Realidad nueva, chiste viejo
A Nacho G. Velilla no se le puede negar su oportunidad a la hora de escoger los temas de sus comedias
VILLAVICIOSA DE AL LADO
Direcci¨®n: Nacho G. Velilla.
Int¨¦rpretes: Carmen Machi, Leo Harlem, Macarena Garc¨ªa, Jon Plazaola, Arturo Valls.
G¨¦nero: comedia. Espa?a, 2016.
Duraci¨®n: 95 minutos.
A Nacho G. Velilla no se le puede negar su oportunidad a la hora de escoger los temas de sus comedias. Tampoco, tras triunfar en televisi¨®n con 7 vidas y A¨ªda, sus ¨¦xitos cinematogr¨¢ficos: Fuera de carta (2008), Que se mueran los feos (2010) y Perdiendo el Norte (2015) acumularon, respectivamente, 900.000, 1.100.000 y 1.700.000 espectadores. Un logro que seguramente rondar¨¢ con Villaviciosa de al lado, acercamiento a la realidad de un pueblo marcado por la llamada nueva pol¨ªtica y las costumbres en boga, desde el concejal de izquierdas con pelo largo y coleta, hasta la pija de capital, desde?osa con los lugare?os, que ha decidido mudarse al campo para experimentar la moda rural, el aire puro y los alimentos sanos.
Y, sin embargo, cu¨¢n distantes est¨¢n a veces la comercialidad y la calidad. Y en el caso de Velilla, siempre. Al chusco retrato de la gloria del homosexual con estilo en Fuera de carta, repleto de gruesos chistes "de maricones", sigui¨® el a?ejo costumbrismo sobre "la belleza est¨¢ en el interior" de Que se mueran los feos, a la que solo le faltaba el se?or Barrag¨¢n para que sus chanzas de hace 30 a?os fueran acompa?ados de una imagen acorde con su sutileza, y ese elogio del lugar com¨²n y el chascarrillo de bar que era Perdiendo el Norte. Pero con Villaviciosa de al lado se supera: resulta complicado contar la cantidad de chistes malos sobre putas, negros y maricones (si se hubiese escrito "sobre prostitutas, africanos y gays" no ser¨ªa justo con el estilo que la pel¨ªcula desprende), acumulados solo en el primer cuarto de hora.
Una vez m¨¢s, el problema de Velilla y sus coguionistas habituales (Capel, Olivas y S¨¢nchez) son los di¨¢logos. Porque, aunque anclada en el f¨¢cil estereotipo, sus personajes son reconocibles, a sus int¨¦rpretes nada se les puede reprochar, y la mec¨¢nica general de lo que ocurre en el relato tiene posibilidades tras una buena esencia: el Gordo de Navidad toca en el pueblo, en un n¨²mero vendido en el puticlub de las afueras. Sin embargo, expuestas las situaciones, los rancios chistes cuarteleros, de verg¨¹enza ajena, hunden cada secuencia.
O quiz¨¢ no haya ning¨²n problema en los di¨¢logos y sean certeros. Viendo sus ¨¦xitos, el problema puede estar en el que esto escribe, y no en el mill¨®n y pico de espectadores habituales de su cine. Al fin y al cabo, con los chistes de Ar¨¦valo tambi¨¦n se re¨ªa mucha gente, y es justo ah¨ª donde se puede encontrar el referente que mejor cala con el esp¨ªritu de Villaviciosa de al lado.
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