Surfeando en Trumpist¨¢n
No creo inevitable la ecuaci¨®n Trump=Hitler, pero el Trump de la Casa Blanca se va a parecer bastante al Trump que ha conseguido llegar hasta ella
Tambi¨¦n creo, como mi querido fil¨®sofo, que ¡°la capacidad masiva de disparatar a coro es una prueba de salud democr¨¢tica¡±. El problema es que tal peculiaridad, consustancial a la democracia, llev¨® a que un contumaz golpista (M¨²nich, 1923) que jam¨¢s ocult¨® su ideolog¨ªa consiguiera hacerse (30-1-1933) Reichskanzler, y que desde esa alt¨ªsima magistratura procediera, por ejemplo, a eliminar la posibilidad de que otros disparataran (o no) a coro, a apiolar a jud¨ªos y diferentes y, en definitiva, a imponer una de las m¨¢s terribles tiran¨ªas del siglo XX y provocar la mayor carnicer¨ªa de todos los tiempos. No es que yo crea inevitable la ecuaci¨®n Trump=Hitler, ni mucho menos, pero nadie puede dudar de que, por mucho que reduzca, por ejemplo, su tasa de expulsiones de 11 a 3 millones (una rebaja muy estrat¨¦gica y que, inmediatamente, ha sido saludada por los d¨®ciles y cegatos medios como una prueba del ¡°aterrizaje en la realidad¡± del nuevo emperador), el Trump de la Casa Blanca se va a parecer bastante al Trump que ha conseguido, gracias a la libertad de la gente para disparatar a coro, llegar hasta ella. Por eso no me ha extra?ado ver que una publicaci¨®n tan sensible al Zeitgeist estadounidense como The New Yorker plante en su ¨²ltimo n¨²mero un espl¨¦ndido cartoon de Bob Staake que representa un muro de ladrillos rojos que ocupa toda la superficie de la cubierta, excepto el breve espacio para el nombre de la revista. Analistas, soci¨®logos y antrop¨®logos comentan ¡ªa¨²n con un punto de incredulidad¡ª el (ir)resistible ascenso del ultra-millonario Trump, pero perm¨ªtanme desde aqu¨ª recomendarles, para leer antes del 20 de enero, dos cl¨¢sicos que pueden pasar inadvertidos. El primero es Pol¨ªtica moral (Capit¨¢n Swing), de George Lakoff, un revelador ensayo (de 1996, con nuevo pr¨®logo) que aplica la psicolog¨ªa cognitiva a las distintas concepciones y comportamientos de progresistas y moderados, de republicanos y dem¨®cratas. El otro es una novela de 1935 que, probablemente, no me llevar¨ªa a una isla desierta si solo me dejaran acarrear 100 libros, pero que tiene el punch de la buena s¨¢tira pol¨ªtica: me refiero a Eso no puede pasar aqu¨ª (Antonio Machado), de Sinclair Lewis, que cuenta el ascenso a la presidencia de EE?UU del populista Berzelius Windrip. Y es que, una vez m¨¢s, (casi) todo est¨¢ en los libros.
Torretas
Tranquilos: se sigue publicando (y much¨ªsimo) m¨¢s all¨¢ de las tres tendencias editoriales que en los ¨²ltimos tiempos exhiben su abundancia en las mesas de novedades: tambi¨¦n alrededor de mi descuajeringado sill¨®n de orejas se han ido levantando otras tres torretas tem¨¢ticas en equilibrio inestable (se han derrumbado varias veces). En la primera se amontonan los libros de, por o sobre m¨²sicos populares; la palma se la lleva la editorial Malpaso con, entre otros, Morrissey, Chrissie Hynde, Frank Zappa, Phil Collins, Bruce Springsteen, Elvis Costello, Van Morrison y, pronto, Bob Dylan (con todas las letras recientemente nobelizadas: un tomazo navide?o), aunque la torreta est¨¢ hoy coronada con la bio del artista antes conocido por Prince (Alianza) y la autobio de Patty ?Smith (Lumen). En la segunda columna se acumulan novelas, biograf¨ªas y ensayos de motivo ecol¨®gico y conservacionista: aqu¨ª la voz cantante la tiene Errata Naturae, en cuya serie El Libro Salvaje (que tiene por motto la cita m¨¢s jipi de Thoreau: ¡°Todo lo bueno es libre y salvaje¡±) ya han aparecido media docena de vol¨²menes, desde Mis a?os Grizzly hasta El le?ador, aunque tambi¨¦n veo, entre ellos, alguno de Capit¨¢n Swing (El hombre que susurraba a los elefantes) y el superventas El libro de la madera (Alfaguara), un libro rebosante de impl¨ªcita nostalgia que se lee mucho mejor con la chimenea bien cebada y por encima de los 60? de latitud norte, que es donde el libro se ha vendido como rosquillas. El ¨²ltimo minarete bibliogr¨¢fico est¨¢ formado por libros en torno a libros, librer¨ªas, libreros y bibliotecas, y es el m¨¢s poblado: aqu¨ª se acumulan desde testimonios de grupo, como el estupendo La casa de los veinte mil libros (Perif¨¦rica), de Sasha Abramsky, hasta vol¨²menes m¨¢s o menos anecd¨®ticos sobre el libro y quienes los hacen, los venden o los disfrutan, como Los enemigos de los libros (F¨®rcola), de William Blades; la Historia de los libros perdidos (Pasado y Presente), de Giorgio Van Straten; el muy hermoso Libro de los libros (N¨®rdica), compuesto por los textos que 46 autores importantes ¡ª9 espa?oles¡ª escribieron en torno a otros tantos dibujos del sutil ilustrador Quint Buchholz, o Los reinos de papel (Siruela), ¨²ltima entrega de Jes¨²s Marchamalo, convertido de nuevo en perspicaz voyeur de las bibliotecas de los escritores que aceptan ser escudri?ados.
Navide?os
Nadie duda de que, como ocurre a menudo con los ¡°navide?os¡± de Atalanta y Acantilado, la Obra completa biling¨¹e, de Arthur Rimbaud (58 euros), y la monumental biograf¨ªa de Kafka de Reiner Stach (85 euros) competir¨¢n en las listas medi¨¢ticas de los mejores libros del a?o y se llevar¨¢n la palma entre los libros de regalo de qualit¨¦. Pero perm¨ªtanme que hoy dirija tambi¨¦n su atenci¨®n (y el consejo de hojearlos en librer¨ªas: les resultar¨¢n irresistibles) a tres magn¨ªficos ilustrados que pueden serles muy gratos a la hora de regalar(se). El mesmerizante Atlas de metros del mundo, de Mark Ovenden (Capit¨¢n Swing y N¨®rdica; 29,50 eurillos); el bell¨ªsimo Botanicum, de Katie Scott y Kathy Willis (Impedimenta; 27,75 euros) y el que para m¨ª, fan inveterado de Lewis Carroll, constituye una espl¨¦ndida edici¨®n de sus dos Alicias: la biling¨¹e y completa (con ilustraciones de Pat Andrea) que acaba de publicar Libros del Zorro Rojo (39,90 euros). A?¨¢danlos a la lista interminable.
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