China aprueba una ley para controlar la taquilla del cine

Nada menos que 44 millones y medio de d¨®lares (41 millones de euros). Doctor Extra?o, el nuevo s¨²per estreno de Hollywood protagonizado por Benedict Cumberbatch, ha logrado este fin de semana el mejor debut de la historia en China para una nueva saga de superh¨¦roes. Apenas unos d¨ªas antes, los censores autorizaban la exhibici¨®n de m¨¢s filmes extranjeros en las grandes pantallas. Pero al tiempo que el Gobierno abre la mano para que puedan hacer negocio los cientos de nuevas salas que se inauguran cada mes en el pa¨ªs, tambi¨¦n quiere mantener un estricto control sobre lo que ven sus ciudadanos. Este lunes acaba de aprobar una nueva ley sobre el cine que alienta la difusi¨®n de ¡°valores socialistas¡± y proh¨ªbe lo que atente contra ¡°el honor y los intereses¡± de la naci¨®n.

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El sector del cine en China se encuentra en r¨¢pida expansi¨®n. El a?o pasado creci¨® un 50%, hasta alcanzar los 6.780 millones de d¨®lares (6.143 millones de euros). La consultora PriceWaterhouse Coopers calcula que puede llegar a mover unos 8.900 millones (8.065 millones de euros) para 2019 y superar a Estados Unidos como el mayor mercado del mundo. Es un pastel que interesa a todos: a las grandes productoras de Hollywood y a los estudios locales. Y a unos inversores chinos que se han lanzado al exterior a poner su dinero en todo tipo de negocios relacionados con el s¨¦ptimo arte, desde cadenas de salas hasta los propios estudios.

Wanda, el conglomerado de Wang Jianlin, el hombre m¨¢s rico de China, encabeza la lista. Si ya en 2012 adquiri¨® la cadena de cines AMC, y el a?o pasado compr¨® la productora Legendary Entertainment, desde octubre tiene un acuerdo con Sony para la coproducci¨®n de pel¨ªculas y acaba de hacerse con los derechos de retransmisi¨®n de los Globos de Oro por 906 millones de euros. Alibaba anunci¨® el mes pasado la compra de parte de la productora de Steven Spielberg, Amblin Partners. Warner Bros mantiene lazos con China Media Capital.

Entradas caras

Aunque, para susto generalizado, en el primer semestre del a?o la taquilla china cay¨® un 10%. Parte de la raz¨®n puede atribuirse al hast¨ªo del p¨²blico con unas pel¨ªculas por lo general mediocres (o directamente plomizas, superproducciones hist¨®ricas al gusto del r¨¦gimen); a la creciente popularidad del streaming en Internet o al encarecimiento del precio de las entradas: puede alcanzar en algunos casos los 120 yuanes, 16 euros, en un pa¨ªs donde el sueldo medio es de 800 euros mensuales. El descenso tambi¨¦n puede deberse a un control m¨¢s estricto de la recaudaci¨®n.

En parte, la nueva ley que ha aprobado este lunes la Asamblea Popular Nacional ¡ªel Legislativo chino¡ª quiere, precisamente, supervisar mejor esos ingresos. En el pasado, productores poco escrupulosos han inflado los ingresos declarados para hacer pasar por ¨¦xitos de taquilla pel¨ªculas con un n¨²mero de espectadores poco alentador. Se trataba sencillamente de una operaci¨®n de marketing, a mayor ¨¦xito m¨¢s f¨¢cil les resulta vender la pr¨®xima pel¨ªcula. Se pretende atajar el fraude y la competencia desleal. En marzo pasado, las autoridades suspendieron temporalmente la licencia del distribuidor de la pel¨ªcula de artes marciales de Hong Kong Ip Man 3 por haber comprado entradas por valor de siete millones de euros y simular 7.600 proyecciones de la pel¨ªcula.

Por otra parte, la ley, que entrar¨¢ en vigor el 1 de marzo, aprovecha para dejar claro el control del Gobierno sobre los contenidos; similar al que ya ha endurecido en los cuatro ¨²ltimos a?os, desde la llegada del presidente Xi Jinping al poder sobre ¨¢reas que abarcan de las telenovelas a las redes sociales.

La televisi¨®n tiene prohibido que se muestren personajes homosexuales o escotes demasiado insinuantes. Las salas de cine no podr¨¢n exhibir contenido que ponga en peligro la seguridad o la integridad territorial del pa¨ªs, divulgue secretos de Estado, incite a la discriminaci¨®n o atente contra las ¡°excelentes tradiciones culturales¡± del pa¨ªs. Las compa?¨ªas chinas tampoco podr¨¢n asociarse con empresas o individuos extranjeros que, seg¨²n el Gobierno, mantengan actitudes da?inas, ¡°perjudiquen la estabilidad social o hieran los sentimientos del pueblo chino¡±.

No es algo nuevo; la ley se limita a articular lo que ya exist¨ªa en otros reglamentos o en la pr¨¢ctica. Pek¨ªn solo autoriza el estreno de 34 pel¨ªculas extranjeras anuales (aunque este a?o son 37, tras la inclusi¨®n a ¨²ltima hora de Sully, Marea negra y El hogar de Miss Peregrine para ni?os peculiares). Y excluye tajantemente no solo a aquellas de contenido ¡°sensible¡±: Brad Pitt estuvo vetado durante a?os tras protagonizar Siete a?os en T¨ªbet (1997).

Atra¨ªda por la lluvia de d¨®lares procedente de China, Hollywood ha aceptado gustoso las reglas no escritas. Los ¡°malos¡± de las pel¨ªculas nunca tienen nacionalidad china; en pel¨ªculas como Marte, sin los equipos chinos Matt Damon nunca hubiera regresado a la Tierra; Doctor Extra?o modific¨® la procedencia de uno de sus personajes, La anciana ¡ªinterpretado por Tilda Swinton¡ª que en el c¨®mic original viene de T¨ªbet, para asegurarse la licencia de exhibici¨®n.

China, opinan, es una apuesta segura como mercado. ¡°En unos a?os seguramente ser¨¢ mayor (que EE UU) y despu¨¦s, mucho mayor. Tienen mucha gente pero, sobre todo, las pel¨ªculas han faltado en la cultura, as¨ª que a¨²n est¨¢n frescas¡±, apuntaba el director taiwan¨¦s Ang Lee el mes pasado. ¡°La gente a¨²n quiere ir a ver pel¨ªculas; a¨²n no se ha cansado¡±.