¡°Urge presentar el legado de la guerra en Colombia: muerte y vac¨ªo¡±
La artista Doris Salcedo crea 11 kil¨®metros de tela blanca unida a 10.000 colombianos
El 2 de octubre, los colombianos rechazaron en refer¨¦ndum los acuerdos de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC. Nueve d¨ªas despu¨¦s una enorme mortaja blanca con 11 kil¨®metros de puntadas cosidas por, al menos, 10.000 personas, rend¨ªan durante algunas horas un homenaje de luto bramando con la memoria la voz de las v¨ªctimas del conflicto, en la Plaza Bol¨ªvar de Bogot¨¢. Lo hab¨ªa tejido esa Colombia que conf¨ªa en un futuro de heridas cerradas bajo la batuta de Doris Salcedo (Bogot¨¢, 1958), quiz¨¢s la artista latinoamericana m¨¢s reconocida en su creatividad de honda denuncia a nivel mundial. Lo ha llamado Sumando ausencias y aunque parezca una urgente protesta surgida del des¨¢nimo, es producto, asegura ella a EL PA?S, de a?os de reflexi¨®n.
¡°Ha sido una respuesta a la p¨¦rdida sufrida por quienes dese¨¢bamos una transici¨®n hacia una sociedad diferente, menos violenta, menos dividida y menos inequitativa¡±, afirma Salcedo. ¡°Sumando Ausencias es una obra en la que los nombres de tan solo el 9 % de las v¨ªctimas fatales del conflicto colombiano fueron puestas en el centro de nuestra vida pol¨ªtica, llevados all¨ª por una comunidad ef¨ªmera de tejedores que se forj¨® en los d¨ªas en que se realiz¨®¡±. Salcedo dirigi¨® a cientos de voluntarios generosos, que con devoci¨®n y respeto, dice, escribieron estos nombres con ceniza y luego los unieron con hilo y aguja. ¡°As¨ª, durante un corto tiempo, los sustrajeron de la abstracci¨®n de la muerte para permitir que se manifestara su presencia en el lugar donde los vivos hacen sus manifestaciones¡±.
Las personas que zurcieron uno a uno los mantos, cosieron esos 11 kil¨®metros de puntadas y lograron unir, en una sola imagen, el dolor de miles de familias. Fue una reacci¨®n contundente y, seg¨²n ella, nada improvisada. ¡°Llevo 30 a?os pensando el conflicto colombiano, inmersa en el duelo que ha generado durante tantos a?os. Creo que es urgente presentar el legado de la guerra: la muerte y el vac¨ªo. Pero tambi¨¦n, simult¨¢neamente, quisiera proponer acciones art¨ªsticas colectivas que permitan la elaboraci¨®n de dicho duelo. Este tipo de arte es esencial en nuestra sociedad. Como bien dijo, el sobreviviente de Auschwitz, Jean Amery, ¡®la visi¨®n est¨¦tica de la muerte, revela una visi¨®n ¨¦tica de la vida¡¯. Para ¨¦l, cuando esa visi¨®n colapsa, Auschwitz se convierte en una realidad. Por eso intento formular en mi obra una po¨¦tica del duelo que permita recuperar algo de la dignidad perdida cada vez que ocurre una muerte violenta¡±, a?ade la artista.
¡°Esta acci¨®n ha sido una respuesta a la p¨¦rdida sufrida por quienes dese¨¢bamos una transici¨®n hacia una sociedad diferente, menos violenta, menos dividida y menos inequitativa¡±
Inmersa en la complejidad de Palimpsesto, la obra que presentar¨¢ en oto?o de 2017 en el Palacio de Cristal del Retiro, en Madrid, por encargo del Museo Reina Sof¨ªa, no ha querido permanecer ajena al presente latido de su pa¨ªs. ¡°Intento demarcar un espacio que nos permita superar el olvido por medio de una acci¨®n colectiva. Algunos eventos que forman parte del pasado deben ser tra¨ªdos a nuestro presente. Como artista creo necesario pensar en el desastre, pero tambi¨¦n, pensar m¨¢s all¨¢ del desastre. Con cada obra que elaboro, reafirmo una fe inquebrantable en la capacidad del arte para articular aquello de lo que nadie quiere hablar, aquello que hemos relegado al abismo del olvido. En un momento tan cr¨ªtico como el que vivimos en Colombia, siento la necesidad de generar im¨¢genes capaces de oponerse a la hegemon¨ªa simb¨®lica que imponen la violencia y la guerra¡±.
Apela a la capacidad inmemorial de nombrar, por parte de los artistas. ¡°En este momento, cuando nos vemos de nuevo abocados a la posibilidad del enfrentamiento, considero importante recordar, con nombre propio, a aquellos seres a quienes nos hemos acostumbrado a denominar de manera gen¨¦rica v¨ªctimas o excluidos. La identidad de esos seres humanos merece ser nombrada, reconocida, recordada. Esta es la ¨²nica raz¨®n de ser de Sumando ausencias. La funci¨®n principal de la violencia es destruir y desarticular el lenguaje para reducir a sus v¨ªctimas al lamento, a la queja, a un estado anterior al lenguaje. Al arte, por el contrario, le corresponde articular un modo de expresi¨®n para que las experiencias extremas sufridas por las v¨ªctimas resulten inteligibles. As¨ª, tan solo as¨ª, dichas experiencias pueden ser compartidas y quiz¨¢s comprendidas¡±.
No se equivoca Doris Salcedo tras comprobar las respuestas a nivel mundial que ha provocado su manto. ¡°Me sorprendi¨® mucho la reacci¨®n. El momento que vivimos es cr¨ªtico y fue muy intensa. Por un lado, logr¨® canalizar el sentido de impotencia y dolor que nos embarg¨® cuando confirmamos el triunfo del No. Por este motivo, tantas personas participaron en la elaboraci¨®n de la obra¡±. Muchos comprendieron el sentido profundo que encerraba, cree la artista. La imagen circul¨® por la redes y, desde la guerrilla hasta los estudiantes del campamento de paz, la reprodujeron. ¡°Creo que la imagen po¨¦tica ofrece la posibilidad de elevar nuestra condici¨®n, aun en los momentos m¨¢s dif¨ªciles¡±.
Tampoco le importan las cr¨ªticas. ¡°Son siempre bien recibidas, un factor muy importante en el quehacer del artista. Pero, en este caso no ha existido una cr¨ªtica a la obra. Fue personal, dirigida a m¨ª y esto hizo que para algunos la imagen se volviera tan invisible, como las v¨ªctimas que intentaba honrar. Destruir una obra de arte acarrea sus consecuencias pol¨ªticas: el destrozo prevalece sobre la creaci¨®n de sentido¡±.
Tal vez, estas obras nos ayuden a entender que existen mecanismos no violentos para superar conflictos"
Lo que le inquieta es que esas cr¨ªticas influyan en la incapacidad de expresar el dolor con coherencia. ¡°Se dio una cr¨ªtica carente de respeto, que confirma el estado de intolerancia que nos mantiene en la guerra. Se orquest¨® un linchamiento virtual por parte de curadores, periodistas y artistas. Como todo linchamiento, este comenz¨® sembrando una sospecha ¨¦tica. Y a partir de la sospecha, se esparce la mentira con la fluidez de las redes¡±.
Para ella, lo realmente importante en estos momentos, es la decisi¨®n de artistas, periodistas y gestores culturales de hacerse presentes en la plaza de Bol¨ªvar con acciones creativas que permitan a la sociedad colombiana comprender la imperiosa necesidad de alcanzar la paz. ¡°Tal vez, estas obras nos ayuden a entender que existen mecanismos no violentos para superar conflictos. Ser¨ªa bueno ser conscientes de c¨®mo nos degradamos con cada acto violento, con cada expresi¨®n vulgar, con cada acto de irrespeto, con cada mentira. Vivir as¨ª no puede ser normal¡±.
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