El espectacular modernismo del Mercado Central cumple 100 a?os
De Miuccia Prada a Manuel Vicent: el gran centro de producto fresco de Valencia lleva un siglo seduciendo
Desde el escritor Manuel Vicent, que lo recre¨® en Un tranv¨ªa a la Malvarrosa, a la dise?adora Miuccia Prada, que celebr¨® en su interior una gran fiesta privada con Demi Moore y Ashton Kutcher, han quedado seducidos por su belleza. Aunque cada vez lo visitan m¨¢s turistas, el Mercado Central de Valencia, joya arquitect¨®nica del modernismo, cumple 100 a?os sin haber perdido la funci¨®n para la que fue levantado: vender fruta, verdura, carne, pescado, salazones y otros productos de alimentaci¨®n bajo una espectacular estructura de hierro forjado, cer¨¢mica y vidrieras.
"Es un poco arriesgado decirlo, pero yo no he visto otro igual. Es por supuesto uno de los mejores mercados de Europa, pero tambi¨¦n de Am¨¦rica. Los hay m¨¢s grandes. El de Santiago de Chile, por ejemplo, es enorme. Pero desde el punto de vista arquitect¨®nico no hay comparaci¨®n", afirma el arquitecto y urbanista Carles Dol?.
Con una superficie de 8.162 metros cuadrados, capacidad para 959 puestos y disposici¨®n racionalista, el mercado fue un proyecto muy costoso, casi maldito. La decisi¨®n de erigirlo se tom¨® en 1881 y pasaron 47 a?os antes de que fuera inaugurado, en 1928. El rey Alfonso XIII coloc¨® la primera piedra en 1916. De ah¨ª las celebraciones que esos d¨ªas se suceden por el centenario.
El Ayuntamiento, promotor de la obra, convoc¨® en 1910 un concurso que ganaron dos arquitectos catalanes, Francisco Guardia Vial y Alejandro Soler y March. Ambos dise?aron el proyecto, pero por razones que no est¨¢n claras, aparentemente relacionadas con sus emolumentos, rechazaron encargarse de la ejecuci¨®n, que recay¨® en los arquitectos municipales Enrique Viedma y ?ngel Roman¨ª.
El edificio incorpor¨® elementos muy avanzados para la ¨¦poca, como un enorme aparcamiento subterr¨¢neo para la descarga de las mercanc¨ªas en una zona con poco espacio. El solar de forma irregular sobre el que se alza estuvo ocupado previamente por viviendas y dos conventos que fueron demolidos.
El mercado simboliz¨® los caminos mediante los que la burgues¨ªa valenciana buscaba modernizar la econom¨ªa. "Una agricultura especializada, basada en el vino y los c¨ªtricos. Y la evoluci¨®n de la artesan¨ªa aplicada a la industria y la arquitectura: cerrajer¨ªa, cer¨¢mica, vidrier¨ªa, carpinter¨ªa... El mercado fue como un muestrario de todo lo que pod¨ªa hacer la ciudad. Y se le dio un car¨¢cter como de catedral de la comida. La grandiosidad de la parte alta del edificio hace juego con lo que se vende abajo", se?ala el historiador del arte Daniel Benito.
Las obras padecieron las abundantes crisis pol¨ªticas y financieras que afectaron al Consistorio en aquel periodo. "Entre medio, en solo tres a?os, se construy¨® en Valencia otro mercado modernista, el de Col¨®n. Quiz¨¢ fue tan r¨¢pido porque estaba en un barrio rico. Curiosamente su autor fue Francisco Mora, cuyo proyecto para el Central hab¨ªa perdido unos a?os antes", indica Benito.
El edificio se levanta sobre la explanada que dej¨® un antiguo brazo del r¨ªo Turia, que ha albergado zona de mercado desde hace m¨¢s de 1.000 a?os, cuando los ¨¢rabes montaban sus puestos junto a la muralla, indica ?ngel Mart¨ªnez, coautor de un libro sobre la historia del inmueble que se presentar¨¢ en diciembre.
El Mercado Central forma parte del tri¨¢ngulo cumbre de la arquitectura y el urbanismo de Valencia junto a la Lonja de la Seda y la Iglesia de Sant Joan, opina Dol?. El espacio constituy¨® uno de los puntos neur¨¢lgicos de la ciudad y fue escenario de procesiones, fiestas y ajusticiamientos. En ¨¦l fue ahorcada la ¨²ltima v¨ªctima de la Inquisici¨®n espa?ola, el maestro Gaiet¨¤ Ripoll, al que se acus¨® de herej¨ªa.
Marcada durante d¨¦cadas por el paso de los coches, la plaza del Mercat se encuentra ahora en proceso de convertirse en peatonal. Para evitar estrangular la actividad del Central, la peatonalizaci¨®n completa est¨¢ a la espera de que terminen las obras de un gran aparcamiento situado a espaldas del edificio, que los anteriores responsables pol¨ªticos dejaron a medio hacer debido a la crisis. Cuando el parking abra, el Ayuntamiento cerrar¨¢ al tr¨¢fico, salvo para el transporte p¨²blico y los vecinos, una parte significativa del centro hist¨®rico.
Igual que hace un siglo, buena parte de la vida de Valencia sigue girando en torno al mercado.
Babelia
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