Hojas de hierba: el proyecto fallido de Edward Weston
Una exposici¨®n recupera un episodio poco conocido en la trayectoria del fot¨®grafo; la ilustraci¨®n de la obra maestra de Walt Whitman
En la ma?ana del 28 de mayo de 1941, Edward Weston (Illinois, Estados Unidos, 1886- California, Estados Unidos, 1958) cargaba su coche; un nuevo Ford al que hab¨ªa bautizado como Walt. Era el inicio de un viaje que le llevar¨ªa a recorrer 24 Estados, 20.000 millas a trav¨¦s de Estados Unidos en seis meses acompa?ado de su mujer, la modelo y escritora, Charis Wilson. El cometido supon¨ªa un gran reto: crear un retrato visual para acompa?ar una edici¨®n de lujo de la gran epopeya americana del siglo XIX escrita por Walt Whitman, Hojas de hierba, que George Macy, editor de Limited Editions Club se dispon¨ªa a publicar.
Hac¨ªa tan solo un d¨ªa que el presidente Roosevelt hab¨ªa declarado el estado de emergencia ante el continuado avance de los nazis en Europa. Las encuestas previamente realizadas por Macy a 50 de los cr¨ªticos m¨¢s relevantes del pa¨ªs, situaban a Hojas de hierba como uno de los libros m¨¢s influyentes de la literatura americana as¨ª como un tributo a pleno pulm¨®n de los ideales democr¨¢ticos. ¡°Pens¨¦ que el simbolismo de Whitman pod¨ªa ser perfilado incluyendo fotograf¨ªas... de las verdaderas caras y los verdaderos lugares de Am¨¦rica ¡±, escrib¨ªa Macy en su correspondencia con Weston. El verso libre de Whitman deb¨ªa quedar unido a la precisa y controlada interpretaci¨®n de las formas de la que hac¨ªa gala el fot¨®grafo.
Weston regres¨® a California con cerca de 800 negativos. Un buen promedio para este fot¨®grafo que trabajaba con una c¨¢mara de fuelle de 8x10 pulgadas, siempre con luz natural y nunca cortaba ni alteraba significativamente una copia final. Parte de estas im¨¢genes, 25 de las que formaron parte del libro, pueden verse en la exposici¨®n Real American Places: Edward Weston & Leaves of Grass, en The Huntington Library, en San Marino, California. La muestra pretende recuperar un episodio poco estudiado dentro de la trayectoria del artista, a pesar de que Weston lo consider¨® como uno de sus mejores trabajos.
Partieron de Los ?ngeles, Charis al volante; Weston no sab¨ªa conducir. Atravesaron el desierto de Mojave hacia Nevada, cruzaron Nuevo M¨¦xico y llegaron a Nueva Orleans. Despu¨¦s siguieron a Nueva York, luego a Maine hasta llegar a Delaware. El ataque a Pearl Harbour puso inesperadamente fin a este periplo. Los mil d¨®lares acordados con Macy cubrieron los gastos de un a?o; seis meses de viaje m¨¢s otros seis para imprimir el libro. A pesar de que en sus ¨²ltimos tiempos Weston hab¨ªa puesto su atenci¨®n en el mundo natural, esta vez busc¨® una narrativa centrada, a excepci¨®n de unos pocos retratos, en los objetos fabricados por el hombre; testamento de su paso por la tierra. As¨ª retrat¨® mansiones y plantaciones abandonadas, cementerios o tanques de petr¨®leo.
La chispa salt¨® cuando Macy recibi¨® las primeras muestras del trabajo del fot¨®grafo. El t¨¦rmino 'ilustrar' parec¨ªa tener distintas interpretaciones: ¡°El artista lo interpret¨® de forma metaf¨®rica, mientras Macy pretend¨ªa que las im¨¢genes de Weston quedaran sujetas a versos concretos dentro del texto de Whitman¡±, se?ala Jennifer A. Watts, comisaria de la exposici¨®n. ¡°Parece que me he dejado guiar por una idea que no compartimos¡±, escrib¨ªa Weston a Macy. ¡°Las fotograf¨ªas deber¨ªan en su conjunto encarnar la visi¨®n que Whitman ten¨ªa de Am¨¦rica... As¨ª, ilustrar versos del poemario en concreto ser¨ªa -en mi opini¨®n- demasiado f¨¢cil, y no conducir¨ªa a nada¡±.
Merle Armitage, dise?ador del libro, sali¨® en defensa del fot¨®grafo: ?no era precisamente el car¨¢cter atemporal de la poes¨ªa de Whitman lo que hab¨ªa convertido a Weston en la mejor opci¨®n para complementarlo? El futuro de Am¨¦rica deb¨ªa importar tanto, si no m¨¢s, que el presente, ¡°las canciones m¨¢s vigorosas y dulces est¨¢n aun por cantarse¡±, le record¨® al editor citando al poeta.
De las 70 copias que Weston eligi¨® se publicaron 49. Macy despidi¨® a Merle Armitage y decidi¨® acompa?ar las im¨¢genes con versos sacados de los poemas. Para aumentar la decepci¨®n del fot¨®grafo sus im¨¢genes fueron impresas en un papel con brillo y enmarcadas por un paspart¨² verde. ¡°Las ilustraciones no merecen mis disculpas, en cuando a la presentaci¨®n, merece mis l¨¢grimas¡±, escrib¨ªa Weston a sus amigos Sally y David Alpin.
A sus 55 a?os Weston se encontraba en la cumbre de su carrera. Acababa de recibir la primera beca otorgada por la Fundaci¨®n Guggenheim a un fot¨®grafo, la cual le hab¨ªa servido para financiar su libro,?California and the West, el cual hab¨ªa tenido una excelente acogida. Ansiaba repetir el ¨¦xito. ¡°Hojas de Hierba, es un himno a Am¨¦rica, de manera que aceptar el encargo fue un reflejo de la ambici¨®n sin l¨ªmites de Weston. Quer¨ªa igualar, si no sobrepasar, la visi¨®n global de Am¨¦rica del poeta. Aunque nunca lo expres¨® expl¨ªcitamente, est¨¢ claro que cre¨ªa que los valores ¨¦picos del libro podr¨ªan verse replicados en su fotograf¨ªa¡±, se?ala James Glisson, comisario asistente de arte americano de Bradford and Christine Mishler.
¡°Despu¨¦s de horas agotadoras de viaje, nos turn¨¢bamos para leer a Whitman hasta que nos qued¨¢bamos dormidos¡± escrib¨ªa Charis Wilson en sus anotaciones del viaje. ¡°En realidad, a Edward le importaba poco las Hojas de hierba, estaba disfrutando del momento de su vida¡±, a?ad¨ªa. El fot¨®grafo siempre hab¨ªa renegado de cualquier tipo de influencia art¨ªstica, as¨ª en sus diarios, destacaba su indiferencia hacia Stieglitz como fot¨®grafo (cuyo encuentro fue decisivo para su obra) sin embargo, resaltaba su inter¨¦s hacia ¨¦l como escritor. El encargo supon¨ªa tanto una oportunidad como una preocupaci¨®n, el estatus po¨¦tico y can¨®nico de Whitman amenazaba con rebajarle a un mero ilustrador.
Si en algo se identificaba Weston con el poeta, en ese punto de su trayectoria art¨ªstica, era en la necesidad de viajar para crear. Para ambos la movilidad estimulaba su capacidad creativa. Atr¨¢s quedaban esos d¨ªas donde tras interminables horas de exposici¨®n y en las condiciones controladas de su estudio produjo algunas de sus fotos m¨¢s ic¨®nicas. ¡°Ambos trabajaban de forma adictiva, explica Glisson. ¡°Tanto el poeta como el fot¨®grafo entend¨ªan que una gran historia debe ser el resultado de la combinaci¨®n de muchas partes, sean estas fotograf¨ªas o?versos¡±. Aun as¨ª Weston se resist¨ªa a que los motivos que hab¨ªan inspirado a Whitman fuesen a dictar el contenido de sus fotograf¨ªas
En la obra del fot¨®grafo est¨¢ ausente el triunfalismo y la celebraci¨®n del esp¨ªritu americano.¡°En Whitman hay euforia y placer. Incluso sus poemas de la Guerra Civil, la gran tragedia de su tiempo, laten con energ¨ªa¡±, destaca Glisson. En las fotograf¨ªas de Weston los motivos aparecen como mudos testigos de un tiempo. ¡°Quiz¨¢s le gustaba la idea de que los artefactos silentes sobreviven al parloteo de las gentes y las naciones, Despu¨¦s de todo, se resist¨ªa a hablar de su arte¡±.
Nunca pretendi¨® Weston emparejar la visi¨®n o el tono efusivo de Whitman. ¡°Fue un modernista, y uno de los distintivos de las artes visuales de la modernidad es la ambig¨¹edad y la contradicci¨®n. Si Weston hubiese ilustrado literalmente a Whitman, tal y como era el deseo de Macy, sus fotograf¨ªas hubiesen sido mucho menos interesantes como arte pero quiz¨¢s m¨¢s efectivas como publicidad o propaganda¡±, concluye Glisson.
Real American Places: Edward Weston and Leaves of Grass. The Huntington Library, Art Collections and Botanical Gardens, San Marino, California. EE UU. Hasta el 20 de marzo
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