Alain Badiou, fiel a la filosof¨ªa
El fil¨®sofo enfrenta los demonios de este tiempo para demostrar que no hemos llegado ¡°al fin de ninguna historia¡±, m¨¢s bien a un ¡°nuevo comienzo¡±
Alain Badiou no teme bajar al ruedo para enfrentar los demonios de este tiempo, los nuevos totalitarismos, los prejuicios, la falta de ideas, la alienaci¨®n, para demostrar que no hemos llegado ¡°al fin de ninguna historia¡±, m¨¢s bien a un ¡°nuevo comienzo¡± que se inicia justo cuando se piensa que todo est¨¢ ya dicho. La labor de un intelectual: nunca dejar de hacerse preguntas. Convencido que parte de nuestros males provienen del fracaso hist¨®rico del comunismo y de la dominaci¨®n ideol¨®gica de una sola forma de entender el mundo (la mercanc¨ªa, la ganancia, la acumulaci¨®n de riqueza), su trayectoria es accidentada, muchas veces agredida por sus detractores, aunque ¨¦l se mantiene fiel al tema fundamental que ocupa gran parte de su trabajo, el sujeto. En un mundo sin contornos, plano, por donde rueda la moneda fatua del capital, el sujeto padece el ruido ensordecedor del canto de sirena. Fil¨®sofo, hijo de padres normalistas, una de los centros de producci¨®n de la elite francesa, Badiou, a sus 79 a?os, no puede evitar involucrarse en el devenir acelerado de nuestro tiempo para ubicarse del lado de los excluidos del sistema (por vocaci¨®n y elecci¨®n, escribe) y luchar contra la vulgata instalada: no hay otra forma de vida m¨¢s que la propone el capitalismo, la propiedad privada es sagrada. La propiedad privada es un robo, escribi¨® Proudhon.
Teor¨ªa del sujeto, 1982
El ser y el acontecimiento, 1988
Elogio del amor, 2011
Aunque Badiou es de un pensamiento matem¨¢tico y sus libros mantengan las reglas cl¨¢sicas del discurso, toca todos los temas, desde el amor, en su Elogio del amor, hasta el tema fundamental de su ¨²ltimo libro (La vraie vie, Fayard 2016), ?qu¨¦ es la verdadera vida, c¨®mo accedemos a la vida buena? De ah¨ª podremos deducir que si elegimos lo que ser¨ªa verdadero, podr¨ªamos estar en el proceso de una transformaci¨®n fundamental. Si para Marx la filosof¨ªa no solo deb¨ªa explicar el mundo sino transformarlo, para Badiou solo se transforma si nosotros lo hacemos con ¨¦l. Es el tema de sus reflexiones, ¡°filosofar es buscar, dentro de las circunstancias de una ¨¦poca, el tema obsesivo de la verdad¡±. De hecho, la modernidad en Occidente rompi¨® con la tradici¨®n, aquella del mundo antiguo, de castas, noblezas, monarqu¨ªas heredadas, obligaciones religiosas, ritos inici¨¢ticos de la juventud y sometimiento de mujeres iniciado en el Renacimiento, consolidado en el Siglo de las luces, y materializado con esta larga profusi¨®n de tecnolog¨ªa y medios de comunicaci¨®n que libran un combate pol¨ªtico entre el capitalismo globalizado y las ideas colectivistas y comunistas que han abortado varias veces.
La ruptura radical con la tradici¨®n cort¨®, apenas en tres siglos, con miles de a?os de organizaci¨®n de la sociedad, dando lugar a ¡°una crisis subjetiva¡±, cuyo aspecto m¨¢s visible es la incapacidad de la juventud para saber orientarse en su tiempo, explica Badiou. Estamos en un mundo donde el 10% de la poblaci¨®n mundial posee el 86% del capital disponible, 50 millones no posee estrictamente nada. La famosa frase thacheriana (no podemos hacerlo de otra manera) es una tautolog¨ªa que condena al ostracismo a la poblaci¨®n mundial. Para Badiou, lo que este ¡°monstruoso capitalismo¡± pretende es que una persona consuma mientras pueda, y sino, que se quede quieta. Esta verdad de polichinela condena a los m¨¢s viejos a ser eternamente j¨®venes (¡°para consumir se necesita estar siempre jugando con objetos nuevos¡±) a mujeres y hombres (s¨ªndrome Peter Pan o la prematura vejez de un Rimbaud) al desarraigo. Las mujeres somos adultas desde la ni?ez, se?ala Badiou, objetos sexuados desde la pubertad, encerradas en una inmanencia castradora que no desaparece ni siquiera con el matrimonio, un rito inici¨¢tico que ha perdido todo su valor simb¨®lico. El hombre est¨¢ tambi¨¦n atrapado por su parte en esa figura absoluta del ?nico, que sirve para consolidar un sujeto autista, pasivo, incapaz de pasar a la edad adulta. En cambio, el ¡°devenir mujer¡±, tema del que tambi¨¦n trata este libro, aunque con pinzas, es devenir la ¡°parte maldita¡± de la existencia como dec¨ªa Bataille, encerrada en la noci¨®n binaria de madre-puta, ser mujer es muchas veces una necesidad de amor, entre lo puro y lo impuro, el eterno femenino y la construcci¨®n constante de identidad. Este proceso se enfrenta a las fauces del capitalismo devorador, empujando a las mujeres a imitar al ?nico, al gran hermano, con la misma voracidad consumista y el mismo ¨¢nimo de competencia. Una vida desprovista de Idea, sin ideas, que busca aturdir y sumir a la gente en un sopor continuo, necesita seg¨²n Badiou, hacer que desaparezca de la vida todo ejercicio del pensamiento, la gratuidad del gesto que no encuentra su lugar donde solo hay valor mercantil. Una vida sin creatividad, con un mundo simb¨®lico fagocitado, sin poes¨ªa, repetitivo, es en suma, el resultado de esta homogenizaci¨®n planetaria. Por eso, todo nuevo punto de partida no ser¨¢ para Badiou biol¨®gico, ni social, ni jur¨ªdico (las mujeres que consideramos suficiente que se dicten leyes), sino que deber¨¢ estar ligado a la creaci¨®n simb¨®lica, a un cambio de subjetividad, pero sobre todo, ser¨¢ un gesto ligado a las aventuras de la filosof¨ªa y el pensamiento. Las mujeres, que deber¨¢n inscribir la maternidad en un plano que no sea solo la animalidad reproductiva, evitar caer en el misticismo, son las invitadas a este banquete plat¨®nico que se puede celebrar si somos capaces de asistir a esta aventura. Para Badiou ser¨¢n justamente las mujeres las que trazar¨¢n el camino entre la tradici¨®n y lo contempor¨¢neo dominante, abrir¨¢n brecha entre el matorral. Una nueva mujer que quiz¨¢s sea un nuevo comienzo para una vida distinta en el planeta.
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