Gregory Porter: abrasivo tacto de jazz

Con su zancada grande y torcida, pero de una desenvoltura muy particular, Gregory Porter sale el ¨²ltimo al escenario, cuando el resto del grupo ya est¨¢ plantado con sus instrumentos al ralent¨ª. Su figura es imponente, como de antiguo guerrero africano de lejanas estepas. Pero, calzando zapatos y vestido con un refinado traje gris, corbata y su peculiar gorra -su personal se?a distintiva-, su aura es extraordinaria. De pie, ante el micro, con una sonrisa kilom¨¦trica y sus ojos entrecerrados, es como un t¨®tem. Un nuevo t¨®tem del jazz vocal de nuestros tiempos, en un punto mainstream.

Desde que comenz¨® con Holding On, la sugerente canci¨®n que abre su ¨²ltimo y exquisito ¨¢lbum, Take Me to The Alley, su jazz se despleg¨® suave y fino, acariciando con fant¨¢stico tacto. On My Way to Harlem abri¨® la senda de un jazz m¨¢s cl¨¢sico, tal que club de Los ?ngeles, ciudad donde naci¨® este enorme int¨¦rprete que consigue hacer fluir con asombrosa naturalidad y estilo el legado de la m¨²sica afroamericana en un r¨ªo de voz.

Jazz, rythm 'n' blues, g¨®spel y soul forman parte del mismo caudal sonoro. Mucho de ese cruce de g¨¦neros tienen la inquietante Don¡¯t Lose Your Steam y In Fashion, que se va calentando desde su ra¨ªz de R&B hasta ese estribillo indescriptible, jugando con las palabras como un ni?o bajo el acompa?amiento del piano jazz¨ªstico.

Pero es en las baladas donde Porter vence con una belleza tan imponente que cuesta reponerse. Marcando los ritmos con la mano, chascando los dedos al paso o alej¨¢ndose un par de pasos del micr¨®fono para dejar su voz en un extra?o eco, este portentoso vocalista, que se crio con los discos Nat King Cole que le pon¨ªa su madre a todas horas, no canta. Porter te abraza. Y lo hace con unas maneras propias de un seductor entregado a la causa. Take To Me Alley, a la que incluy¨® unos acertados versos final del What¡¯s Going On, de Marvin Gaye, desprendi¨® una sensualidad arrasadora, como lo hicieron Consequence of Love, Hey¡¯s Laura, More Than a Woman o Don¡¯t Be a Fool. Instintivas y delicadas, con el saxo derritiendo notas en el lugar exacto, sonaron abrasivas en su prodigioso ritmo lento. Caricias de jazz inolvidables.