Nels Cline, guitarrista de los rockeros Wilco, se atreve con el jazz
El m¨²sico ha tardado 25 a?os en crear 'Lovers', disco de orquestaci¨®n ambiental
Quienes asisten a un concierto de Wilco salen asombrados, adem¨¢s de por la inspirada conjunci¨®n, por el trabajo a la guitarra de Nels Cline (Los ?ngeles, 1956), instrumentista vers¨¢til y preciso con un bienvenido punto psic¨®tico. Antes de ingresar en la banda de Chicago, Cline, que empez¨® a tocar la guitarra a los diez a?os tras descubrir a Jimi Hendrix, acumular¨ªa experiencias en distintas ¨¢reas musicales. La escucha adolescente de John Coltrane desv¨ªa su tim¨®n y es acogido por figuras del jazz como Charlie Haden y Julius Hemphill. En los noventa, la vibraci¨®n generacional del rock alternativo le lleva a The Geraldine Fibbers, la banda de Carla Bozulich, hasta que en 2004 recibe la llamada de Jeff Tweedy y logra su empleo m¨¢s estable. Lo combina con The Nels Cline Singers, pese al nombre un tr¨ªo instrumental. Y ahora por fin ha hecho realidad un antiguo sue?o.
Publicado en el hist¨®rico sello Blue Note, Lovers es una idea que lleva perfilando desde hace 25 a?os, pero no se materializ¨® hasta conseguir la financiaci¨®n necesaria para costear la peque?a orquesta que le respalda en este viaje al n¨²cleo de la llamada mood music, o m¨²sica ambiental, y el romanticismo que la caracteriza. Trat¨¢ndose de un m¨²sico aventurero, el punto de partida se expande desde los cl¨¢sicos Jerome Kern, Rodgers & Hammerstein o Henry Mancini, hasta Annette Peacock, Arto Lindsay, Sonic Youth y sus propias composiciones. "El arte es arte, sea popular o underground, accesible o extremo¡¯¡¯, razona Cline. "Una cultura sin un contingente de vanguardia que empuje las cosas hacia delante corre el peligro de estancarse e incluso desaparecer. Es un error separar lo experimental de lo mainstream y, en mi caso, potencialmente descorazonador. ?Quiz¨¢s todas estas canciones est¨¦n en la misma categor¨ªa de buenas!¡¯¡¯.
Obviamente, la selecci¨®n de temas fue cambiando con los a?os. No es f¨¢cil para Cline explicar sus elecciones, pero da una pista el hecho de que en una obra instrumental se incluyan en el libreto las letras de las canciones, pues cree que son tan importantes como su presentaci¨®n musical. "Tal vez est¨¦ siendo un tanto chistoso al usar el t¨¦rmino mood music¡¯¡¯, responde a la pregunta de c¨®mo abord¨® un g¨¦nero tan maleable y desnaturalizado. "?Por qu¨¦ no redefinirlo? Crec¨ª pensando que la m¨²sica ambiental era facilona, inane, nada seria, pero m¨¢s tarde encontr¨¦ placeres reales en algunos de esos discos, orquestaciones curiosas. Me interesa la idea de que un arreglo vulgar no siempre logra anular una canci¨®n fant¨¢stica. Por ejemplo, I Have Dreamed, del musical El rey y yo, me la inspiraron varias versiones: las de Fred Hersch y Frank Sinatra, pero tambi¨¦n la incluida en un elep¨¦ barato¡¯¡¯.
Como la mood music, lo rom¨¢ntico ha sido emasculado y pervertido en la trituradora de la m¨²sica popular. Pero el ecl¨¦ctico punto de vista de este m¨²sico que ha participado en improvisaciones junto a Thurston Moore y grabado un ¨¢lbum con Medeski, Martin & Wood, abarca tonadas de dos pel¨ªculas antit¨¦ticas como Desayuno con diamantes y El portero de noche. "Mi intenci¨®n era que el romance, la sexualidad y la sensualidad, y otros aspectos de lo ¨ªntimo informasen el proyecto, no solo de un modo espiritual sino tambi¨¦n de forma cruda, caliente, oscura e inc¨®moda¡¯¡¯, reconoce. ¡®¡¯De ah¨ª la inclusi¨®n de temas como The Night Porter/Max, Mon Amour, So Hard It Hurts, y lo novedoso de algunos arreglos. A la inversa, I Have Dreamed y Beautiful Love son romanticismo sin adulterar, sin complicaciones ni ofuscaci¨®n. Cada canci¨®n representa distintos aspectos del concepto y mi afecto por las canciones o los artistas asociados con ellas¡¯¡¯.
El productor David Breskin y el arreglista Michael Leonard fueron de vital importancia en la consecuci¨®n de una de las grabaciones m¨¢s exquisitas e inspiradoras de 2016. Cline se plante¨® prescindir de su arsenal de efectos, limitarse al pulcro y n¨ªtido idioma de la guitarra de jazz sin utilizar su vocabulario habitual, pero comprendi¨® finalmente que, ante este material ajeno, deb¨ªa ser ¨¦l mismo. "Se escuchan efectos de delay y looping, en Lady Gabor, Secret Love, Snare, Girl¡ En su conjunto Lovers ofrece mi visi¨®n de las distintas facetas de la guitarra de jazz, con referencias a Jim Hall, Django Reinhardt, Marc Ribot, Bill Frisell o George Benson. Espero que estos homenajes no resulten demasiado evidentes; mi intenci¨®n no es imitar sino reflejar su lenguaje. No soy experto en jazz, ni un int¨¦rprete especialmente bueno, pero amo las sonoridades de esa m¨²sica y espero que el ¨¢lbum as¨ª lo transmita¡¯¡¯.
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