Las obras de Unamuno, Valle-Incl¨¢n, Lorca, Mu?oz Seca y otros 373 autores pasan a dominio p¨²blico

En el a?o 1936, Espa?a se parti¨® en dos. Y el golpe de Estado que dio paso a la Guerra Civil arras¨® tambi¨¦n un futuro de brillantez en las letras al grito de: "?Mueran los intelectuales!". Ochenta a?os despu¨¦s ya se han cerrado la mayor¨ªa de las heridas de aquella brecha. La Biblioteca Nacional quiere terminar de curarlas y por eso ha elaborado un ¨ªndice de autores desaparecidos de los dos bandos que se liberan por estas fechas de derechos y pasan a dominio p¨²blico. ¡°Fue un a?o dram¨¢tico en el que se perdi¨® mucho m¨¢s de lo imaginable. Toca tender puentes, m¨¢s ahora que los derechos de estos autores quedan a disposici¨®n de todos y se multiplican las posibilidades de difusi¨®n de sus obras¡±, afirma la directora de la BNE, Ana Santos Aramburo.

En Espa?a, la ley fija 70 a?os desde la muerte de un autor para su paso al dominio p¨²blico. Desde el 1 de enero del a?o siguiente, cualquiera puede usar sus obras, a condici¨®n de respetar el derecho moral y la autor¨ªa. Sin embargo el sistema, parecido a la mayor¨ªa de pa¨ªses, vale solo para las muertes posteriores al 7 de diciembre de 1987, cuando se reform¨® la Ley de Propiedad Intelectual. Los autores fallecidos antes est¨¢n sujetos a la normativa de 1879: sus derechos caducan 80 a?os y un d¨ªa despu¨¦s de la muerte, como aclara el abogado experto en Propiedad Intelectual Andy Ramos. De ah¨ª que la obra de autores como Garc¨ªa Lorca o Valle-Incl¨¢n, fallecidos en 1936, ya haya pasado a disposici¨®n de todos. Y el 1 de enero se ha sumado Miguel de Unamuno, quien muri¨® el 31 de diciembre de 1936. ?

Pero ese a?o signific¨® mucho m¨¢s. Jos¨¦ Carlos Mainer, catedr¨¢tico de la Universidad de Zaragoza y cr¨ªtico de EL PA?S, ha elaborado una lista en la que, aparte de los consagrados, incluye varios autores a reivindicar de esa ¨¦poca. ¡°El 36 fue un annus horribilis, pero tambi¨¦n mirabilis. Sabemos qui¨¦nes fueron sus c¨¦lebres fallecidos. Pero tambi¨¦n fue un a?o de grandes libros entre los que quedaron con vida: Juan de Mairena, de Machado; Canci¨®n, de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez; el segundo C¨¢ntico, de Jorge Guill¨¦n; Raz¨®n de amor, de Pedro Salinas, La realidad y el deseo, de Luis Cernuda: obras de viejos y de otros que ya no eran tan j¨®venes. Eso nos da la medida de lo que destruyeron sin remedio¡±, comenta. ¡°Para m¨ª, aquel a?o sigue siendo el error que abri¨® una zanja duradera en el desarrollo de nuestro pa¨ªs como comunidad cultural y pol¨ªtica¡±.

No solo en el bando perdedor, tambi¨¦n entre quienes ganaron la guerra. ¡°Hablo de Mu?oz Seca, a quien siempre deberemos La venganza de don Mendo... No hemos dejado en el tintero la liquidaci¨®n de gentes de extrema derecha: Ramiro de Maeztu y Manuel Bueno, que dej¨® manco a Valle-Incl¨¢n y que escribi¨® en 1936 una novela sobre las culpas de los disconformes de principios de siglo, Los nietos de Danton. Tambi¨¦n menciono como escritores a tres cl¨¦rigos asesinados: Juli¨¢n Zarco, que era erudito bibliotecario de El Escorial; Zacar¨ªas Garc¨ªa Villada, el creador de la paleograf¨ªa espa?ola, o el Padre Poveda, creador de la Instituci¨®n Teresiana, que tiene un destacado papel en el feminismo cat¨®lico. Y, por supuesto, a Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera y Ramiro Ledesma Ramos porque, aunque fueran pol¨ªticos fascistas, escribieron novelas¡±, afirma Mainer.

A muchos parece esperarles una nueva vida. Jos¨¦ Antonio Ponte Far, patrono de la Fundaci¨®n Valle-Incl¨¢n, considera que el vencimiento de los derechos "va a favorecer la difusi¨®n de la obra de Valle y el aumento de sus traducciones al gallego". "El paso al dominio p¨²blico se nota. Para varios autores, ha supuesto una publicaci¨®n mucho mayor. Aunque la cantidad no significa calidad", advierte Diego Moreno, responsable de la editorial N¨®rdica. Es precisamente para aumentar el alcance de las creaciones que la propiedad intelectual, a diferencia de la de un coche o una casa, caduca. "Los plazos responden a un equilibrio entre el acceso a la Cultura, que enriquece a la sociedad, y la protecci¨®n del autor y de sus descendientes", agrega Ramos.

En el caso de Garc¨ªa Lorca, la recaudaci¨®n por los derechos se repart¨ªa igualmente entre los seis herederos. "No son cifras millonarias, pero unos ingresos, al fin y al cabo", asevera Mercedes Casanovas, de la agencia Casanovas y Lynch, que gestiona los derechos del poeta granadino. Y Moreno cuenta c¨®mo se calcula habitualmente la cifra. Primero, se multiplica la tirada del libro por su precio de venta. Entre el 8 y el 10% del total se destina a los royalties: normalmente, la mitad como anticipo y la otra a medida que se va vendiendo la obra.

"Las creaciones de Lorca siempre se han publicado en muchas editoriales, sin contratos exclusivos. Aunque ¨²ltimamente hemos recibido preguntas sobre cu¨¢ndo pasaba a dominio p¨²blico", a?ade Casanovas. Esas dudas reflejan la niebla de confusi¨®n que envuelve al derecho de autor. Por ejemplo, Lorca ya es de todos en Espa?a pero no en EE UU, donde el plazo depende de la fecha de la primera publicaci¨®n de cada obra en el pa¨ªs. A la vez, much¨ªsimos autores extranjeros se liberan en su pa¨ªs una d¨¦cada antes de los 80 a?os espa?oles y a menudo las editoriales nacionales no saben si ya pueden publicarlos?¡ªcomo hicieron err¨®neamente con El gran Gatsby en 2011¡ª o no, porque alguien detiene los derechos en Espa?a. De ah¨ª que muchos entrevistados expresen el mismo deseo: un buscador que permita identificar qui¨¦n gestiona los derechos de cada autor, hasta cu¨¢ndo o si ya pertenece al dominio p¨²blico. La lista de la Biblioteca Nacional, al menos, es un primer paso.