Kirmen Uribe: ¡°El novelista ha de escribir sobre lo que no sabe¡±
El escritor publica ¡®La hora de despertarnos juntos', tras el ¨¦xito de ¡®Bilbao-Nueva York-Bilbao¡¯
Kirmen Uribe (Vizcaya, 1970) ya es mayor. El autor de Bilbao-New York-Bilbao (Seix Barral, 2010), con la que gan¨® p¨²blicos extranjeros y numerosos premios espa?oles, presentaba a un joven poeta extra?ado ante el descubrimiento del mundo. Su prosa vivaracha e incluso lujuriosa es ahora madura, se acerca a J. M. Coetzee, a W. G. Sebald, a los escritores que adora, aquellos que combinan realidad e invenci¨®n para entrar en el alma de los pa¨ªses o de las personas. Publica, tambi¨¦n en Seix, La hora de despertarnos juntos, una novela de ficci¨®n con la que viaja al alma de una familia vasca y a la vez al interior de una ¨¦poca, la posguerra espa?ola, en la que se juntaron el drama del exilio y la poca verg¨¹enza del r¨¦gimen de Franco, adem¨¢s del desd¨¦n internacional por lo que aqu¨ª ocurr¨ªa.
El asunto es vasco, enteramente, ¡°pero es global¡±, dice Uribe, casaca vaquera, sus habituales pa?uelos coloridos al cuello, su cara de ni?o como cuando public¨® su novela anterior y a¨²n jugaba con los l¨¢pices. La familia que lo protagoniza es de artistas, ella era una joven enfermera expulsada al exilio por la guerra civil; participa como soprano en un coro vasco al que le da su trompeta un joven, Txomin. Ese coro es el emblema vasco del exilio; un benefactor que procede de la familia Sota, nacionalista e industrial, lo protege, y Jos¨¦ Antonio Agirre, el lendakari apeado por el franquismo, y perseguido por todo el mundo, la celebra como una met¨¢fora: el Pa¨ªs Vasco sigue cantando. Manu Sota, que as¨ª se llama el benefactor nacionalista, culto y bohemio, conoce a Thomas Mann, asiste en el exilio a Agirre, conecta a ¨¦ste con pensadores y escritores internacionales y mantiene con aquel trompetista una relaci¨®n de amistad muy emocionante. ¡°Manu crea un mundo, y es un mundo de veras; es un momento muy especial de Euskadi: se acab¨® el Gobierno, pero los vascos cre¨ªan que segu¨ªan gobernados desde el exterior. Y Manu es el que convierte ese universo que a¨²n tiene esperanza en un territorio abierto¡±.
Produce melancol¨ªa, ¡°y admiraci¨®n¡±, dice Kirmen Uribe, asomarse a ese alma vasca ¡°que fue herida, pero no fue rota¡±. Despu¨¦s de los sesenta, el desd¨¦n internacional (norteamericano, brit¨¢nico, franc¨¦s¡) por lo que suced¨ªa en Espa?a precipit¨® esa melancol¨ªa hacia la tristeza. Y Manu Sota, ¡°que representaba esa aspiraci¨®n que ten¨ªan los vascos del exterior de regresar a su patria una vez depuesto Franco¡±, se dej¨® vencer por esa introversi¨®n que produce el fracaso. ¡°Se encerr¨® entonces a leer, a buscar en los libros, el alma que se hab¨ªa quedado atr¨¢s¡±.
¡°En la novela los hechos son verdad. Nada es mentira en mi novela¡±
Mientras tanto, el trompetista vivi¨® con la enfermera su historia de amor y de exilio; vivieron en Venezuela, regresaron a Espa?a, para cumplir tareas de espionaje que resultaron fatales para el trompetista (Txomin) y para los suyos; fue torturado, encarcelado¡ Como en los libros de aquellos autores que admira, Kirmen no inventa nada. ¡°Todo ocurri¨®. Yo supe la historia por mi madre, indagu¨¦, busqu¨¦, supe; y lo que no supe s¨ª lo invent¨¦. Invent¨¦ las escenas de amor, las conversaciones de Sota y Aguirre, las conversaciones de Sota y Txomin. Pero el esqueleto de la historia, todos los sucesos que se cuentan son reales¡±.
Y es que si no fueran reales, dice Kirmen Uribe, ¡°no me hubiera sentido c¨®modo. Lo que cuento es verdad y ten¨ªa adem¨¢s que parecerlo. Conoc¨ªa la historia, pero no conoc¨ªa la verdad, como dec¨ªa Carlos Fuentes. Ten¨ªa curiosidad por buscar en lo que ya sab¨ªa de una ¨¦poca que me fascinaba. Lo escuch¨¦ en casa, en la escuela, en la calle. Todo me fascinaba desde ni?o y quer¨ªa investigar. ?El novelista tiene que escribir sobre aquello que no sabe! Eso tambi¨¦n lo dice Richard Ford, que empieza siempre de cero las novelas. Yo tambi¨¦n¡±.
Se lo escuch¨® a su madre, que en el libro lo gu¨ªa. ¡°Me apetec¨ªa mostrar al mundo esta otra visi¨®n de lo vasco¡±. De ese viaje al fondo del alma sali¨® tranquilo. ¡°Escrib¨ª una novela honesta. Los hechos son verdad, los documentos son verdad, excepto una peque?a carta que me invento. Y no hay mentira ninguna. Nada es mentira en la novela¡±.
-Es el libro de una persona mayor.
-Tal vez sea el primer libro de mi etapa madura, puede serlo. Aunque estoy satisfecho de mis anteriores libros, muchas veces compruebo que han sido pasos para llegar a este, a esta nueva etapa que se abre ahora con novelas m¨¢s largas, m¨¢s complejas. Creo que s¨ª, es el primer libro de una nueva etapa.
Abraza, habla y r¨ªe como cuando present¨® Bilbao-New York-Bilbao y era un chiquillo. Ahora ya conoce el mundo, pero sobre todo ya sabe qu¨¦ era de veras lo que le contaba su madre sobre los vascos que fueron borrados del mapa tras la guerra. Ahora cree que es otra vez es ¡°la hora de despertarnos juntos¡±, que es el verso de Ezra Pound (que escrib¨ªa en revistas vascas en la Rep¨²blica) que da t¨ªtulo al libro.
Babelia
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