El espect¨¢culo que derrot¨® a ¡®S¨¢lvame¡¯

Tu cara me suena hace que volvamos a creer en la magia de la peque?a pantalla. Un espect¨¢culo televisivo de los que ya no se hacen en Espa?a ha derrotado por fin a ese culebr¨®n del cutrer¨ªo llamado S¨¢lvame Deluxe. ?C¨®mo lo ha logrado? Con una pericia y trabajo poco valorado. Echando mano de t¨¦cnicas y juegos que el entretenimiento parec¨ªa haber olvidado.

En una ¨¦poca donde las cadenas ahorran al llenar la parrilla con baratos programas de tertulias ¡ªy con los programas musicales desaparecidos¡ª, Tu cara me suena se presenta como un entretenimiento familiar, digno y divertido que no se averg¨¹enza de su ingenuidad ni tampoco escatima en despliegue. El peque?o que se convirti¨® en rey de los viernes.

Aqu¨ª las estrellas bailan, cantan y rinden al m¨¢ximo. Hace unas semanas, por ejemplo, Beatriz Luengo, olvidada desde el final de Un paso adelante, sali¨® a escena para imitar a la cantante Sia. La actriz se desdobl¨® y no solo interpret¨® su canci¨®n, sino que tambi¨¦n practic¨® la coreograf¨ªa. El n¨²mero era puro espect¨¢culo. El espectador no sab¨ªa c¨®mo se rod¨®.

El programa pone en el mapa a talentos degradados como este que quiz¨¢s no valoramos suficiente en su anterior vida. Tu cara me suena se hace para mayor gloria de sus protagonistas, no para re¨ªrse de ellos. Eso que parec¨ªa no estar de moda desde hace mucho. Una estrategia con la que ha sacado provecho a bestias de la peque?a pantalla como Silvia Abril o Santiago Segura. Han sido capaces incluso de traer al frente a Juan Mu?oz (el otro de Cruz y Raya) sin que nadie lo pidiera.

Y no lo olvidemos: es producto aut¨®ctono. Una rara avis en este medio acostumbrado a la tranquilidad de comprar formatos ajenos de probado ¨¦xito extranjero. Esta vez han sido los de fuera quienes abrieron sus carteras para adaptarlo.

Tu cara me suena es un programa a celebrar, que sienta juntas a familias en el sof¨¢ y que por fin subraya la mejor definici¨®n de entretenimiento, concepto tantas veces tomado a la ligera y denostado en nuestra televisi¨®n.