Don Juan, tenor
En el Tenorio de la Gran V¨ªa sobresalen la ambici¨®n oper¨ªstica del empe?o y la entrega apasionada de sus int¨¦rpretes
Nadie lo recuerda ya, pero el propio Zorrilla escribi¨® en 1877 una versi¨®n musical del Tenorio, espoleado por el empresario del Teatro de la Zarzuela: como jam¨¢s estuvo satisfecho con su obra m¨¢s famosa, en el encargo vio la ocasi¨®n de mejorarla. Prescindi¨® del inicio carnavalesco en la hoster¨ªa del Laurel, situ¨® el encuentro entre Don Juan y Don Luis en el jard¨ªn de la casa de aqu¨¦l y elimin¨® la relaci¨®n que hacen ambos de sus propios cr¨ªmenes y seducciones, la escena m¨¢s c¨¦lebre de la obra despu¨¦s de la del div¨¢n. La funci¨®n pas¨® sin pena ni gloria, su libreto pronto cri¨® moho y la m¨²sica, de Nicol¨¢s Manent, se perdi¨®.
Don Juan, un musical a sangre y fuego
M¨²sica: Antonio Calvo. Letra: Jos¨¦ Zorrilla. Int¨¦rpretes: Carlos Salgado, Est¨ªbaliz Martyn, David Velardo,
, Patricia Clark, Ricardo Vergara, Judith Tobella, Gonzalo Larrazabal, H¨¦ctor Otones, Nacho Bergareche, Patricia Ruiz, Alex Chavarri, Alberto Escobar, Alicia Cabrero, Antonio Fago, Chema Zamora, Elena Aurioles, Teresa Cora, Riccardo Franco, Lidia Ib¨¢?ez, Mar¨ªa Alonso, Leyva, Irene Rubio. Luz: Paco Ariza. Vestuario: Eloise Kazan. Escenograf¨ªa: Miguel Brayda. Direcci¨®n esc¨¦nica y coreograf¨ªa: Tino S¨¢nchez. Direcci¨®n art¨ªstica: Ignacio Garc¨ªa. Direcci¨®n musical: Julio Awad. Madrid. Teatro Philips Gran V¨ªa.
El propio Manent hab¨ªa estrenado en Barcelona dos a?os antes El convidado de piedra, con libreto del folletinista Rafael del Castillo: Zorrilla tem¨ªa que la Zarzuela programara ese t¨ªtulo si ¨¦l no ofrec¨ªa una alternativa. Pronto, ponerle m¨²sica al verso dram¨¢tico lleg¨® a ser buen negocio: Do?a Francisquita y La rosa del azafr¨¢n son sendas adaptaciones de La discreta enamorada y El perro del hortelano, de Lope. Amadeo Vives, compositor de la primera, escribi¨® tambi¨¦n las partituras de Don Lucas del Cigarral, La villana y Talism¨¢n, refundiciones de Entre bobos anda el juego, Perib¨¢?ez y La fuerza de la sangre, respectivamente. En la mayor¨ªa de los casos, los libretistas reescrib¨ªan la obra original entera; en ocasiones, solo uno o dos actos.
Don Juan, estrenado en el madrile?o Teatro Philips Gran V¨ªa, es caso aparte. Antonio Calvo, su productor, ha optado por musicalizar el Tenorio original tal cual, sin versi¨®n de por medio: salvo el estribillo primero, todo el texto es de Zorrilla. Su subt¨ªtulo resulta enga?oso: no es comedia musical, sino ¨®pera rock, cantada de cabo a rabo. El octos¨ªlabo se presta a ello. Suenan muy bien los relatos que de sus tropel¨ªas hacen Don Luis y Don Juan, a ritmo de blues y rapeando, respectivamente, y el coro: ¡°B¨²squenle los re?idores¡¡±, pero lo m¨¢s jugoso musicalmente son los dos d¨²os, de empaque oper¨ªstico, que cierran el primer acto.
Se echa en falta una melod¨ªa original pegadiza: de todas, la que se queda y vuelve a la memoria recurrentemente es la del Dies Irae, que Calvo toma prestada para la estatua del Comendador. En este Don Juan prevalece una l¨ªnea mel¨®dica pr¨®xima al recitativo. La producci¨®n se queda a caballo entre ¨¦pocas y est¨¦ticas: el vestuariode Don Juan evoca al de los moteros de hoy, pero el de Do?a In¨¦s es un calco del que Mar¨ªa Guerrero lleva para ese papel en un retrato firmado por Raimundo de Madrazo, y la escenograf¨ªa acumula t¨®picos de la literatura g¨®tica, como si el criterio de los diferentes colaboradores no hubiera sido puesto en com¨²n.
Los int¨¦rpretes se entregan todos a fondo. David Velardo (Don Luis) tiene apostura y una voz poderosa y bien timbrada, de emisi¨®n l¨ªmpida, con una dicci¨®n excelente. Carlos Salgado hace un trabajo generos¨ªsimo sin tregua, en el papel protagonista, en sustituci¨®n de Toni Bernetti (que se qued¨® sin voz har¨¢ dos semanas). Est¨ªbaliz Martyn (In¨¦s), soprano, tiene un futuro prometedor. Patricia Clark (Br¨ªgida), levadura que hace subir la tragicomedia a cada intervenci¨®n suya, demuestra entre tanto joven que la edad es un valor a?adido.
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