dinamitaba las viejas categor¨ªas est¨¦ticas. ?C¨®mo podr¨ªa aplicarse hoy su an¨¢lisis?
En 1964, Umberto Eco, por entonces un curioso intelectual experto en la est¨¦tica de santo Tomas de Aquino, pero muy interesado en ese new media llamado televisi¨®n, publicaba Apocal¨ªpticos e integrados, un volumen que se convertir¨ªa en un cl¨¢sico de los estudios de comunicaci¨®n. Despu¨¦s de revisar las teor¨ªas que ve¨ªan en la cultura de masas el fin de la vida inteligente sobre la Tierra y el sometimiento definitivo de los consumidores a la l¨®gica de las pantallas, Eco repasaba las teor¨ªas que reivindicaban esa misma masificaci¨®n cultural en nombre de la democratizaci¨®n del consumo de contenidos antes reservados a ciertas clases sociales. Al final de su recorrido, Eco adoptaba una mirada cr¨ªtica pero impregnada de optimismo. M¨¢s que un integrado, Eco se presentaba a los lectores como un antiapocal¨ªptico dispuesto a meterse en el nuevo territorio y explorarlo a fondo sin quedar hipnotizado por sus supuestas bondades.
Podr¨ªa decirse que cada nueva tecnolog¨ªa de la comunicaci¨®n genera sus apocal¨ªpticos e integrados. No importa que se trate del tel¨¦grafo, la televisi¨®n o el smartphone: por cada nueva especie medi¨¢tica que irrumpe en la ecolog¨ªa de la comunicaci¨®n no tardan en brotar sus defensores y criticones. Cuando apareci¨® el tel¨¦grafo en la primera mitad del siglo XIX, algunos so?aron un mundo sin guerras donde reinar¨ªa el di¨¢logo; seguramente las empresas que transmit¨ªan mensajes a caballo de una costa a otra de Estados Unidos no vieron con nuevos ojos el new media que mandaba mensajes en c¨®digo Morse en pocos segundos. Como escribi¨® James Gleick, autor de The Information, ¡°cuando la gente dice que Internet nos convertir¨¢ a todos en genios, eso ya fue dicho sobre el tel¨¦grafo. Por otro lado, cuando dicen que Internet nos volver¨¢ est¨²pidos, eso tambi¨¦n se dijo del tel¨¦grafo¡±. La historia se repite, primero como apocalipsis, simult¨¢neamente como redenci¨®n.
Que Internet nos convertir¨¢ a todos en genios (o en est¨²pidos) es algo que ya se dijo del tel¨¦grafo
Las nuevas tecnolog¨ªas ¡ª?qu¨¦ es una nueva tecnolog¨ªa? ?Un blog? ?Twitter? ?Periscope? Lo nuevo de hoy es lo viejo de pasado ma?ana¡ª tambi¨¦n despiertan los mismos temores y esperanzas. Las conversaciones sobre la web en los a?os noventa, la Wikipedia a principios del 2000, las redes sociales y los dispositivos m¨®viles en estos ¨²ltimos a?os siguen el mismo patr¨®n: apenas aparece algo nuevo, los intelectuales no tardan en apuntarse a alguno de los dos bandos. Como en el f¨²tbol o la pol¨ªtica, lo m¨¢s interesante es cuando algunos de ellos deciden cambiar de bando y enrolarse bajo otra bandera. Si, en su libro Life On The Screen (1997), Sherry Turkle (MIT) festejaba las primeras experiencias de vida en l¨ªnea, casi dos d¨¦cadas m¨¢s tarde, en Alone Together (2012), despotric¨® contra las nuevas formas de comunicaci¨®n a trav¨¦s de dispositivos m¨®viles y redes sociales.
Pensadores como Nicholas Carr o Raffaele Simone viven el avance de las nuevas tecnolog¨ªas, formatos textuales y actores medi¨¢ticos como una invasi¨®n b¨¢rbara. Para estos intelectuales se trata casi del fin de una civilizaci¨®n construida a golpes de celulosa impresa con caracteres m¨®viles de plomo. Alessandro Baricco, en cambio, reivindica esta invasi¨®n en su libro Los b¨¢rbaros (2008). Como escribe Baricco, ¡°los b¨¢rbaros llegan de todas partes. Y esto es algo que nos confunde un poco, porque no podemos aprehender la unidad del asunto, una imagen coherente de la invasi¨®n en su globalidad. (¡) Vemos los saqueos, pero no conseguimos ver la invasi¨®n. Ni, en consecuencia, comprenderla¡±.
El Eco m¨¢s apocal¨ªptico
Los tel¨¦fonos m¨®viles, los libros de papel, las redes sociales, la pol¨ªtica en Italia o el 11-M en Espa?a son algunos de los asuntos que abord¨® Umberto Eco, fallecido en febrero pasado, en sus art¨ªculos de prensa. La semana que viene la editorial Lumen publica una amplia recopilaci¨®n de esos textos con el t¨ªtulo De la estupidez a la locura. C¨®mo vivir en un mundo sin rumbo, traducido por Helena Lozano Miralles y Maria Pons Irazaz¨¢bal. El volumen es un diagn¨®stico de la sociedad actual y un retrato del Eco m¨¢s esc¨¦ptico respecto a las nuevas tecnolog¨ªas, es decir, del m¨¢s apocal¨ªptico. Estos fragmento son una muestra.
Inventos. "El anuncio apareci¨® probablemente en Internet pero no s¨¦ d¨®nde, porque a m¨ª me lleg¨® por correo electr¨®nico. Se trata de una pseudopropuesta comercial que anuncia una novedad, el Builtin Orderly Organized Knowledge, cuyas siglas conforman el acr¨®nimo BOOK, es decir, libro. Sin hilos, sin bater¨ªa, sin circuitos el¨¦ctricos, sin interruptor ni bot¨®n, es compacto y port¨¢til y puede utilizarse incluso estando sentado delante de la chimenea. Est¨¢ compuesto por una secuencia de hojas numeradas (de papel reciclable), cada una de las cuales contiene miles de bits de informaci¨®n. Estas hojas se mantienen unidas en la secuencia correcta gracias a un elegante estuche llamado encuadernaci¨®n".
Progreso. "Hay progresos tecnol¨®gicos m¨¢s all¨¢ de los cuales no se puede ir. No se puede inventar una cuchara mec¨¢nica cuando la de hace dos mil a?os sigue funcionando tan bien. Se ha abandonado el Concorde, que hac¨ªa el trayecto Par¨ªs-Nueva York en tres horas. No estoy seguro de que hayan hecho bien, pero el progreso tambi¨¦n puede significar dar dos pasos atr¨¢s, como volver a la energ¨ªa e¨®lica como alternativa al petr¨®leo y cosas por el estilo. ?Tendamos al futuro! ?Atr¨¢s a todo vapor!"
Internet. "Existe una forma muy eficaz de aprovechar pedag¨®gicamente los defectos de Internet. Planteen ustedes como ejercicio en clase, trabajo para casa o tesina universitaria el siguiente tema: "Encontrar sobre el argumento X una serie de elaboraciones completamente infundadas que est¨¦n a disposici¨®n en Internet, y explicar por qu¨¦ son infundadas". He aqu¨ª una investigaci¨®n que requiere capacidad cr¨ªtica y habilidad para comparar fuentes distintas, que ejercitar¨ªa a los estudiantes en el arte del discernimiento".
Comprender, de eso se trata. Si en una ¨¦poca fue la televisi¨®n o los c¨®mics, hoy los videojuegos, los dispositivos m¨®viles y los youtubers parecen ser los catalizadores del debate contempor¨¢neo entre apocal¨ªpticos e integrados. El fen¨®meno de Pok¨¦mon Go es un buen s¨ªntoma de esas discusiones. Los apocal¨ªpticos ni siquiera se tomaron el trabajo de salir a cazar su primer Pikachu: sin pensarlo un minuto, ridiculizaron a los jugadores y se mofaron de esa nueva forma de entretenimiento. Los integrados, por su parte, reivindicaron la vida al aire libre promovida por este videojuego sin ir mucho m¨¢s all¨¢. En el fondo, no resulta tan complicado buscar una posici¨®n superadora que, como dice Baricco, permita comprender algo de lo que est¨¢ pasando. Sin caer en el apocalipticismo ni en la mirada festiva, podr¨ªa decirse que Pok¨¦mon Go ha sido la primera experiencia global, masiva y colaborativa de uso de la realidad aumentada y la geolocalizaci¨®n. El inesperado ¨¦xito de este videojuego abre perspectivas hoy inimaginables no solo en el campo del entretenimiento. La realidad aumentada puede terminar transformando sectores tan distantes entre s¨ª como la medicina, la educaci¨®n, el turismo o la arquitectura. Si los j¨®venes de la sociedad industrial se entrenaban con el Meccano, hoy se preparan para el trabajo colaborativo en red cazando pok¨¦mones o jugando en l¨ªnea al Counter-Strike.
Lo mismo podr¨ªa decirse de los youtubers, otro fen¨®meno contempor¨¢neo que levanta pasiones entre los apocal¨ªpticos y excita a los integrados expertos en marketing para adolescentes. M¨¢s all¨¢ de estas miradas contrapuestas, las cuales siempre terminan por neutralizarse entre s¨ª, hay que decir que los youtubers han sabido construir espacios medi¨¢ticos de diversi¨®n, aprendizaje e intercambio para un p¨²blico al cual los medios tradicionales solo le ofrecen dibujitos animados y comedias con risas enlatadas.
Comprender, de eso se trata
El debate entre apocal¨ªpticos e integrados suele durar menos que un v¨ªdeo de El Rubius. Apenas aparece algo nuevo, las pasiones se olvidan r¨¢pidamente del viejo medio y se concentran en la nueva especie medi¨¢tica. El viejo medio se naturaliza, deja de ser considerado una tecnolog¨ªa invasora y termina siendo aceptado con sus ventajas y complicaciones. Es como si apocal¨ªpticos e integrados se aburrieran r¨¢pidamente y buscaran un nuevo objeto donde descargar sus pasiones. Hoy nadie se inmola a favor o en contra del c¨®mic o la televisi¨®n, dos medios sospechosos cuando Umberto Eco escribi¨® Apocal¨ªpticos e integrados. En este contexto no deber¨ªa sorprendernos que un d¨ªa recordemos con nostalgia, y de manera desapasionada, ese caluroso verano de 2016 cuando nos pasamos las tardes cazando Pikachus sabiamente aconsejados por los v¨ªdeos de El Rubius.
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