Una ¡®catedral¡¯ para el dise?o
El nuevo museo de Londres acoge muestras de interiorismo, arquitectura, ingenier¨ªa y moda
El dise?o con letras may¨²sculas, concebido como una forma de entender el mundo que nos rodea y como expresi¨®n de los cambios sociales, culturales y econ¨®micos, va a tener a partir de ahora su propia catedral?en una de las zonas m¨¢s tur¨ªsticas del oeste de Londres. Ese nuevo Museo del Dise?o, que abre sus puertas el jueves, 24 de noviembre, est¨¢ consagrado a una heterog¨¦nea rama del mundo creativo que abarca desde los objetos m¨¢s sencillos de la vida cotidiana hasta las especificidades arquitect¨®nicas y de la ingenier¨ªa, pasando por el interiorismo, la moda, los formatos gr¨¢ficos y la evoluci¨®n de las herramientas digitales para el uso com¨²n.
"Quiz¨¢ el t¨¦rmino catedral parezca excesivo, pero creo que la importancia del dise?o a la hora de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos es ahora realmente apreciada", subray¨® en la presentaci¨®n del museo Terence Conran, considerado el gran gur¨² de los dise?adores brit¨¢nicos, a la par que exitoso empresario (es uno de los inventores de las tiendas de interiorismo para el gran p¨²blico), restaurador y escritor. Aunque el f¨ªsico le flaquea a sus 85 a?os, sir Terence ha querido arropar el estreno de un museo que en realidad no es nuevo, sino una versi¨®n ampliada en espacio y ambiciones del que ¨¦l mismo fund¨® en 1989 en la otra punta de la ciudad, al sudeste del T¨¢mesis.
Si aquella antigua sede se esforz¨® en elevar a la categor¨ªa de arte la producci¨®n de dise?adores y arquitectos hoy tan c¨¦lebres como Paul Smith, Miuccia Parada, Zaha Hadid o Frank Gehry, entre una dilatada n¨®mina; o en explicar la historia del dise?o contempor¨¢neo por ejemplo a trav¨¦s de la evoluci¨®n de la silla, protagonista ¨²nica de hasta tres exposiciones; el cambio de sede y de barrio no se conforma con el pasado y el presente. ¡°No queremos explorar solo los objetos de nuestro entorno, sino sobre todo las ideas que van a impactar nuestra vida en el futuro", resume el director del museo, Deyan Sudjic.
Para ganar en visibilidad y visitantes, la instituci¨®n se ha trasladado al ¨¢rea de Kensington, donde acompa?ar¨¢ a grandes y populares museos, como el Victoria & Albert, el de Historia Natural o el de la Ciencia, desde un edificio modernista de los a?os sesenta completamente reformado. Bajo el impresionante techo parab¨®lico de cobre preservado de la estructura original, el espacio de 10.000 metros cuadrados se desgrana en un amplio vest¨ªbulo, del que emergen tres niveles que alojan dos espacios para exposiciones temporales, talleres de ideas, biblioteca, un auditorio y, por supuesto, tienda y restaurante. La sede merece una visita en s¨ª misma por su dise?o, la calidez de sus interiores forrados de paneles de roble y las cristaleras que ejercen de mirador al cercano Holland Park.
Pero la estrella es la exposici¨®n permanente del museo, una colecci¨®n de casi una millar de piezas de los siglos XX y XXI en la que cabe casi de todo (desde los viejos tel¨¦fonos fijos o m¨¢quinas de coser hasta los nuevos prototipos de vagones del metro y del sistema de se?alizaci¨®n del tr¨¢fico, sofisticados aparatos tecnol¨®gicos o incluso los nuevos modelos de armamento). Un resumen m¨¢s terrenal ser¨ªa el panel de objetos seleccionados por el p¨²blico como dise?os importantes en su vida, y aqu¨ª reinan la bicicleta, la fregona, las zapatillas deportivas o las sencillas bolsas marrones de papel que se usan en el supermercado. La pieza favorita de Sudjic es una antigua m¨¢quina de escibir de Olivetti, porque muchos escolares la han visto por primera vez en el museo. Al principio se sorprenden de que su uso no se remonte a tiempos tan lejanos, pero en seguida adaptan el concepto a su propia realidad: ¡°?Es un ordenador port¨¢til que imprime mientras escribes?¡±.
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