¡°Nuestra librer¨ªa es un homenaje a Sylvia Beach¡±

Los s¨®tanos han acogido siempre secretos que no se pod¨ªan compartir. Si hablamos de literatura, mucho m¨¢s: el s¨®tano de Ernesto S¨¢bato era tan c¨¦lebre que incluso Jorge Luis Borges le respondi¨® una vez a un periodista norteamericano: ¡°?C¨®mo no lo voy a conocer a Ernesto S¨®tano! Un autor que escribo sobre t¨²neles, tumbas y cosas as¨ª¡±. Tambi¨¦n Thomas Bernhard recurri¨® a este espacio misterioso para titular el segundo volumen de sus relatos autobiogr¨¢ficos. El s¨®tano de Cervantes y compa?¨ªa nos devuelve esa atm¨®sfera puramente literaria de S¨¢bato, Bernhard y otros tantos. Como una salita de estar ¨Cc¨®moda, apacible y caliente-, el s¨®tano de la Cervantes atesora m¨¢s que libros, miles de lecturas.

Silvia, Mar¨ªa y ?scar son los anfitriones de este s¨®tano que forma parte de una de las librer¨ªas m¨¢s hermosas de Madrid. Silvia ven¨ªa del mundo del periodismo, Mar¨ªa de la interpretaci¨®n y ?scar de la edici¨®n y distribuci¨®n de libros. A todos les pareci¨® buena idea hacer un gui?o a la librer¨ªa m¨¢s famosa del mundo a la hora de concebir la suya propia: ¡°Admir¨¢bamos mucho a Sylvia Beach y c¨®mo innov¨® en el concepto de librer¨ªa con Shakespeare & Co. El nombre es un homenaje a aquella librer¨ªa pero poniendo a nuestro Cervantes como protagonista¡±, comenta ?scar. En un principio, incluso quisieron continuar con la idea de Beach y publicar ¨²nicamente libros escritos en el idioma del creador del Quijote, pero se asustaron y finalmente decidieron optar por una oferta m¨¢s amplia de libros escritos por autores extranjeros, aunque con especial hincapi¨¦ en aquellos que escriben en espa?ol.

Al poco de nacer, Cervantes y compa?¨ªa vivieron su primera mudanza: de la calle Malasa?a a la calle del Pez. ¡°Esta calle tiene mucho que ver con la cultura, por algo la llaman la ¡®Gran V¨ªa cultural de Madrid¡¯. Estamos rodeados de teatros. Adem¨¢s este espacio es m¨¢s grande y nos permit¨ªa una oferta m¨¢s l¨²dica¡±, comenta Garc¨ªa.

Aunque estos libreros huyen de la creciente espectacularizaci¨®n de las librer¨ªas y creen que a todo librero le gustar¨ªa tener ¨²nicamente un espacio atiborrado de libros y no hacer otra cosa que atenderlos, son conscientes de que es necesario montar ciertos artificios para atraer al p¨²blico: ¡°Lo que hace que un lector venga ha cambiado con el tiempo y lo que no puede ser es que la librer¨ªa est¨¦ est¨¢tica, inm¨®vil, como en un submundo. Yo creo que lo ideal es un h¨ªbrido, es decir, ofrecer una experiencia m¨¢s all¨¢ de la compra de un libro¡±. Entre esas experiencias destacan actividades como las que mezclan danza y libros, recitales, presentaciones, exposici¨®n y quiz¨¢s, lo m¨¢s ins¨®lito, cumplea?os literarios. Tal y como los propios libreros lo definen: ¡°Un cumplea?os diferente para los apasionados de la lectura. P¨¢sanos una lista de libros y nosotros marcaremos entre todos los ejemplares de la librer¨ªa aquellos que te gustar¨ªa que te regalasen, para que tus amigos descubran cu¨¢les son. Y tras el atrac¨®n literario, un catering en el s¨®tano para que pas¨¦is una velada diferente¡±.

Entre esas estanter¨ªas saciadas de obras, ?scar Garc¨ªa saca una que recomienda ¨²ltimamente: ¡°Se trata de Nada que esperar, de Tom Kromer, publicada en Sajal¨ªn. Est¨¢ ambientada en la Gran Depresi¨®n norteamericana y cuenta la historia de un profesor que se queda en paro y busca trabajo viajando en un tren de mercanc¨ªas. Una historia verdadera que te explica c¨®mo alguien tan normal y prometedor puede acabar en la miseria, pero sin sucumbir a ella¡±.

El librero es generoso y ofrece tres razones para creer en los libros: ¡°Primero porque gran parte del conocimiento del ser humano viene por los libros y la lectura; segundo porque los libros en papel, concretamente, transmiten una serie de sensaciones que no permiten otros soportes y tercero, porque es una pulsi¨®n humana y uno de los artefactos tecnol¨®gicos mejor dise?ados¡±. ?Alguien da m¨¢s?