As¨ª naci¨® ¡®Rogue One: una historia de Star Wars¡¯
El responsable de efectos especiales John Knoll imagin¨® la trama de la pel¨ªcula en 2003
Donde una historia termina, a veces otra comienza. A La venganza de los Sith, episodio III de la saga de Star Wars, faltaban ya solo pocos retoques. Anakin se hab¨ªa convertido en Darth Vader, los peque?os Luke y Leia eran ocultados de la sed de sangre del Imperio y la segunda trilog¨ªa gal¨¢ctica se cerraba. Era verano de 2003, y el director George Lucas, el productor Rick McCallum y el veterano responsable de efectos especiales de ILM John Knoll trabajaban en la posproducci¨®n. Justo al repasar la ¨²ltima secuencia, donde se entreve¨ªa la base espacial que el Imperio construir¨ªa, Knoll tuvo una iluminaci¨®n. Frente a ¨¦l, la futura Estrella de la Muerte. Y, en su mente, el recuerdo de los t¨ªtulos de cr¨¦dito del primer filme de la saga. ¡°Durante la batalla, esp¨ªas rebeldes lograron robar los planos del arma definitiva del imperio¡±, rozaba una de aquellas frases amarillas. Ya, pens¨®, pero, ?c¨®mo lo consiguieron? Acababa de nacer Rogue One: una historia de Star Wars.
La ocurrencia, que Knoll relata ahora a la revista Empire, sufri¨® un rev¨¦s inmediato. ?l pensaba que podr¨ªa encajar en el programa televisivo sobre Star Wars que Lucas y McCallum preparaban. Pero ellos no opinaban lo mismo. As¨ª que el proyecto se qued¨® en la mente de Knoll, aunque nunca renunci¨® a ¨¦l. De hecho, despert¨® como la Fuerza, en el momento m¨¢s oportuno. Cuando Disney adquiri¨® Lucasfilm y empez¨® a plantearse c¨®mo retomar la saga, surgieron mareas de propuestas. Knoll se enter¨® de unas cuantas y se reafirm¨®: ninguna superaba la suya. De ah¨ª que decidiera darle una segunda oportunidad: esta vez prepar¨® una presentaci¨®n que hizo circular entre sus compa?eros de ILM. Y estos le animaron a dar el gran paso: mostrarle el trabajo a la nueva jefa, Kathleen Kennedy. As¨ª que pidi¨® una reuni¨®n con ella y Kiri Hart, vicepresidente de desarrollo y gran responsable de las historias de Lucasfilm. La suerte estaba echada.
¡°Ser¨¢ una irrupci¨®n al estilo de Misi¨®n Imposible en las instalaciones m¨¢s custodiadas del Imperio para robar los planes¡±, les explic¨®, seg¨²n Empire. Durante 45 minutos habl¨® de guerra y esperanza, de un mundo m¨¢s oscuro, de nuevos personajes y alg¨²n regreso estelar; plante¨®, como sostiene la revista, una mezcla entre La noche m¨¢s oscura, Los ca?ones de Navarone y Ocean¡¯s Eleven. Y Kennedy dijo s¨ª. No solo: le pareci¨® el proyecto m¨¢s s¨®lido que le hab¨ªan propuesto y lo coloc¨® en la pista de despegue. En el plan de Disney de un filme de Star Wars al a?o, Rogue One ser¨ªa el primer spin-off (pel¨ªcula al margen de la trama principal, basada en alg¨²n personaje o situaci¨®n secundarios) en estrenarse. Dicho, hecho.
El resultado se puede ver desde ayer en las salas. Pero lo cierto es que muchas de las claves de Rogue One ya estaban en su semilla. Por ejemplo, la decisi¨®n de no ofrecer los c¨¦lebres t¨ªtulos de cr¨¦dito de la saga original, para remarcar la diferencia. Tambi¨¦n el objetivo de crear un escenario lo m¨¢s natural posible, en la medida en que un universo de alien¨ªgenas y pistolas l¨¢ser puede serlo. ¡°Quer¨ªa que pareciera un mundo real¡±, explica a Empire Gareth Edwards. Desde su fichaje, el director (Monsters, Godzilla) comparti¨® la visi¨®n de Knoll. Tanto que ambos hacen hincapi¨¦ en el mismo pilar: sin jedis y con el Imperio en la cumbre de su poder, Rogue One ser¨ªa la pel¨ªcula de los tipos normales frente a una misi¨®n excepcional. ¡°Parte del atractivo de la historia es que es un periodo oscuro en el que la gente est¨¢ luchando, muriendo y actuando con valor sin la ayuda de la Fuerza. Son personas ordinarias que sienten que tienen que hacer algo contra el mal que est¨¢ inundando el universo. No hay soluciones m¨¢gicas, tienen que resolverlo por su cuenta¡±, en palabras de Edwards.
Aunque mantuviera su esencia, Rogue One s¨ª fue cambiando en otros aspectos. El estilo del filme, que hab¨ªa de ser m¨¢s peque?o y menos caro que las otras superproducciones gal¨¢cticas, nada tiene que ver con el despliegue visual al que se asiste en la pantalla. El guion tambi¨¦n sufri¨® varias modificaciones y reescrituras, de ah¨ª que ahora lleve cuatro firmas: Knoll, Gary Whitta, Chris Weitz y Tony Gilroy. Este ¨²ltimo, guionista de la trilog¨ªa de Bourne entre otras, fue el deus ex machina de Disney que acompa?¨® los ¨²ltimos pasos de Rogue One. Fichado a toda prisa ante las dudas de la compa?¨ªa, cambi¨® partes del guion y supervis¨® con amplios poderes las cinco semanas de rodaje extra que Disney orden¨® a Edwards en verano.
Tanto la empresa como los interesados han destacado que volver a filmar ciertas secuencias es una pr¨¢ctica habitual en el cine. Y que ni mucho menos se cambi¨® el 40% del metraje ni se impuso un estilo ¡°m¨¢s familiar¡±, como se lleg¨® a rumorear. Sea como fuere, todos comparten tambi¨¦n otra certeza: Rogue One es un filme ¨²nico y no habr¨¢ secuelas. Entre otras razones, porque ya tiene una. Y la ha visto todo el mundo. Se llama Una nueva esperanza.
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