El creador de Yolocaust retira parte de las ¡®selfies¡¯ de turistas en el Memorial del Holocausto de Berl¨ªn
El artista israel¨ª Shahak Shapira elimina ocho de las 12 im¨¢genes de su pol¨¦mico proyecto
Cinco d¨ªas despu¨¦s de la presentaci¨®n de la web Yolocaust, el proyecto del artista israel¨ª Shahak Shapira?que combina selfies de felices turistas en el Memorial del Holocausto de Berl¨ªn con im¨¢genes de jud¨ªos asesinados por los nazis, ocho de las 12 fotograf¨ªas han sido eliminadas del portal a petici¨®n de los retratados.?La iniciativa ha tenido una masiva difusi¨®n en redes sociales y medios internacionales y ha desatado la pol¨¦mica desde el d¨ªa de su publicaci¨®n, el pasado mi¨¦rcoles, el 18 de enero.
El proyecto del creativo publicitario israel¨ª traslada, a golpe de clic, las poses de los turistas en el monumento, algunos haciendo el pino, sobre im¨¢genes en blanco y negro de cientos de cad¨¢veres de los campos nazis. El Memorial, dedicado a los seis millones de jud¨ªos asesinados en Europa por el r¨¦gimen nazi, es uno de los atractivos espacios hist¨®ricos de la capital alemana: 10.000 personas transitan a diario por los 2.711 bloques de hormig¨®n, alineados donde Hitler tuvo su megal¨®mana Canciller¨ªa. Medio mill¨®n visita al a?o la exposici¨®n, en el nivel inferior, sobre la persecuci¨®n a la comunidad jud¨ªa berlinesa.
A pesar de que en 2005, a?o de su inauguraci¨®n, el entonces presidente del Parlamento alem¨¢n, Wolfgang Thierse, describiera la instalaci¨®n como ¡°lugar donde comprender la soledad, la impotencia y la desesperaci¨®n", dos guardias vigilan que se cumplan las normas de respeto establecidas: no gritar o correr por sus sim¨¦tricas calles (en recuerdo a la espeluznante sistematizaci¨®n del genocidio), ni subirse a los bloques.
¡°Existe una contradicci¨®n entre las normas y el uso que el p¨²blico da al espacio¡±, ha dicho Shapira a EL PA?S. Lo cierto es que el arquitecto del Memorial, Peter Eisenman, predijo en el semanario Der Spiegel su uso l¨²dico. "La gente har¨¢ picnics y hasta pases de modelos", declar¨® en 2005, no solo por la fotogenia del lugar, sino por ¡ªtal y como hoy la califican muchos de los ni?os que la recorren¡ª "laber¨ªntica¡±.
La discusi¨®n generada por Yolocaust, cuya web se colaps¨® en las primeras horas de su anuncio, va desde una mayor¨ªa de opiniones que critican la banalizaci¨®n del lugar hasta otras que cuestionan que se intente imponer al visitante una percepci¨®n de lo representado. "Nadie debe decirme si lloro o no", reza un comentario en el Facebook de Shapira.
Rosa Sala Rose, germanista y autora del Diccionario cr¨ªtico de mitos y s¨ªmbolos del nazismo (2003), cree que "los retratados son j¨®venes que tienden a evitar las emociones negativas". "Lo que aqu¨ª se produce es la rebeli¨®n del vitalismo insustancial contra la imposici¨®n ¨¦tica del dolor".
En respuesta a un correo electr¨®nico de este diario, Eisenman apunta a que las im¨¢genes de Shapira obedecen a un creciente antisemitismo (uno de los selfies retirados es el de dos chicos que dec¨ªan saltar "sobre jud¨ªos muertos"). "Hace varias semanas habl¨¦ en el peri¨®dico Die Zeit sobre este tema; lo que vuelve a poner de relieve mis observaciones¡±, afirma el arquitecto. Se refiere a la conversaci¨®n en el citado medio en la que asevera que hoy no existir¨ªa el "clima" social adecuado para edificar su Memorial.
Alemania afronta un nuevo y dif¨ªcil reto en pleno a?o electoral. Tras los esfuerzos posreunificaci¨®n por instaurar memoriales y exposiciones en antiguos campos nazis (a los que acuden grupos de educaci¨®n secundaria de todo el pa¨ªs), el l¨ªder de la formaci¨®n xen¨®foba Alternativa para Alemania (AfD), Bj?rn H?cke, tach¨® de "verg¨¹enza" este monumento precisamente el d¨ªa de la aparici¨®n de Yolocaust.
Shapira dice no juzgar a los retratados. El propio artista fue v¨ªctima de una paliza en 2015 en el metro de Berl¨ªn, cuando increp¨® a unos j¨®venes que gritaban proclamas antisemitas. Nieto de un superviviente de Treblinka (Polonia), Shapira opina que la sociedad alemana no deber¨ªa sentir el recuerdo del Holocausto como algo vergonzoso, sino con la satisfacci¨®n de, ochenta a?os despu¨¦s, "ser el pa¨ªs m¨¢s civilizado de Europa y el que mejor ha acogido a los refugiados".
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