Bailo lo que digo
Los wagogo, tribu del centro de Tanzania, nos devuelven a la Edad de Oro de la integraci¨®n de las artes esc¨¦nicas, durante una actuaci¨®n memorable
Desenga?¨¦monos: el teatro no naci¨® en Atenas, ni Esquilo es su padre, sino un nieto aventajado que dio forma literaria a algo prefigurado en la tradici¨®n oral de culturas arcaicas. Es imposible datar el origen de los fant¨¢sticos rituales que nos trae el clan Nyati, del poblado Nzali de los wagogo, pero estos nos trasladan de sopet¨®n al momento inmediatamente anterior al nacimiento de la tragedia griega: sus canciones se ven, sus danzas se escuchan, sus relatos se bailan.
Los wagogo no han hecho el camino hacia la parcelaci¨®n de las artes esc¨¦nicas, que en Occidente intentamos desandar hoy: ni siquiera se consideran a s¨ª mismos artistas. Son agricultores y ganaderos, que tan pronto como aprenden a hablar aprenden tambi¨¦n a contar con ritmo y melod¨ªa un vast¨ªsimo repertorio de historias inmemoriales y de hoy. Son due?os de un arte polif¨®nico bell¨ªsimo y complejo: cada uno de ellos resuena como un tubo m¨¢s del gran ¨®rgano colectivo que componen cuando se juntan. Pueden comprobarlo ustedes durante su gira europea, que en estos d¨ªas tiene escalas en Burgos, Burlada (Navarra), Almer¨ªa y Madrid.
Su men¨² degustaci¨®n incluye, entre otros, rituales de bienvenida (nyindo), para atraer la lluvia (msunyhuno) y de fertilidad (muheme), en el cual las j¨®venes escogen var¨®n mientras percuten grandes tambores, saltan con ellos entre sus piernas y las pieles de mono tremolan sobre sus hombros, como estandartes batidos por una femineidad abrumadora. Si estas seis chicas transmiten tal fuerza tel¨²rica en cuesti¨®n de minutos, ?qu¨¦ no conseguir¨¢ todo el poblado durante la noche entera que dura el rito en su Tanzania natal? Vi¨¦ndolas, atisbamos en su pulsi¨®n y elocuencia el coro de Eum¨¦nides o el de Suplicantes, protagonistas de sendas tragedias esqu¨ªleas, o el bienhumorado de Las aves, de Arist¨®fanes.
Cantan los wagogo sin amplificaci¨®n en el enorme auditorio de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, y se les oye perfectamente. No se dejen enga?ar por la publicidad, que anuncia sus actuaciones como "conciertos". La m¨²sica es para ellos veh¨ªculo de la palabra: tienen mucho que contar, aunque no les entendamos.
Durante las pausas, Polo Vallejo, etnomusic¨®logo consagrado a su estudio, contextualiza cuanto vemos. Sus explicaciones, pertinentes, llanas y objetivas, son p¨¦rtiga con la que salvar la barrera idiom¨¢tica. Nos informa, por ejemplo, de que la dramatizaci¨®n pr¨®xima alude al rito de tr¨¢nsito a la edad adulta, que se extiende por periodo de un mes, durante el cual sus mayores se dirigen a los ni?os solo a trav¨¦s de la m¨²sica. Todo lo cantan los wagogo: incluso en el autob¨²s que los traslada del concierto al hotel, interpretan sin pausa polifon¨ªas a las que los blancos intentamos sumarnos pudorosamente, para no desentonar con nuestro silencio.
En cada representaci¨®n wagoga hay coro y corifeo, cuyo papel desempe?a a veces Mchoya Malogo, de 74 a?os, que viene a ser una mezcla entre memori¨®n y comedi¨®grafo del Siglo de Oro: posee un repertorio inagotable, al que no deja de sumar nuevos relatos. Pero corifeo es tambi¨¦n cualquier miembro del coro que decida tomar la palabra: pueden hacerlo con total libertad. Tanta, que el repertorio var¨ªa por completo de una actuaci¨®n a otra. En esta, el p¨²blico todo se puso en pie, de coraz¨®n.
Acaba cuando llego, libro espl¨¦ndido reci¨¦n editado por Swanubooks, con una selecci¨®n de las observaciones recogidas por Vallejo en sus cuadernos de campo tanzanos (entre 1995 y 2015), ilustradas con elocuentes etnofotograf¨ªas de Carmen Ballv¨¦, satisface con concisi¨®n po¨¦tica mucha de la curiosidad inmensa que despiertan esta etnia y su arte.
LOS WAGOGO (Clan Nyati). Burgos: Fundaci¨®n Caja de Burgos, 11 de noviembre. Burlada (Navarra): Casa de Cultura, 12. Almer¨ªa: Auditorio Maestro Padilla, 16. Madrid: C¨ªrculo de Bellas Artes, 19. El d¨ªa 18, el programa Estudio 206, de Radio Cl¨¢sica, emitir¨¢ una actuaci¨®n en streaming.
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