De primeras

Trasladar el vocer¨ªo de los campos de f¨²tbol a los programas que comentan la jornada liguera se ha convertido en un espect¨¢culo recurrente, un contagio de los espacios m¨¢s viscosos del coraz¨®n que causa dolor de cabeza, y del que no se libran televisiones p¨²blicas o privadas. Periodistas forofos, exjugadores que no aportan un m¨ªnimo an¨¢lisis, y un tono vehemente que a veces raya en la agresividad llama a preguntarse en qu¨¦ momento los aficionados m¨¢s irreflexivos saltaron del c¨¦sped a los plat¨®s.

Por suerte, tenemos un oasis en el que uno se puede sosegar un rato. Se llama El club y es la elegante apuesta de beIN SPORTS (domingos, 22.45) por una informaci¨®n futbol¨ªstica racional y un debate ordenado, sin gritos. Sobrios colores en las paredes, unas notas de jazz de fondo y el presentador, Axel Torres, y los invitados, trajeados y hablando de f¨²tbol, pero con argumentos, sin la zafiedad de esos chiringuitos en los que da verg¨¹enza ajena ver a informadores con la camiseta de su equipo, a veces literalmente, y ya no est¨¢n algunos cuerpos para mostrarse tan groseramente. Me pregunto si los chavales que siguen estas tertulias de bar con serr¨ªn y gambas por el suelo pensar¨¢n si hay que comportarse as¨ª cuando defiendas tus colores.

Sin embargo, escuchar a gente como Laudrup o Zubizarreta, a periodistas como Santi Segurola, o a Jorge Valdano, que ha pasado por casi todas las plantas del f¨²tbol, da gusto. En ocasiones pueden embrollarse en s¨ª es mejor que Zidane disponga un 4-3-3 o un 4-3-2-1, pero su conclusi¨®n suele ser que los futbolistas, para lo bueno o para lo malo, son y deben ser los protagonistas, los que hacen ese deporte bello o miserable. En ning¨²n caso es conveniente que los amos de la pelota sean periodistas que solo saben jugar al pelotazo, cuando lo que gusta del f¨²tbol, sobre todo, es si se juega de primeras. Y aunque el bal¨®n no acabe en la porter¨ªa del rival, el esfuerzo por el toque merecer¨¢ nuestro aplauso.