Barenboim: ¡°Estoy horrorizado con Trump¡±

La ¨²nica esperanza para Daniel Barenboim de que Trump no se convierta en una cat¨¢strofe total es que no cumpla sus promesas. El m¨²sico inicia una nueva gira por Espa?a ¨Cmi¨¦rcoles, Zaragoza; jueves, Barcelona y domingo, Madrid- con su nuevo piano a medida. Interpretar¨¢ a Schubert, Chopin y Liszt, compositores de temperamento, dramatismo y discordancias. Pero capaces de convertir el enfrentamiento de sus sonidos en algo bello¡­

No as¨ª Donald Trump, cuya elecci¨®n como presidente de Estados Unidos representa para el pianista y director de orquesta un espanto. ¡°Estoy horrorizado con la campa?a que ha hecho, por lo que ha dicho, por lo que ha prometido. Pero tambi¨¦n es cierto que los pol¨ªticos siempre proponen cosas que no tienen por qu¨¦ cumplir. En el caso de Trump, que sus electores queden desencantados porque no haga finalmente lo que anunci¨® en campa?a, ser¨¢ un drama para ellos. Pero para el resto, si lo cumple, tambi¨¦n. Eso ser¨ªa una cat¨¢strofe¡±, afirm¨® anoche de paso por Madrid, en un encuentro que tuvo lugar en el Club Matador.

Se presenta en Espa?a con su piano, construido a capricho. Un d¨ªa, probando un instrumento que perteneci¨® a Liszt se le ocurri¨®. ¡°Fue en Siena, las cuerdas estaban dispuestas en paralelo, mientras que desde 1875, cuando m¨¢s o menos se empiezan a fabricar los pianos de hoy en d¨ªa, la disposici¨®n interna de las mismas est¨¢ en diagonal. Pens¨¦ que si con los materiales con los que se construyen ahora los instrumentos se pudieran reordenar por dentro, el sonido cambiar¨ªa¡±. Y as¨ª ha sido, tal como se percibe en el disco que ha sacado con Deutsche Grammophon o, tambi¨¦n, en directo: ¡°Yo lo noto, me lleva a una diferente manera de tocar, pero se consigue m¨¢s transparencia¡±.

A¨²n no sabe si se quedar¨¢ con el invento toda la vida. ¡°Estoy probando¡±, comenta cauteloso. Pero se le ve contento. Por su nuevo juguete, pero tambi¨¦n por haber hecho caso a sus dos hijos, que le recriminaban el hecho de que dirigiera m¨¢s y hubiese abandonado un tanto el piano. ¡°Les escucho mucho, uno es violinista y el otro hace m¨²sica electr¨®nica, tambi¨¦n me convencieron para que me metiera a crear mi canal de YouTube y trasladar a los m¨¢s j¨®venes aspectos de la m¨²sica cl¨¢sica que no entienden bien. Ten¨ªan raz¨®n¡±.

"Si la crisis de los refugiados supera a Europa, ?por qu¨¦ no articular puentes para que sean recibidos en pa¨ªses de Am¨¦rica Latina?"

Como Barenboim tampoco comprende el mundo en el que nos estamos metiendo. Activo y consciente de lo que le rodea, contin¨²a su labor con el West-Eastern Divan, la orquesta de jud¨ªos, ¨¢rabes, palestinos y espa?oles que mont¨® con el pensador Edward Said y que ha tenido sede en Andaluc¨ªa durante a?os. ¡°A partir de 2017 empezaremos con la academia de Berl¨ªn, all¨ª queremos dar una formaci¨®n integral a los m¨²sicos que les adentre tambi¨¦n en campos como la filosof¨ªa¡±, anuncia. ¡°La actividad en Sevilla ha disminuido en los ¨²ltimos tiempos, pero seguimos yendo a preparar ensayos y encuentros all¨ª¡±.

Abrir mentalidades ha sido para el m¨²sico de origen argentino, con pasaporte espa?ol y de los pocos ciudadanos con doble nacionalidad israel¨ª y palestina, una obsesi¨®n recurrente. Para la m¨²sica y para analizar el mundo que nos rodea. Le inquieta especialmente el problema de Siria y los refugiados. ¡°Es un reto global. No de cada pa¨ªs. Si la crisis supera a Europa, ?por qu¨¦ no articular puentes para que sean recibidos en pa¨ªses de Am¨¦rica Latina? En Argentina existen tres comunidades sirias distintas: una musulmana, una jud¨ªa y otra cristiana. Estoy seguro de que estar¨ªan encantados de recibirles¡±, afirma.

Como lo va a estar el p¨²blico espa?ol, que lo lo recibi¨® por primera vez en 1958, donde ha actuado m¨¢s de 150 veces -la mayor¨ªa en los ciclos de Iberm¨²sica- y que lo encontrar¨¢ a sus 74 a?os en plena forma y sin remilgos. Una de las cualidades que m¨¢s admira en ciertos m¨²sicos es la modestia, pero no la falsa, esa le espeluzna. Prefiere, m¨¢s incluso, el arrojo. ¡°Cuando pones tu nombre en un programa, est¨¢s anunci¨¢ndole a la gente que quieres que venga a escucharte. Para eso, precisamente, no se necesita modestia¡±.