¡°Una Ley de Mecenazgo es necesaria¡±
El presidente del Teatro Real, Gregorio Mara?¨®n, comparece ante la Comisi¨®n de Cultura del Congreso Repasa la trayectoria, el presente y las celebraciones para los dos siglos del coliseo
Un d¨ªa el Teatro Real explot¨® de verdad. No se trataba de los aplausos en los que estallan los asistentes tras cada espect¨¢culo. El culpable fue un polvor¨ªn, custodiado en el interior del edificio de la madrile?a Plaza de Oriente durante la Guerra Civil. Al fin y al cabo, los dos siglos de vida que el teatro cumple en 2018 atesoran muchas historias. Las que se narran en sus tablas. Y las que cuentan sus paredes. Por ejemplo, su sede lleg¨® a acoger al Congreso, que all¨ª celebr¨® sus sesiones en 1841. Y hoy los diputados han devuelto la hospitalidad al Real: el presidente del patronato de la fundaci¨®n del teatro, Gregorio Mara?¨®n y Bertr¨¢n de Lis, fue invitado ante la Comisi¨®n de Cultura para repasar la trayectoria del coliseo y sus planes para el futuro y las celebraciones de su bicentenario.
Mara?¨®n resumi¨® su hoja de ruta en cuatro ejes: ¡°Incluir en el repertorio algunas obras clave que por ciertas razones no se han representado nunca en el Real; realizar coproducciones con las principales ¨®peras europeas; traer a grandes maestros y estrenos; programar espect¨¢culos que alcancen m¨¢s f¨¢cilmente al p¨²blico¡±. Sobre estos pilares, el Real espera edificar un futuro tan esperanzador como su presente. Y eso que su pasado sorte¨® muchas complicaciones.
All¨ª, en la memoria, arranc¨® el discurso de Mara?¨®n. En lugar del antiguo Real Teatro de los Ca?os del Peral, el rey Fernando VII quiso lanzar un coliseo l¨ªrico que destacara en Europa. La primera piedra de aquella aventura se puso en 1818. Entre ¨¦xitos, cierres y rescates, el coliseo corri¨® por las monta?as rusas de la Historia hasta su reapertura de 1997. Entonces, durante una d¨¦cada, sufri¨® otro mal: la injerencia pol¨ªtica. Cambi¨® nueve directores y seis presidentes, ya que el cargo correspond¨ªa al ministro de Cultura ¡ªentre ellos, lo ejerci¨® Mariano Rajoy¡ª. ¡°Cay¨® en cierta irrelevancia, y era imposible desarrollar un proyecto art¨ªstico que conformara su identidad¡±, remat¨® Mara?¨®n.
En 2007, el impulso del entonces ministro de Cultura, C¨¦sar Antonio Molina, concedi¨® por fin m¨¢s autonom¨ªa al coliseo. Todo un punto de inflexi¨®n. A nivel de gesti¨®n, porque el patronato elegir¨ªa su presidente, ajeno a la pol¨ªtica, y adem¨¢s fue incluyendo en sus sillones a personalidades como N¨²ria Espert o Mario Vargas Llosa. Y a nivel art¨ªstico, porque la direcci¨®n primero de Gerard Mortier y, tras su fallecimiento, de Joan Matabosch record¨® al Real aquella misi¨®n por la que hab¨ªa sido construido. ¡°La trayectoria creativa y la sostenibilidad econ¨®mica son los dos aspectos que m¨¢s me enorgullecen¡±, afirmaba Mara?¨®n.
Porque, pese a la reducci¨®n de las subvenciones y a la crisis, el teatro se ha fortalecido. Las ayudas p¨²blicas ahora suponen 12 millones, una cuarta parte del presupuesto, y una cifra que el Real devuelve casi entera entre impuestos directos e indirectos, seg¨²n Mara?¨®n. A la vez, las deudas han desaparecido, la taquilla ha crecido ¡ªla ocupaci¨®n media es del 93%¡ª, los gastos se han reducido, los abonados han subido hasta unos 20.000 y un 27% de la financiaci¨®n procede de decenas de inversores privados. El presidente record¨® adem¨¢s la temporada infantil del Real y sus actividades a favor de los colectivos m¨¢s desfavorecidos. Con todos los grupos pol¨ªticos ante s¨ª, Mara?¨®n aprovech¨® tambi¨¦n para pedir: ¡°Una Ley de Mecenazgo es necesaria¡±.
Consolidar esta solidez y abrirse a las nuevas tecnolog¨ªas son los asuntos pendientes para Mara?¨®n. El presidente record¨® que el Real ha proyectado ¨®peras en los cines, las plazas o incluso en Facebook. Y con ello respondi¨® al grupo Unidos Podemos, que le planteaba posibles jornadas de puertas abiertas o espect¨¢culos con precios reducidos durante el bicentenario. ¡°Con 1.600 localidades es imposible llevar a grand¨ªsimas audiencias. La ¨²nica manera es con medios tecnol¨®gicos¡±, asever¨®, aparte de recordar los altos costes de la ¨®pera. El mismo grupo le pregunt¨® tambi¨¦n por el desenlace del conflicto laboral que enfrent¨® a empleados y direcci¨®n en 2013. Y el responsable ley¨® una carta recibida hace unos meses del sindicato: ¡°Esta negociaci¨®n ha sido un ejemplo de buenas pr¨¢cticas y consideramos el acuerdo satisfactorio para todos¡±.
M¨¢s que preguntarle, buena parte de los diputados agradeci¨® la intervenci¨®n de Mara?¨®n. La presidenta de la Comisi¨®n, Marta Rivera de la Cruz, de Ciudadanos, mostr¨® el inter¨¦s del organismo en sumarse al bicentenario y le pidi¨® que detallara el plan de celebraciones. Declarado de ¡°especial inter¨¦s p¨²blico¡± en los Presupuestos Generales de 2015, el proyecto arranc¨® el pasado enero, durar¨¢ hasta 2018 y cuenta con ¡°mil actividades¡±, seg¨²n Mara?¨®n. Entre otras, muestras, retransmisiones en streaming, tres libros de historia sobre el Real, la colocaci¨®n de varias placas conmemorativas o la digitalizaci¨®n de su archivo. Y, obvio, una programaci¨®n oper¨ªstica con un 65% de repertorio nuevo y obras como Billy Budd y Gloriana, de Britten, Bomarzo de Ginastera, Die soldaten, de Zimmermann o La ciudad de las mentiras, de Elena Mendoza. Dicho en una frase, con la que Mara?¨®n cerr¨® su comparecencia: ¡°El Real desea afirmar la memoria sobre la que est¨¢ construyendo su futuro¡±.
Las novelas de los ceramistas
Lorenzo Silva es escritor. Pero no existe. Y as¨ª todos sus compa?eros de profesi¨®n. Lo descubri¨® cuando acudi¨® a una oficina de Hacienda. "Me tuve que dar de alta en la categor¨ªa de pintor, escultor o ceramista", ha contado hoy ante la Comisi¨®n de Cultura del Congreso, donde comparec¨ªa para hablar de los derechos de autor.
La an¨¦cdota le sirvi¨® para subrayar una sensaci¨®n m¨¢s general: ¡°Mi trabajo est¨¢ desprotegido y tiene derechos solo nominales¡±. El autor altern¨® ejemplos y reflexiones para relatar sus problemas y los del sector. ¡°Hay una web que ofrece de manera ilegal 30 de mis libros, la mitad del trabajo de mi vida¡±, denunci¨®. Y relat¨® la frustraci¨®n de luchar en solitario y en balde contra esas p¨¢ginas, ante la ineficiencia de la Administraci¨®n P¨²blica.
Las consecuencias de tanta pirater¨ªa y desprotecci¨®n, seg¨²n Silva, van mucho m¨¢s all¨¢ de su rabia: la industria y Hacienda pierden millones, hay escritores que renuncian a serlo, las editoriales apuestan solo por los pesos pesados ¨C¡°cuando Svetlana Alexievich gan¨® el Nobel, ¨²nicamente ten¨ªa un libro publicado en Espa?a¡±-, las imprentas cierran.
El escritor, pionero del libro digital en Espa?a, reconoci¨® que la industria tard¨® en adaptarse al nuevo entorno, pero ahora "ha hecho los deberes". Y apost¨® por ampliar el acceso online asequible a la literatura: "Si hubiese una biblioteca p¨²blica digital, conceder¨ªa la licencia ilimitada para toda mi obra". Finalmente, a preguntas de los diputados sobre el estereotipo de la Cultura demasiado subvencionada, Silva los interrog¨®: "?Saben cu¨¢nto dinero p¨²blico se ha destinado a la traducci¨®n de mi obra en 36 a?os dedicados a la literatura?". Y aclar¨®: "Cero". La misma respuesta que denunci¨® la tercera ponente del d¨ªa, Bel¨¦n Herrera de la Osa. Representaba a la Plataforma de Nuevos Realizadores y reivindicaba m¨¢s apoyo para el cortometraje, que recibe el 1% de las ayudas p¨²blicas al cine.
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