La hoja de contacto; diario de un fot¨®grafo
La hoja de contacto, registro ¨ªntimo del quehacer del fot¨®grafo, ha quedado hoy en desuso. Una exposici¨®n muestra algunas de las m¨¢s emblem¨¢ticas del siglo XX, reivindicando su valor.
No todo disparo de un fot¨®grafo es certero. Las hojas de contacto as¨ª lo confirman. Desvelan el camino por el cual el autor capt¨® ese preciso instante, en ocasiones, destinado a convertirse en obra maestra. ¡°Una hoja de contacto est¨¢ llena de correcciones, llena de detritus. Una exposici¨®n de fotograf¨ªas o un libro es una invitaci¨®n a un banquete, y no est¨¢ dentro de las normas hacer a los invitados meter la nariz en las cacerolas y sartenes, y mucho menos en el cubo de desperdicios...¡±, dec¨ªa Henri Cartier-Bresson.
Mirar los contactos de un fot¨®grafo es como leer su diario, hurgar en su rutina, all¨ª donde todos los impulsos, fallidos o acertados, quedaron grabados. La galer¨ªa Fahey /Klein de Los ?ngeles nos invita a ello a trav¨¦s de Contact; una muestra colectiva que agrupa algunas de las fotograf¨ªas m¨¢s famosas de la moda, de la historia y de la cultura del siglo pasado junto a sus correspondientes hojas de contacto. Obras realizadas por William Claxton, Harry Benson, Steve Schapiro, Herb Ritts, Philp Stern o Julian Wasser, entre otros. Pero ?por qu¨¦ mostrar aquello que el fot¨®grafo desech¨®?
Relegada a la historia por la fotograf¨ªa digital, la hoja de contacto fue una herramienta fundamental en los d¨ªas en los que la mayor¨ªa de los fot¨®grafos trabajaban con pel¨ªcula. Era la primera impresi¨®n realizada de los negativos, el boceto del fot¨®grafo. Serv¨ªa tanto a los fot¨®grafos como a los editores gr¨¢ficos para evaluar el total del trabajo y elegir la mejor imagen. Esta quedaba se?alada por las marcas realizadas en rotuladores de vivos colores, normalmente, en rojo. La secuencia de las tomas desvela no solo el m¨¦todo de trabajo del artista (por qu¨¦ eligi¨® una y no otra, cu¨¢ntas ampli¨® o c¨®mo la cort¨®, ?fue la imagen final el resultado de un m¨¦todo laboriosamente organizado? ?o fue el fruto de la tan esperada serendipia?) , sino tambi¨¦n el contexto en el que se tom¨® la instant¨¢nea.
Los contactos de Versace Dress, Back View, donde la modelo Christy Turlington posa bajo una vaporosa nube de seda negra, revelan la precisi¨®n con la que trabaj¨® Herb Ritts .¡°La consistencia de la deslumbrante visi¨®n de Ritts permanece clara y persistente en toda la secuencia. Cada disparo var¨ªa ligeramente, capturando el juego sutil entre la luz y la sombra, algo innato dentro de la est¨¦tica y el estilo de Ritts¡±, escribe el galerista David Fahey. De la misma forma los contactos de Stephen Somerstein, nos trasladan al momento en el que Martin Luther King daba su discurso frente a los 25,000 manifestantes que marcharon a favor de los derechos civiles entre Selma y Montgomery. Pero tambi¨¦n nos muestran a una joven Joan Baez al pie de los escalones del Capitolio. As¨ª, los contactos de una de las sesiones de retratos que Lawrence Schiller realiz¨® a Marilyn Monroe durante el rodaje de El Multimillonario, conservan los tachones que realiz¨® la actriz en las im¨¢genes que no fueron de su agrado.
Las hojas de contacto nos recuerdan que una obra de arte no es sino la ¨²ltima etapa de todo un proceso. Resulta interesante destacar que hasta el 2000 la emblem¨¢tica agencia Magnum examinaba aquellas de los fot¨®grafos que aspiraban a formar parte de su equipo. Considerando que estas eran m¨¢s reveladoras acerca del estilo de un fot¨®grafo y de su manera de pensar, a la hora de trabajar, que las im¨¢genes finales.
Sustituidas en la actualidad por aplicaciones inform¨¢ticas como Lightroom, son vestigios de una ¨¦poca en la que el n¨²mero de disparos ten¨ªa un l¨ªmite para el fot¨®grafo. El autor deb¨ªa pasar por el cuarto oscuro, para conocer el valor de su obra. ¡°Aun pienso que no saber que 'tienes' al final de una jornada realizada con pel¨ªcula, proporciona intensidad al trabajo. Es un misterio, una sorpresa. En la actualidad todo el mundo pasa m¨¢s tiempo mirando a las pantallas, primero a la de la c¨¢mara y luego a la del ordenador", se?alaba Susan Meiselas en el libro Magnum Contact Sheets (publicado por Thames & Hudson). Amante de la disciplina y del rigor de la fotograf¨ªa anal¨®gica, Gilles Peress se expresaba de la siguiente manera en el mismo libro: ¡±Con la pel¨ªcula segu¨ªas el rastro de lo que hab¨ªas disparado en tu cabeza, y las tardes se dedicaban a hacer una recapitulaci¨®n mental del trabajo realizado: las demandas t¨¦cnicas de la edici¨®n digital sobre el terreno, suponen en el peor de los casos 'menos reflexi¨®n, menos inteligencia, y menos tiempo pensando' ¡±.
Contact. Fahey/Klein Gallery. Los ?ngeles. Hasta el 8 de febrero
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