Renoir replica con su gozo al desprecio intelectual
El Thyssen re¨²ne 76 obras de uno de los impresionistas m¨¢s populares en una gran monogr¨¢fica que reivindica su complejidad
Pierre Auguste Renoir (Limoges, 1841- Cagnes-sur-Mer, 1919) es el pintor m¨¢s popular entre los impresionistas, el movimiento m¨¢s conocido de la historia del arte. Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de media docena de obras m¨ªticas, es tambi¨¦n el m¨¢s desconocido, adem¨¢s del m¨¢s criticado e incomprendido por sectores intelectuales que quiz¨¢ confunden el gozo que desprenden sus cuadros con la facilidad y la simpleza. Pero la obra del artista franc¨¦s va mucho m¨¢s all¨¢ de sus desnudos o sus escenas campestres y festivas, tal como se puede ver en la gran retrospectiva de 76 obras titulada Intimidad que hasta el 22 de enero se puede ver en el Museo Thyssen-Bornemisza (Madrid). La exposici¨®n, patrocinada por Japan Tobacco International (JTI) y con pr¨¦stamos de varios pa¨ªses, estar¨¢ en el Bellas Artes de Bilbao el 7 de febrero.
Guillermo Solana, director art¨ªstico del museo y comisario de la exposici¨®n recuerda que el Thyssen ha dedicado ya exposiciones monogr¨¢ficas a casi todas las figuras esenciales del impresionismo. ¡°En apariencia, Renoir es el m¨¢s f¨¢cil de todos ellos, pero en realidad es el m¨¢s dif¨ªcil y complejo. Creo que por eso lo hemos ido dejando para el final. Se escapa a todo patr¨®n y es anticonceptual. Los intelectuales le han despreciado, pero ese desprecio era mutuo. Renoir, un hombre muy directo, opinaba p¨²blicamente que los intelectuales eran unos tarados incapacitados para el disfrute de los sentidos¡±.
El sonido y el olor del lienzo
Uno de los cuadros m¨¢s bellos de la colecci¨®n permanente del Thyssen es Mujer con sombrilla en un jard¨ªn, un ¨®leo de Renoir de 1875. Ocupa la ¨²ltima sala de la antol¨®gica una recreaci¨®n de esta obra que intenta multiplicar las sensaciones del espectador al contemplarla. El visitante puede palpar la pintura y, con los auriculares que se facilitan en la visita, disfrutar a fondo de la recreaci¨®n multisensorial.
Las personas con discapacidad visual disponen de cartelas en braille y una audiodescripci¨®n con indicaciones para hacer un recorrido t¨¢ctil por la pieza. Y se pueden oler las fragancias de las flores que pueblan el jard¨ªn abandonado, escuchar el canto de los p¨¢jaros, el zumbido de las abejas y las risas de los ni?os.
Y de disfrute, gozo y alegr¨ªa de pintar trata la exposici¨®n, la primera antol¨®gica que se le dedica en Espa?a, seg¨²n asegura Guillermo Solana. Tambi¨¦n se puede ver estos d¨ªas al maestro franc¨¦s en la Fundaci¨®n Mapfre de Barcelona, centrada en los retratos de mujeres, escogidos de la colecci¨®n del Museo d¡¯Orsay.
Sobre el t¨ªtulo, Intimidad, el comisario precisa que Renoir quer¨ªa que su pintura fuera contemplada con los cinco sentidos. Citando a su hijo, el cineasta Jean Renoir, Solana cuenta que el artista entraba en sinton¨ªa con todo lo que pintaba. Se adentraba en la escena del cuadro y quer¨ªa que el espectador participara de la acci¨®n disfrutando al m¨¢ximo de lo que acontece en cada cuadro. ¡°Una alegr¨ªa de vivir¡±, dice Guillermo Solana, ¡°muy meritoria. Por un lado, Renoir, a diferencia de sus compa?eros impresionistas, ven¨ªa de una familia muy humilde. Y muy pronto empez¨® a padecer una artritis reum¨¢tica que convirti¨® su vida en un dolor permanente¡±.
Iconos, familia, desnudos
La exposici¨®n arranca con dos salas dedicadas al impresionismo donde se muestran algunas de sus obras m¨¢s ic¨®nicas, firmadas entre 1869 y 1880: Despu¨¦s del almuerzo (1879), un estudio del natural de Le Moulin de la Galette (1875-1876), Almuerzo en el restaurant Fournaise (El almuerzo de los remeros, 1869), Ba?os en el Sena (La Grenouill¨¨re, 1869) y una serie de retratos femeninos entre los que se encuentra el de la mujer de Monet (1872-1874).
A partir de 1877, Renoir se distancia de los impresionistas, cree que su fama de radicales le perjudica y ¨¦l quiere vivir de su oficio. Comienza una etapa de ¨¦xito comercial y social durante la que pinta numerosos retratos de encargo protagonizados por se?oras y por ni?os. Aqu¨ª destaca la serie dedicada a la familia de su galerista, Durand-Ruel. Una parte importante del recorrido est¨¢ dedicada a los paisajes, un g¨¦nero que le serv¨ªa de distracci¨®n personal. Son cuadros de peque?o formato con vistas de Normand¨ªa, Italia, Provenza o la Costa Azul.
Las numerosas escenas familiares protagonizadas por sus tres hijos y su esposa dan pie a la ¨²ltima sala en la que se llega a la apoteosis del desnudo a trav¨¦s de ba?istas. Son mujeres de cuerpos monumentales y desproporcionados, a la manera de Miguel ?ngel, Tiziano y Rubens. Estos desnudos fueron admirados por muchos maestros posteriores como Bonnard, Matisse, Modigliani y Picasso.
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