Stefano Bollani: ¡°El elitismo tiene los d¨ªas contados¡±
El pianista italiano derriba las barreras entre la cl¨¢sica y el jazz
Hay un hombre en Italia que lo hace todo. Pianista de jazz en diversos formatos, concertista de cl¨¢sica, escritor, int¨¦rprete de sonidos brasile?os y, por qu¨¦ no, de pop, actor ocasional y presentador de televisi¨®n, Stefano Bollani (Mil¨¢n, 1972) es lo m¨¢s parecido que hay en la m¨²sica instrumental europea a una estrella del rock, y no solo por su don de gentes o por su aspecto alejado de la etiqueta de los grandes templos l¨ªricos; pelo y barba descuidados y vestuario informal.
La ¨²ltima empresa de alguien a quien las cosas parecen costarle menos que al resto de los mortales consiste en la profanaci¨®n de esos mundos sinf¨®nicos. El viaje arranc¨® hace seis a?os con la grabaci¨®n junto a Riccardo Chailly de Rhapsody in Blue y Piano Concerto in F, de George Gershwin con la Gewandhausorchester de Leipzig. Tras el ¨¦xito de aquel (con sus 100.000 copias vendidas en Italia), vendr¨ªa otro disco, Sounds of the 30s, con m¨²sica de Stravinsky, Ravel, Kurt Weill y Victor de Sabata, tambi¨¦n en el sello Decca y con id¨¦nticos colaboradores. Y luego, la colaboraci¨®n con Zubin Mehta, la Orquesta de la Academia Nacional de Santa Cecilia o, el pasado septiembre, una actuaci¨®n en la ciudad alemana con el director de orquesta estonio Kristjan Jarvi al frente de la Orquesta Sinf¨®nica de la Radio MDR de Leipzig. Con ella, el pianista ten¨ªa previsto estrenar una composici¨®n propia, Concerto Azzurro for Piano and Orchestra.
Una indisposici¨®n de Jarvi impidi¨® finalmente ensayarla apropiadamente para su debut (que qued¨® aplazado hasta el Mayo Musical Florentino de 2017), as¨ª que la participaci¨®n de Bollani se sustituy¨® en el programa por la infalibilidad de Rhapsody in Blue, con la que el italiano se meti¨® al respetable (de, recordemos, la ciudad en la que Bach desarroll¨® gran parte de su carrera como cantor) en el bolsillo, con su mezcla de sentido del humor y destreza al instrumento.
Como en la escuela
¡°El p¨²blico de los conciertos, sobre todo si son ante una sinf¨®nica, se sienta all¨ª, como intimidado, no se atreve a aplaudir, no r¨ªe, no¡ nada¡±, explic¨® Bollani horas antes del recital en un hotel de Leipzig. ¡°Est¨¢n como en la escuela. Cuando entienden que los m¨²sicos est¨¢n pas¨¢ndolo bien, ellos lo pasan bien tambi¨¦n. Lo contrario se parece a hacer el amor sin mostrar emociones¡±.
La conexi¨®n espa?ola
¡°?Me encantar¨ªa tocar m¨¢s en Espa?a!¡±, exclama el pianista Stefano Bollani con contagioso entusiasmo. Est¨¢ en la buena senda para lograr su objetivo. De momento, el m¨²sico se ha asociado con el tambi¨¦n pianista Chano Dom¨ªnguez (C¨¢diz, 1960) para ofrecer una serie de conciertos a d¨²o el pr¨®ximo verano en la Pen¨ªnsula. Esta no ser¨ªa la primera aventura de Bollani en un formato de no tan larga tradici¨®n en la historia del jazz pero practicado por ¨¦l en el pasado. El italiano ha tocado a d¨²o con las leyendas del instrumento Chick Corea y Martial Solal.
M¨²sico precoz, Bollani lleg¨® al jazz de la mano del ragtime y de Louis Armstrong. ¡°Aunque estuve unos meses escuchando los discos a una velocidad inadecuada, hasta que un d¨ªa vino mi padre del trabajo y me lo hizo notar. Para m¨ª, aquella m¨²sica era mucho m¨¢s atractiva a toda pastilla¡±, recuerda. Su temprana alergia a los prejuicios (¡°la diferenciaci¨®n entre la alta y la baja cultura ya no tiene sentido; el elitismo cultural tiene los d¨ªas contados¡±, dice) impregn¨® desde el principio su carrera en el jazz italiano, cuando, a mediados de los noventa, recibi¨® el testigo del trompetista Enrico Rava, perteneciente a una generaci¨®n anterior m¨¢s inclinada a la experimentaci¨®n.
La suya ha popularizado, ¡°gracias al apoyo de los medios¡±, una versi¨®n desprejuiciada del jazz hasta, en su ejemplar caso, ?llevarla a la televisi¨®n! Tras desdoblarse como showman y m¨²sico en el programa Sostiene Bollani, de Rai 3, el pianista prepara su desembarco la primera cadena con el programa L¡¯importante ¨¨ avere un piano, t¨ªtulo que ofrece un juego de palabras entre la importancia de tener un piano y un plan.
En ¨¦l, nuestro hombre recibir¨¢ en la cadena p¨²blica de mayor audiencia a varios m¨²sicos amigos para ofrecer actuaciones en directo. La lista, en la que figuran ¡°nombres espa?oles¡± es, de momento, secreta. A Bollani no le asusta la idea de sustituir al hist¨®rico comentarista pol¨ªtico Bruno Vespa (tanto contribuy¨® a ciertos h¨¢bitos que hay hasta una frase hecha en el pa¨ªs: ¡°me fui a dormir despu¨¦s de Vespa¡±). M¨¢s bien al contrario, le apetece ser, como de costumbre, el extraterrestre reci¨¦n llegado. ¡°Antes era el m¨¢s ligero de los que sal¨ªan en la cadena cultural y ahora ser¨¦ el m¨¢s cultureta de la cadena ligera. El m¨¢s bobo de los intelectuales y viceversa, cuando, por suerte no soy ni una cosa ni otra¡±.
Babelia
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