Tri¨¢ngulo de Amor Bizarro, el triunfo de la cabezoner¨ªa
La banda gallega, con su personal¨ªsima imaginer¨ªa y su energ¨ªa furiosa, obtiene el respaldo generalizado de cr¨ªtica y p¨²blico tras diez a?os de inteligente evoluci¨®n
La iron¨ªa es importante para Tri¨¢ngulo de Amor Bizarro. As¨ª lo expresa Rodrigo Caama?o, compositor, vocalista y guitarra de la banda gallega de rock, en una cafeter¨ªa de la c¨¦ntrica calle de Pizarro, en Madrid. "La iron¨ªa te permite derribar barreras en cuanto a ideas, salirte un poco del tiesto continuamente. Podemos hacer lo que queramos, qui¨¦n nos va a decir que no", dice divertido. Ese "podemos" incluye al resto del grupo: Isa Cea, bajo y tambi¨¦n cantante, Zippo, teclados y guitarra y Rafa Mallo, bater¨ªa. Acaban de llegar a la capital desde Abanqueiro (La Coru?a), su cuartel general. Horas m¨¢s tarde se subir¨¢n al escenario de un abarrotado Ochoymedio para soltar una tormenta de electricidad e himnos que mezclan paganismo, aires marineros, discordianismo (un culto sat¨ªrico que considera al caos un agente salvador), romanticismo, navajas, preguntas e introspecci¨®n. Una manera muy suya de hacer las cosas con la que los gallegos no han dejado de ganar seguidores en los ¨²ltimos a?os.
"No es que seamos impermeables, todo lo contrario. Pero al final hay que hacer lo que te gusta y sea lo que sea hacerlo a muerte. Para eso somos muy cabezones", afirma Caama?o. Precisamente esa fidelidad a s¨ª mismos define la carrera de la banda, que siempre se ha encontrado a gusto movi¨¦ndose en los m¨¢rgenes, en el desenfoque macarra. Y sin prejuicios. "El rollo del elitismo y todo eso en la m¨²sica a nosotros cero. Todos queremos llegar a m¨¢s gente", se?ala el cantante. A su aire lo han logrado: acaban de conseguir el Premio Ruido, otorgado por la Asociaci¨®n de Periodistas Musicales, al mejor disco nacional del a?o 2016 por su aclamado Salve discordia, ¨¢lbum en el que conviven ritmos dub con baladas mortuorias (Seguidores) y frenes¨ª (C¨®mo encontr¨® a la diosa), y que ha conseguido poner de acuerdo a paladares excluyentes y generalistas. Aunque esa distinci¨®n para ellos no tiene sentido: "La cuesti¨®n de la alta cultura me parece est¨¦ril. Es un debate un poco absurdo, no s¨¦. Nosotros somos baja cultura y siempre estuvimos orgullosos y a favor de ello", reflexiona Caama?o.
Lo dejan claro en su ¨²ltimo trabajo entreverando dioses ficticios, nombres mesopot¨¢micos, "ocultismo setentero" (del que Rodrigo se declara "fan"), referencias a la cultura popular (El hombre de mimbre, gui?os serie B, el propio discordianismo), cr¨ªtica a veces soterrada y a veces abierta a la sociedad, preguntas y un anguloso sentido del humor. No hay nada manifiestamente expl¨ªcito, y gracias. ¡°Intentamos no diferenciar mucho los temas, tipo ¡®vamos a hacer una canci¨®n pol¨ªtica, una canci¨®n rom¨¢ntica¡¡¯ No nos gustan esas separaciones tan cient¨ªficas. A ti te afecta una cosa pero no sabes si te est¨¢n afectando otras a la vez¡±, cuenta Caama?o. "Para nosotros es bueno que est¨¦ todo mezclado".
Los gallegos ampl¨ªan una trayectoria que comenz¨® en 2007 con un disco hom¨®nimo y continu¨® con A?o santo, con el que se consagraron, y Victoria m¨ªstica, temido ¨¢lbum de paso que supuso otra demostraci¨®n de arrestos. En 2017 volver¨¢n a pasear por los escenarios su Salve discordia, trabajo que se plante¨® en el estudio sin muchos a?adidos y que por ello, seg¨²n Rodrigo, es "el que m¨¢s disfrutamos tocando y en el que m¨¢s podemos expandirnos". Por eso ahora, pero en el fondo como siempre, les apetece ir a su aire y pasarlo bien. Una filosof¨ªa con la que responden a la pregunta recurrente de c¨®mo empezar una banda: "Haz lo que quieras y a ver a d¨®nde llegas".
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