¡°Mi mirada imprime car¨¢cter especial a mis personajes¡±
El m¨ªtico actor neoyorquino recibe el Gran Premio Honor¨ªfico del festival de Sitges
Imposible no pensar, vi¨¦ndolo sentado delante, con esa legendaria mirada intensa y a la vez perdida en sus ojos de un azul desva¨ªdo y pupilas min¨²sculas ¡ªpero que parecen descargar electricidad¡ª, en las dos secuencias de cl¨ªmax de El cazador, la pel¨ªcula de 1978 de Michael Cimino por la que gan¨® el Oscar al mejor actor secundario. Christopher Walken (Queens, Nueva York, 1943) se lleva la mano a la sien pero ¡ªafortunadamente¡ª no hay un rev¨®lver en ella como el que sosten¨ªa en el papel de Nick Chevotarevich durante el juego letal de la ruleta rusa en Vietnam con Robert de Niro. Vestido completamente de negro (hasta los calcetines), extremadamente p¨¢lido, con ese peinado caracter¨ªstico al estilo Dr¨¢cula de Coppola, Walken se muestra paciente, amable en Sitges, donde recibir¨¢ el Gran Premio Honor¨ªfico, y hasta simp¨¢tico. Aunque de esa afabilidad y calma pueden brotar los cinco tiros que le endosa su personaje del mafioso Vincenzo Cocotti a Dennis Hopper en Amor a quemarropa o la insondable melancol¨ªa que dispara la bala con que se mata Nick en el irremediable desenlace de El cazador.
Pregunta. ?C¨®mo se interpretan momentos de tanta intensidad como los de El cazador?
Respuesta. Hace tanto tiempo. Recuerdo el rodaje en escenarios reales. A medianoche. Con much¨ªsimo calor. La atm¨®sfera ayudaba mucho. En Bangkok, en la secuencia final, est¨¢bamos sentados y las ratas corr¨ªan entre nuestros pies. Durante tanto rato que ya ni les prestabas atenci¨®n. Era una atm¨®sfera surrealista, on¨ªrica.
P. ?En qu¨¦ piensa uno para conseguir un efecto en la pantalla como esa desolaci¨®n y desesperanza absolutas de su personaje?
R. Bueno, en realidad el efecto m¨¢s perturbador lo consiguen el director y el montador. El montador tiene un papel extraordinariamente importante en las pel¨ªculas que la gente no suele reconocer.
¡°Tengo miedo a los riesgos f¨ªsicos. No me gusta conducir r¨¢pido¡±
P. Mucha gente est¨¢ de acuerdo en que su secuencia siciliana con Dennis Hopper en Amor a quemarropa, de Tony Scott, es de lo mejor de su carrera.
R. S¨ª, es muy buena. Una secuencia maravillosa. La hicimos en un d¨ªa en una habitaci¨®n peque?a. Frente a frente. Plano y contraplano. Fue muy f¨¢cil. Nos dimos cuenta de que era algo muy bueno. Luego nos fuimos a cenar para celebrarlo.
P. Es Tarantino antes de Tarantino.
R. S¨ª, ¨¦l escribi¨® el guion. Entonces no le conoc¨ª. Fue despu¨¦s, con Pulp Fiction.
P. ?Improvisaron en esa secuencia en que Hopper le provocaba hasta casi hacer re¨ªr para que le matara r¨¢pido?
R. En absoluto. Todo estaba escrito.
P. ?Y en su aparici¨®n en Pulp Fiction como el capit¨¢n Koons, cuando le da al ni?o que luego ser¨¢ Bruce Willis el reloj de su padre muerto y le explica que lo ha conservado en cautividad de los norvietnamitas escondi¨¦ndolo en el culo?
R. Tampoco. Siempre estaba todo escrito por Tarantino. Y por cierto, la hice sin el ni?o.
¡°Me fui con un circo a los 15 a?os como domador de leones. Era joven y alocado¡±
P. Borda usted los villanos y los soci¨®patas. ?Tiene que ver con su aspecto?
R. S¨ª, creo que hay algo, la manera en que miro. Eso imprime car¨¢cter especial a mis personajes. Siempre es bueno impresionar, es lo que desea cualquier actor.
El actor mira a¨²n m¨¢s intensamente, directo a los ojos. Es como un bofet¨®n sordo. Una experiencia f¨ªsica. Uno casi cree escuchar de fondo al guarda vietcong gritando. ¡°?Mau, mau! ?Didi mau!¡±. Hay que ser Robert de Niro para aguantar esa mirada. Walken contin¨²a: ¡°Adem¨¢s soy muy p¨¢lido, nunca tomo el sol, no me gusta. Seguramente hay algo de Dr¨¢cula en m¨ª¡±. Sonr¨ªe.
P. Pero a la vez muestra un lado de una gran fragilidad.
R. S¨ª, precisamente: Dr¨¢cula es muy fr¨¢gil.
P. ?Le hubiera gustado hacer el Dr¨¢cula de Coppola?
R. Mucho, pero nadie lo pod¨ªa haber hecho mejor de lo que lo hizo Gary Oldman. Un Dr¨¢cula extraordinario.
P. ?Cu¨¢l considera su mejor trabajo?
R. No sabr¨ªa decirle, he hecho tantas pel¨ªculas, y muchas, ?sabe?, ni se han visto. A veces las pillo en la tele. Verlas me ayuda a mejorar. La gente no sabe cu¨¢ntas pel¨ªculas se quedan sin estrenar.
P. Cuentan que es usted hombre de muchas fobias.
R. No, no creo. Tengo miedo a riesgos f¨ªsicos. No me gusta conducir r¨¢pido. En los rodajes cuando hab¨ªa que montar un caballo me preparaban uno que no se mov¨ªa en realidad.
P. Ah, pero fue domador de leones.
¡°No se debe confundir al actor con sus papeles. Mi vida es muy distinta¡±
R. Es cierto. Me fui con un circo a los 15 a?os. Era joven y alocado. Y el le¨®n era un pobre animal.
P. Tiene fama de gran bailar¨ªn desde los inicios de su carrera.
R. Ya no. Los bailarines de verdad, ?sabe?, solo bailan por dinero. Nunca ver¨¢ un bailar¨ªn bailar en una fiesta.
P. Pese a todos sus atormentados personajes, dir¨ªa que es usted feliz.
R. No se debe confundir al actor con los papeles que interpreta. Mi vida es muy distinta, afortunadamente.
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