¡°El IVA cultural es un error pero no un castigo pol¨ªtico¡±
Gregorio Mara?¨®n acaba de renovar por cinco a?os la presidencia del patronato del Teatro Real
Acaba de renovar por cinco a?os la presidencia del patronato del Teatro Real, tras casi un decenio al frente del coliseo madrile?o. Y eso que la ¨®pera es entre sus aficiones ¡°la m¨¢s tard¨ªa¡±, dice el abogado y empresario Gregorio Mara?¨®n y Bertr¨¢n de Lis (Madrid, 1942), que opta por la pel¨ªcula Casablanca (Michael Curtiz), el cuadro Mutilados de paz (Millares), la obra teatral Incendies (Wajdi Mouawad) y el libro Hiperi¨®n (H?lderlin) para sintetizar sus referencias. En gustos oper¨ªsticos se declara ecl¨¦ctico, pero si de un t¨ªtulo se trata, el tambi¨¦n consejero del Grupo PRISA, editor de este diario, elige El caballero de la rosa, de Richard Strauss.
Pregunta. Ha trabajado en el Real con los ministros de Cultura C¨¦sar Antonio Molina, ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, Jos¨¦ Ignacio Wert e ??igo M¨¦ndez de Vigo. ?Con cu¨¢l se ha llevado mejor?
Respuesta. Mi relaci¨®n con todos ha sido excelente. Sin embargo, destacar¨ªa la que tuve con C¨¦sar Antonio, a quien debo mi primer nombramiento y que estableci¨® la autonom¨ªa del Real, y la que tengo con ??igo M¨¦ndez de Vigo, que ha culminado este proceso.
P. ?Ha sufrido usted injerencia pol¨ªtica?
R. No, absolutamente.
P. ?Hay diferencias entre la izquierda y la derecha en el trato a la ¨®pera y en sus preferencias?
R. La cultura es un fen¨®meno transversal. Lo m¨¢s significativo es que el pol¨ªtico sea o no culto.
P. ?Se ha roto el estigma de la ¨®pera como espect¨¢culo elitista?
R. S¨ª, hoy nadie puede tachar la ¨®pera de elitista, y menos a¨²n como un acto social en el sentido menos solidario.
P. ?Y qu¨¦ hace el Real para popularizar la ¨®pera?
¡°Joan Matabosch ha sustituido la pol¨¦mica por la seducci¨®n¡±
R. Est¨¢ llevando con las m¨¢s avanzadas tecnolog¨ªas la ¨®pera en grandes pantallas a las plazas p¨²blicas de las ciudades y los pueblos de nuestro pa¨ªs; a los centros culturales, colegios y hospitales p¨²blicos; y, a trav¨¦s de redes sociales como Facebook, en streaming o gracias al propio Palco Digital del Teatro, llega a cualquier ciudadano del mundo.
P. ?Cu¨¢l ha sido la decisi¨®n m¨¢s importante? ?Y la m¨¢s dif¨ªcil?
R. La m¨¢s importante, posiblemente, encarar la crisis con un proyecto de transformaci¨®n: reducir costes, incrementar los ingresos propios y atraer a la sociedad, adem¨¢s de configurar un proyecto art¨ªstico con ambici¨®n de excelencia, sin recurrir al endeudamiento ni a ayudas p¨²blicas extraordinarias. Por ello, ha salido muy fortalecido. La decisi¨®n m¨¢s dif¨ªcil fue, sin duda, cambiar a Gerard Mortier de director art¨ªstico y musical a asesor art¨ªstico, cuando en el inicio de su enfermedad no se encontraba en condiciones y sab¨ªamos que no se recuperar¨ªa. Poco antes de morir, me escribi¨®, para que lo hiciera p¨²blico, un precioso texto, que terminaba con un castizo ¡°?Viva el Teatro Real!¡±, en el que reconoc¨ªa el acierto de nombrar a Joan Matabosch, y me reiteraba la amistad.
P. ?Qu¨¦ aport¨® Mortier y qu¨¦ aporta Matabosch?
R. Mortier contribuy¨® decisivamente a que el Real saliera de la irrelevancia. Recuper¨® su proyecci¨®n internacional, llev¨® a cabo cuatro estrenos mundiales, mejor¨® notablemente su orquesta, y form¨® un coro extraordinario. Matabosch ha consolidado y mejorado este proyecto, con su propia impronta, recuperando la tradici¨®n de contar con magn¨ªficas voces, manteniendo la ambici¨®n de excelencia y sustituyendo la pol¨¦mica por la seducci¨®n. En cierto sentido es m¨¢s moderno, m¨¢s actual.
P. El Museo del Prado, la instituci¨®n cultural m¨¢s valorada por los espa?oles seg¨²n el estudio de la Fundaci¨®n Contempor¨¢nea, juega en la misma liga del Louvre o el Metropolitan. ?Compite el Teatro Real, la tercera instituci¨®n cultural en valoraci¨®n, con los mejores escenarios del mundo?
R. En capacidad creativa, coproducimos en t¨¦rminos de igualdad con las principales ¨®peras europeas. Su orquesta y coro tambi¨¦n est¨¢n entre los mejores, y el modelo de gesti¨®n, con un 47% de ingresos propios, un 27% de aportaciones p¨²blicas, y un 26% de mecenazgo privado, se pone como ejemplo en otros pa¨ªses. Pero hay que ser realistas, el Real, hoy, como el Liceu, tiene el presupuesto de una ¨®pera de provincias francesa. La ?pera de Par¨ªs cuenta con diez veces m¨¢s aportaciones p¨²blicas.
P. En los cines de Espa?a se programan ahora muchos espect¨¢culos de ¨®pera, pero no del Real, ?por qu¨¦? ?El futuro de la ¨®pera pasa por el audiovisual?
R. El futuro de la ¨®pera trasciende las limitaciones de sus escenarios pero se juega en ellos. Estamos llegando a los cines algo m¨¢s tarde de lo que hicieron algunos grandes teatros internacionales. Acabamos de empezar y pronto ofreceremos resultados, en Espa?a y en los principales pa¨ªses latinoamericanos.
P. ?Y c¨®mo ve el Liceu?
R. El Liceu es el otro gran teatro de ¨®pera de Espa?a. Sin embargo, creo que no afront¨® adecuadamente la crisis. El reciente nombramiento de Salvador Alemany como presidente de su Patronato es una magn¨ªfica noticia.
P. Una ¨®pera nunca ser¨¢ rentable. ?Est¨¢ de acuerdo con esto?
R. ?C¨®mo medimos la rentabilidad de la cultura? Trasciende lo econ¨®mico; es ocio inteligente, reflexi¨®n cr¨ªtica, capacidad de utop¨ªa, y a?ade un factor identitario. Pero en lo econ¨®mico, el Real aporta, directa e indirectamente, a la Administraci¨®n m¨¢s que las subvenciones que recibe, y, adem¨¢s, crea riqueza y empleo.
P. El Gobierno ha anunciado que reducir¨¢ el IVA de los espect¨¢culos en directo, pero no del cine. ?Cree que el PP no ha perdonado a los profesionales del cine su protagonismo en la campa?a contra la guerra de Irak?
R. La subida del IVA cultural ha sido un error, pero en ning¨²n caso creo que haya sido una respuesta pol¨ªtica de castigo.
P. Procede de una tradici¨®n liberal y particip¨® en la Transici¨®n, ?qu¨¦ opina de su cuestionamiento por algunos sectores pol¨ªticos?
R. La Transici¨®n recuper¨® la democracia y logr¨® la reconciliaci¨®n de las dos Espa?as, tras una guerra atroz en la que hubo asesinados en los dos frentes, seguida de 40 a?os de dictadura. Tras la Transici¨®n hemos conocido el periodo de mayor libertad y crecimiento econ¨®mico y social de nuestra historia. Esto es lo fundamental, y no creo que ning¨²n verdadero dem¨®crata con sentido hist¨®rico pueda cuestionarlo, pues la negaci¨®n de la memoria es peor que el olvido. Por supuesto, hubo errores y carencias, pero esto no es lo esencial.
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