Familias infelices en una galaxia muy lejana
Carrie Fisher siempre estar¨¢ ligada a 'La guerra de las galaxias' y al personaje de Leia, una princesa valiente y fuerte
Michael Herr, el gran cronista del conflicto de Vietnam, escribi¨® en sus Despachos de guerra: "No tuvimos infancias felices, pero tuvimos Vietnam". Muchos de los que nacimos a finales de los a?os sesenta, podemos decir que "no tuvimos infancias felices, pero tuvimos La guerra de las galaxias". En estos tiempos de videojuegos, efectos especiales que reconstruyen dinosaurios y realidades virtuales es dif¨ªcil imaginar lo que aquel cuento de caballeros andantes gal¨¢cticos represent¨®. Cambi¨® por completo nuestra imaginaci¨®n y, por lo tanto, nuestra forma de mirar el mundo. Y esa revoluci¨®n es imposible de comprender sin la princesa Leia, el personaje que interpret¨® cuando apenas era una adolescente Carrie Fisher, fallecida este martes en Los ?ngeles a los 60 a?os despu¨¦s de sufrir un infarto el pasado viernes.
George Lucas, que entonces ten¨ªa 30 a?os, convenci¨® no s¨®lo a la 20th Century Fox para que le financiase una historia de galaxias lejanas, que iba en contra de todo lo que se hac¨ªa en el cine entonces, sino que convenci¨® a actores como Alec Guiness para que pronunciasen frases como "que la fuerza te acompa?e", que les parec¨ªan totalmente rid¨ªculas. Aparte de unos cuantos veteranos, Lucas se rode¨® de un grupo de j¨®venes actores, casi o totalmente desconocidos, como Mark Hamill, Harrison Ford y Carrie Fisher. Salvo Ford, ninguno logr¨® despegarse de aquellos personajes, se quedaron marcados por la sombra de Darth Vader.
El resto de sus carreras sigui¨® ligada para siempre a esa historia infantil, una especie de pastiche genial que mezclaba los androides y criaturas de todo tipo con Centauros del desierto y la saga art¨²rica. Para comprobar su influencia basta con contemplar la lista de pel¨ªculas m¨¢s vistas del a?o: todas son de dibujos animados o de superh¨¦roes (adem¨¢s de la octava entrega de la saga, Rogue One) y todas le deben algo a aquel filme que infantiliz¨® el cine y que llen¨® las salas de medio mundo en 1977.
La genialidad de Lucas qued¨® patente en su capacidad para mezclar las influencias, en su inteligencia para construir un mundo coherente totalmente nuevo y en su intuici¨®n del papel que los efectos especiales iban a tener no s¨®lo en el cine, sino en el mundo del futuro. Pero tambi¨¦n fue un creador de personajes inolvidables, arquetipos sin duda, pero a los que consigui¨® dar una vida propia: Han Solo, el antih¨¦roe o, mejor dicho, el h¨¦roe reluctante que renuncia a su ego¨ªsmo; Luke Skywalker, el joven granjero que sue?a con naves espaciales y al que espera un destino ¨²nico gracias a una vieja religi¨®n Jedi, y la princesa Leia, a la que se pod¨ªa aplicar la frase con la que Tolst¨®i comienza Ana Karenina: "Todas las familias felices son iguales, pero cada familia es infeliz a su manera".
Leia fue infeliz a su manera, dentro y fuera de la pantalla (Carrie Fisher narr¨® en sus sinceros y descarnados libros autobiogr¨¢ficos sus problemas con el alcohol, las drogas y la depresi¨®n), pero no fue nunca una princesa que esperaba ser salvada. Leia se enfrenta al malvado Darth Vader, resiste la tortura, es desafiante, impertinente, valiente y sin ella nunca se hubiese salvado la Galaxia. Eso s¨ª, est¨¢ a punto de enamorarse de su hermano, su peor enemigo es su padre y sabemos que encima la historia de amor con Han Solo no acaba bien. Leia es una hero¨ªna profundamente contempor¨¢nea, una mujer tocada por la fama y una princesa dura, fuerte e inteligente que demostr¨® que a la hora de luchar contra el mal no existen los sexos. Gracias por habernos regalado una infancia feliz en una Galaxia muy cercana.
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