Tragedias a c¨¢mara lenta
A este documental le sobra estilo, belleza superficial, ramplona, innecesaria, esa que acaba con el periodismo pero que tampoco alcanza al cine
NACIDO EN SIRIA
Direcci¨®n: Hern¨¢n Zin.
G¨¦nero: documental social. Espa?a, 2016.
Duraci¨®n: 85 minutos.
A ciertas tem¨¢ticas determinados recursos formales le sientan como a un santo dos pistolas. Y no es que est¨¦n proscritos. En el arte, y en el cine, la frase "hacer eso deber¨ªa estar prohibido" deber¨ªa estar prohibida. Pero casi.
Filmaci¨®n de una tragedia real: alambrada en la frontera entre Serbia y Hungr¨ªa. La c¨¢mara est¨¢ apostada en el suelo, seguramente escondida, mostrando un contrapicado amplio, a una cierta distancia. Un grupo de personas se arrastra bajo la alambrada rota y cruza el camino en plena noche. Un coche policial se acerca, uno de ellos se queda atr¨¢s, se le ha ca¨ªdo algo o est¨¢ esperando a alguien. Reacciona tarde; cuando sale a la carrera el guardia de aduanas est¨¢ casi encima. La secuencia es dura. Hasta que el director decide plasmar una parte de esas carreras a c¨¢mara lenta. Un ralent¨ª que subraya, que estiliza. Y que deja de conmover para pasar a enervar. El hombre es detenido; parece haberse separado de los suyos. Implora: "Por favor, mi hijo. Mi familia". Es un gran documento. Entonces, ?para qu¨¦ la c¨¢mara lenta?
A Nacido en Siria, documental de Hern¨¢n Zin sobre los refugiados en su odisea para atrapar el sue?o europeo, le ocurre lo mismo que a su anterior pel¨ªcula, Nacido en Gaza (2014): le sobra estilo, belleza superficial, ramplona, innecesaria, esa que acaba con el periodismo pero que tampoco alcanza al cine. Cierto que en aquella el asunto era verdaderamente desquiciante y aqu¨ª lo controla algo m¨¢s; solo son momentos puntuales. Pero el m¨¦rito de su seguimiento, de contar el ¨¦xodo desde Siria a Turqu¨ªa, y de ah¨ª, sucesivamente, a Serbia, a Hungr¨ªa, a Croacia, a Eslovenia, a Alemania, a B¨¦lgica, de un grupo de refugiados, con nombres y apellidos, rostros y voz, cr¨ªos y adultos, entre septiembre de 2015 y el verano de 2016, desde la patera hasta el permiso de residencia o la desaparici¨®n, queda empeque?ecido por su empe?o en ralentizar instantes, en estilizar lo que ya es bellamente tr¨¢gico.
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