Un americano (exiliado) en Par¨ªs
El director neoyorquino Eug¨¨ne Green estrena 'Le fils de Joseph', una moderna visi¨®n de la Navidad y de las relaciones familiares
Con tan solo 21 a?os, en 1968, Eug¨¨ne Green abandon¨® su Brooklyn natal y se mud¨® a Par¨ªs, donde resucit¨®, como profesor y director, el teatro barroco franc¨¦s, en el que los actores hablan directamente al p¨²blico. All¨ª ha desarrollado su carrera art¨ªstica, en teatro y cine, un arte en el que solo lleva trabajando durante el siglo XXI, con t¨ªtulos como Le pont des Arts, Una monja portuguesa o La sapienza, rodadas en diversas partes de Europa. De este autoexilio le ha quedado un curioso tic: al arrancar la entrevista rechaza hablar en ingl¨¦s -"La lengua de los b¨¢rbaros"- y prefiere expresarse en franc¨¦s.
Y ese idioma ha filmado Le fils de Joseph (que se estrena ma?ana en Espa?a), una tragicomedia de hijos incomprendidos, una burla al mundo editorial -en una historia secundaria protagonizada por Mathieu Amalric y Maria de Medeiros- y una curiosa aproximaci¨®n a la familia m¨¢s famosa de las Navidades: Jos¨¦, Mar¨ªa y Jes¨²s. Un paralelismo que empieza a agrandarse a mitad de la trama, y que adem¨¢s pide un esfuerzo al p¨²blico. "No creo que tanto, aunque es cierto que en La sapienza hablaba de Borromini. Pero espero que las im¨¢genes ayudaran a comprender la historia. Aqu¨ª fue al rev¨¦s: primero tuve la historia y despu¨¦s fui a?adiendo las referencias b¨ªblicas. Si ya las conoces, obtienes un valor a?adido. Si no, no hay problema. Es una capa m¨¢s", responde. Y remarca entre risas: "Conozco gente sencilla a la que le ha gustado Le fils de Joseph".
Green defiende la importancia de la palabra por encima del "imperialismo visual". "Vivimos rodeados de im¨¢genes huecas, que no est¨¢n... habitadas. Yo busco que est¨¦n habitadas por el esp¨ªritu y la palabra, que para m¨ª es lo mismo". Puede que ah¨ª surgiera su pasi¨®n por el teatro barroco franc¨¦s, que lleva al cine en un curioso truco: cambia de eje en los plano-contraplano de los di¨¢logos, provocando una extra?a sensaci¨®n en el espectador. "Mi intenci¨®n es que el patio de butacas reciba la misma energ¨ªa que le llegar¨ªa si los actores interpretaran en vivo ante ellos. S¨¦ que supone un trabajo extra con los actores, ya que les da la r¨¦plica una c¨¢mara. Cuando aceptan que la c¨¢mara es la presencia, todo fluye".
En esa apuesta por la palabra, el parisiense de adopci¨®n vive un doble sentimiento: "Por un lado, me siento solo en cuanto al poco caso que me hacen las instituciones que financian el cine, porque no entienden mi m¨¦todo de trabajo. Paso un tercio de mi tiempo ocupado en la producci¨®n. Por otro, bastantes cineastas j¨®venes me buscan para mostrarme y hablar de su trabajo. Eso hace que no me sienta aislado". Y en ello seguir¨¢: "Es curioso, siento que lo mejor de mi carrera ha empezado a ocurrir despu¨¦s de mi 50 cumplea?os, justo cuando otros directores se sientan a descansar. Ha sido medio siglo de b¨²squeda, que ha cocinado mi obra actual".
"Vivimos rodeados de im¨¢genes huecas, que no est¨¢n... habitadas. Yo busco que est¨¦n habitadas por el esp¨ªritu y la palabra, que para m¨ª son lo mismo"
Como director, el creador dice que trabaja igual que cuando escribe novelas. "Redacto con una visi¨®n m¨ªtica, y solo despu¨¦s descubro las referencias escondidas que a continuaci¨®n refuerzo. Por mito me refiero a la visi¨®n griega, una historia que alberga varios sentidos. Hoy en d¨ªa pensamos demasiado de forma racional e ideol¨®gica. Por ejemplo, la manera habitual de hacer cine es pensar un tema y luego crear la trama que defienda esa ideolog¨ªa. Antes de escribir, ya sabemos lo que deseamos expresar. Yo funciono al rev¨¦s, de forma si quieres m¨¢s arcaica".
Entre esos mitos, Green ha encontrado su pr¨®xima pel¨ªcula, cuando acabe de escribir un ensayo sobre los personajes de Shakespeare ("?Te has fijado que nunca, ninguno es tonto? Es fascinante"). Ser¨¢ sobre un mito vasco, y contar¨¢ con coproducci¨®n espa?ola. "Rodar¨¦ en euskera sobre Atarrabi y Mikelats, los hijos bueno y malo de la diosa Mari. Y aparecer¨¢ el diablo tambi¨¦n como personaje. Es una historia m¨ªtica anclada con detalles contempor¨¢neos, como que el palacio del diablo tenga videovigilancia".
Babelia
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