Un digno complemento
Oliver Stone ha compuesto un buen acercamiento a Snowden, y su mejor trabajo en a?os, a pesar del aparente convencionalismo
Por su calidad, su oportunidad o su autenticidad, hay pel¨ªculas que (casi) invalidan otras futuras, ya sean segundas versiones o incluso nuevos acercamientos a la tem¨¢tica. Una gran pel¨ªcula en el momento justo es algo irrepetible. ?Qui¨¦n se atreve con una obra sobre el Watergate tras Todos los hombres del presidente? ?O con una ficci¨®n sobre el caso real de pedofilia en la familia del payaso y el inform¨¢tico tras Capturing the Friedmans? ?Y con una ficci¨®n sobre Edward Snowden tras el documental en directo, tras el thriller ver¨ªdico en el que se convirti¨® el portentoso, en calidad y oportunidad, Citizenfour? La respuesta est¨¢ aqu¨ª, al menos a la tercera cuesti¨®n: Oliver Stone.
SNOWDEN
Direcci¨®n: Oliver Stone.
Int¨¦rpretes: Joseph Gordon-Levitt, Shailene Woodley, Melissa Leo, Zachary Quinto.
G¨¦nero: espionaje. EE UU, 2016.
Duraci¨®n: 134 minutos.
Los primeros minutos de Snowden hacen temer lo peor. Las situaciones, el enclave, un hotel de Hong-Kong, y los personajes, Snowden, analista de la CIA, Laura Poitras, directora de documentales, y Glenn Greenwald, periodista del peri¨®dico brit¨¢nico The Guardian, son los mismos que los de Citizenfour. Sin embargo, pronto que se ve que la acci¨®n no va por esos derroteros, que lo del rodaje del documental ¨²nicamente ejercer¨¢ de hilo conductor. A partir de ah¨ª, Stone, tambi¨¦n coguionista, bas¨¢ndose en dos de los libros de investigaci¨®n sobre la figura del trabajador del gobierno que denunci¨® los programas de espionaje masivo del gobierno de Estados Unidos, intenta convertirse en el mejor complemento posible de la pel¨ªcula de Poitras, narrando el pasado del esp¨ªa, su vida privada, acerc¨¢ndose a sus ideales de un modo m¨¢s melodram¨¢tico y as¨ª continuar denunciando el caso. Seguir destapando la iron¨ªa inicial del esp¨ªa que denunciaba al mundo que los esp¨ªas espiaban demasiado.
Con la creatividad en punto muerto desde hace d¨¦cada y media, Stone ha compuesto un digno acercamiento a Snowden, y su mejor trabajo en a?os, a pesar del aparente convencionalismo y de que determinadas visualizaciones (los ataques epil¨¦pticos, la escenificaci¨®n del espionaje masivo, casi en power point estilo new age) est¨¢n lejos del talento del director de la obra maestra JFK. La pel¨ªcula es un nuevo golpe a la falta de libertades contempor¨¢neas, otra oportunidad para que las fuerzas sociales debatan si prefieren m¨¢s libertad o m¨¢s seguridad, y una denuncia de altura sobre los intereses de las empresas militares. Y esta vez no desde un magistral documento en directo que en realidad han visto cuatro gatos, sino desde una pel¨ªcula de masas dirigida por una de las conciencias de la izquierda m¨¢s reputadas del pa¨ªs.
Y ello a pesar de la paradoja de que el buen trabajo de m¨ªmesis de Joseph Gordon-Levitt no logra evitar la sensaci¨®n de que el propio Snowden, contradiciendo el habitual car¨¢cter idealizador del cine, tenga m¨¢s carisma que el actor.
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