Por qu¨¦ todo el mundo quiere ser la Chica Ardilla

Hace unos meses, Shannon Purser, conocida como Barb de la serie Stranger Things, dijo que el papel que de verdad le gustar¨ªa interpretar es el de La Chica Ardilla. Unos d¨ªas m¨¢s tarde, se uni¨® a esa petici¨®n una estrella como Anna Kendrick. Suena raro, pero ambas se mostraban voluntarias para ser una superhero¨ªna disfrazada de ardilla cuyo mayor poder es hablar con estos adorables animales comebellotas. Un personaje femenino que comenz¨® como una broma de relleno (creado en 1992 por Will Murray y Steve Ditko, responsable de Spiderman y Doctor Extra?o) pero que ahora, en pleno esplendor de las hero¨ªnas Marvel, ha sido reinterpretada en las vi?etas como una universitaria sin complejos, optimista y altiva con una serie propia con su nombre bien grande en la portada y que no se cansa de salvar el mundo de las peores amenazas (casi sin querer). ?Por qu¨¦ todo el mundo quiere ser la chica ardilla entonces? Quiz¨¢s porque el c¨®mic de superh¨¦roes por fin ha aprendido a mimar a un nuevo p¨²blico, ha comprendido que las superhero¨ªnas no tienen por qu¨¦ ser mujeres objeto con grandes escotes y mallas pegadas, como lo percibe el p¨²blico generalista.

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Algo est¨¢ cambiando en el mundo del c¨®mic estadounidense. Hace unas semanas, la jovenc¨ªsima Riri Williams hered¨® la armadura de Iron Man de manos de Tony Stark. Desde 2014, Thor es mujer y desde 2016 tambi¨¦n lo es Lobezno. Tras a?os de sequ¨ªa donde era raro ver a mujeres capitanear su propia serie, ahora las colecciones dedicadas a superhero¨ªnas se cuentan por decenas. Ya no son la pareja ni el cupo que cumplir en los equipos. Y las hay para todos los gustos. Todo comenz¨® con Kamala Khan, la superhero¨ªna musulmana y el¨¢stica que lleva el mism¨ªsimo nombre de la editorial, Ms. Marvel. Su ¨¦xito no solo hizo a la Casa de las Ideas alcanzar nuevas audiencias, sino tambi¨¦n cobrar un prestigio del c¨®mic internacional con el que el g¨¦nero no hab¨ªa so?ado. As¨ª, esta peque?a colecci¨®n se convirti¨® en la mejor serie el pasado a?o en la feria de Angulema. A sus mandos hab¨ªa algo todav¨ªa menos habitual: la guionista G. Willow Wilson y la editora Sana Amanat, ambas musulmanas.

Gracias a ellas, se han dado pasos en la buena direcci¨®n. Las propias tiendas de c¨®mics ya pueden poner stands para que las ni?as tambi¨¦n fijen sus modelos. Dado que las mujeres nunca hab¨ªan tenido problemas de verse reflejados en un superh¨¦roe masculino, ?por qu¨¦ no puede ser al rev¨¦s? Ese es un paso que debemos superar.

Igual que en la maravillosa Hulka de Dan Slott, donde la verdosa pod¨ªa mezclar su vida de abogada con la de mujer forzuda, Spiderwoman puede hoy hacer el bien embarazada. Puede tambi¨¦n existir una Spiderman rockera con la identidad de Gwen Stacy y la Capitana Marvel no tiene complejo alguno por ser una de las m¨¢s poderosas del mundo. Nuevos c¨¢nones femeninos haciendo el bien, luchando porque el universo Marvel siga en pie. La misma estrategia que John Byrne sigui¨® con la Mujer invisible o con la propia Hulka, la misma que cuando Los Vengadores fueron liderados por la Avispa o por Monica Rambeau o cuando DC lanz¨® al estrellato a la primigenia Harley Quinn. Normalidad.

Y, s¨ª, hay m¨¢s personajes femeninos, pero en realidad en las oficinas la paridad sigue siendo un espejismo. En las editoriales estadounidenses las mujeres todav¨ªa son una minor¨ªa. Seg¨²n el estudio mensual Gendercruching de BleedingCool, los c¨®mics Marvel del pasado octubre, uno de los mejores de los ¨²ltimos a?os, ten¨ªan un 84% de responsables masculinos. En DC, eran un 80%. La cifra, pese a los pasos en la buena direcci¨®n en la p¨¢gina, no parece equipararse en ninguna de las categor¨ªas. Encontramos, sin embargo, excepciones en nombres como el de la espa?ola Natacha Bustos, dibujante de la fresca Moon Girl y Dinosaurio Diab¨®lico, o Emma R¨ªos, que encontr¨® en el mundo independiente y en la guionista Kelly Sue Deconnick (impulsora de la nueva Capitana Marvel que reuni¨® a una horda de seguidoras en Internet) la libertad creativa en el mercado del tebeo que siempre hab¨ªa buscado.

Pero la pol¨¦mica de machismo entre los superh¨¦roes sigue muy vigente. Recientemente, la ONU tuvo que quitar el t¨ªtulo de embajadora honor¨ªfica del feminismo a Wonder Woman despu¨¦s de que varias protestas criticaran la "imagen sexualizada" del personaje. En la discusi¨®n se perd¨ªa, claro, el fondo: que Diana ha sido uno de los personajes m¨¢s fuertes e independientes de la historia de la ficci¨®n, dado que incluso naci¨® inspirada por el feminismo incipiente en los a?os cuarenta. La superhero¨ªna ser¨¢, adem¨¢s, la primera en llegar a la gran pantalla con su propia pel¨ªcula en 2017. Y eso que no han faltado personajes como la Viuda Negra o la Avispa que se lo merecieran tambi¨¦n. Marvel, que en televisi¨®n concedi¨® serie propia a Jessica Jones, tambi¨¦n lanzar¨¢ en 2019 su propio taquillazo con una mujer: Capitana Marvel tendr¨¢ el rostro de Brie Larson (La Habitaci¨®n).

Al final en realidad, a las editoriales estadounidenses les interesa ampliar su mercado con este p¨²blico, adicto a las novelas de j¨®venes adultos y que la industria descubri¨® con Los Juegos del hambre, desde un punto de vista comercial. Es el paso l¨®gico, tratar de robar al manga esas lectoras a las que nunca le atrajo el c¨®mic de superh¨¦roes. Quiz¨¢s el paso se haya dado demasiado tarde, pero, esta vez, el prop¨®sito, aunque sea guiado por otros objetivos, es necesario. Porque deseamos ver m¨¢s trajes de SpiderGwen, Kamala o Capitana Marvel en las convenciones.