Recuerdos espa?oles de un juglar

Pienso en Dario Fo, el ¨²nico c¨®mico ganador de un Nobel (?para cu¨¢ndo Woody Allen?) y pienso que esa muerte est¨¢ unida, desde luego, a la edad, que noventa a?os son muchos a?os, pero tambi¨¦n a la partida de Franca Rame, la compa?era de su vida, gran comedi¨®grafa y c¨®mica tambi¨¦n, y pienso en los hijos e hijas que dejaron entre nosotros. Pensar en Fo (y en Rame) es, para m¨ª, pensar en Carla Matteini, que tantas versiones castellanas hizo de sus textos (¡°mi mejor traductora en cualquier lengua¡±, dijo Fo, y hay que repetirlo ahora que ella tampoco est¨¢ entre nosotros), y pensar en Joglars y en el Boadella de Operaci¨® Ub¨² y Ub¨² President. Pienso en Joglars y pienso en T¨¢bano, que en 1982 estrenaron La mueca del miedo, aquella violenta s¨¢tira (no: lo violento era la realidad) sobre Agnelli y el asesinato de Aldo Moro. Y pienso, desde luego, en Rafael ?lvarez, El Brujo, tan gloriosamente popular y bufonesco, tan unido a Fo desde sus comienzos, desde Ten¨ªa dos pistolas con los ojos blancos y negros, a principios de los ochenta, y que bord¨® San Francisco, juglar de Dios, y que pidi¨® (y obtuvo) la bendici¨®n, laica pero con burlonas maneras cardenalicias, del propio Fo.

Pienso en El Brujo y pienso en el desaparecido pero nunca olvidado Pepe Rubianes, porque ambos coincidieron en Ten¨ªa dos pistolas, en la Villarroel barcelonesa y en el Marquina, a las ¨®rdenes de Jos¨¦ Antonio Ortega, otro teatrero tocado por la magia de Fo: triple carambola.

Pienso en Ortega, que dirigi¨® La tigresa y otras historias, otro de los grandes ¨¦xitos del maestro italiano, en 1982, a poco de estrenarse en Italia, y me gusta recordarla porque Manel Barcel¨® represent¨® esa funci¨®n nada menos que veinte a?os, fue su tarjeta de visita, su se?a de identidad, y en 2014 tom¨® el testigo Juli¨¢n Ortega a las ¨®rdenes de su padre, en El Sol de Yorick y luego en Teatro del Barrio, en Madrid.

Otro estupendo actor unido durante a?os a un espect¨¢culo de Dario Fo fue Josep Minguell, interpretando al Loco de Muerte accidental de un anarquista, tal vez su pieza m¨¢s aclamada. Se estren¨® en 1978, en la sala Cadarso, en montaje colectivo de El Espol¨®n del Gallo, y luego lleg¨® la puesta de Pere Planella, en Barcelona y Madrid, donde tambi¨¦n destac¨® como actor c¨®mico Jordi Bosch. Y la de ?ngel Alonso con Paco Mor¨¢n reventando taquillas, y otra de Planella en el Bellas Artes, con Aitor Mazo en el rol estelar. Otra comedia de Fo con muchas reposiciones fue Aqu¨ª no paga nadie: la del 83, donde relumbraron Esperanza Roy y ?ngel de Andr¨¦s L¨®pez, y luego en 2005, con Silvia Mars¨® y Jordi Rebell¨®n, y en 2012, con Mar¨ªa Isasi y Pablo Carbonell. Y es inevitable pensar en todos los hijos e hijas (imposible rese?arlos aqu¨ª) que desde los ochenta han representado y siguen representando Misterio bufo, la quintaesencia juglaresca, cr¨ªtica y ¨¢crata, l¨¢tigo de poderes e injusticias, de Dario Fo.