Ellos, los actores m¨¢s vistos que no estar¨¢n en los Goya
Hovik Keuchkerian, el villano de Assassin's Creed, y Javier Botet, un asiduo de Hollywood (y de Guillermo del Toro), ten¨ªan ganas de conocerse. EL PA?S los re¨²ne para charlar sobre ellos, sus carreras, el futuro, y la situaci¨®n del sector
Para saludar ¡ªsi el saludo implica los dos besos comunes del hacer mediterr¨¢neo, ellos se agachan levemente y quien est¨¢ enfrente tiende a ponerse de puntillas¡ª. Javier Botet (Ciudad Real, 1977) y Hovik Keuchkerian (Beirut, 1972) son actores. Tambi¨¦n director e ilustrador, el primero; tambi¨¦n escritor, poeta y exboxeador profesional, el segundo, con un nombre que se pronuncia como se lee, aunque ¨¦l ya haya tirado la toalla en ese tema.
Jarrea y es enero en Madrid, en la tercera planta de un edificio en la plaza de Santa Ana, Botet y Keuchkerian acaban de verse por primera vez. Ninguno supo qui¨¦n era el otro solo con el nombre, pero tras enumerar algunos de los trabajos de cada uno y algunos de sus rasgos f¨ªsicos, contestaron: ¡°?S¨ª, claro que s¨¦ qui¨¦n es, tengo muchas ganas de conocerlo! Por supuesto que acepto la entrevista¡±. Esa laguna de nombres es probablemente lo que le ocurra a la mayor¨ªa, porque verlos los hemos visto, y sin posibles olvidos posteriores: el manchego mide 2 metros y pesa 60 kilos, y el liban¨¦s criado en Madrid alcanza el 1,91 y ronda los 100 kilos. Pero no es tanto su aspecto como lo que desprenden, la aparente fragilidad de uno, el empaque rotundo de voz grav¨ªsima del otro; y tal vez sean tambi¨¦n esos rasgos lo que en ocasiones puede inducir al ¡°encasillamiento¡±. A veces palabra tab¨², a veces una forma como cualquier otra de empezar una conversaci¨®n.
Javier Botet. A cualquier actor le gustar¨ªa hacer de todo. Cuando haces el mismo tipo de personajes de una manera constante hay un agotamiento, simplemente paras y sigues. La ciencia ficci¨®n y la fantas¨ªa es lo que m¨¢s me ha gustado siempre, y a pesar de ese cansancio jam¨¢s tendr¨¦ otra cosa que agradecimiento, porque ha sido la puerta que me ha permitido entrar a este pu?etero sue?o. Si me quieren toda la vida en ello, toda la vida me tirar¨¦ en ello.
Hovik Keuchkerian. El ¨²nico punto de uni¨®n que tienen todos mis personajes es que los hago yo. Si t¨² lo quieres ver as¨ª no me voy a poner nervioso, voy a seguir con mi pitillo y mi caf¨¦, y cuando digo t¨² me refiero a la gente en general.
Botet. Yo entiendo que para hablar de un personaje en dos horas necesitas velocidad y si hay ciertos rasgos que te llevan al personaje es m¨¢s f¨¢cil. Pero esto tambi¨¦n lleva a los clich¨¦s f¨ªsicos, y todos queremos oportunidades con las que demostrar que se pueden hacer otras cosas, y a veces yo las tengo.
Los personajes
Javier Botet y Hovik Keuchkerian suman una larga lista de personajes, entre otros... Botet ha sido la ni?a Medeiros en la saga REC, un preso en Balada triste de trompeta y Luismi en Las brujas de Zugarramurdi, mam¨¢ en la Mam¨¢ de Muschietti, Pepo en Magical Girl; ha trabajado con I?¨¢rritu en El renacido, con Guillermo del Toro en La cumbre escarlata y con Ridley Scott en Alien: Covenant, que se estrenar¨¢ el pr¨®ximo mayo en Estados Unidos. Keuchkerian se convirti¨® en El Empecinado para el primer cap¨ªtulo de El Ministerio del Tiempo, fue Sandro en Hispania, Francisco Ram¨ªrez, el Artillero, en Isabel, Tabby en la coproducci¨®n internacional (BBC, AMC e Ink Factory) The Night Manager junto a Hugh Laurie, Pedro en Alacr¨¢n enamorado, fue el Justino de Justi&Cia, Antonio en Toro, el villano en Assasins Creed, Wahab en un Ob¨²s en el coraz¨®n (solo hasta el domingo 5 de febrero en la Sala Negra de los Teatros del Canal).
No los paran por la calle, no los agobian los flases ni los selfis a destiempo mientras toman un caf¨¦ ¡ªKeuchkerian apura tres solos mientras llena el cenicero, y mientras Botet lo acompa?a con un par de Coca Colas¡ª. No son carne de sarao ni de alfombras rojas. No piensan en la fama, no la anhelan. Trabajan, disfrutan de ello, y evitan, cuando pueden (y cuando quieren), la exposici¨®n medi¨¢tica. Dicen, sin pens¨¢rselo mucho, lo que piensan, tacos incluidos. Poco protocolo.
Botet. Mantenerme un poquito en la niebla me ha hecho ver lo afortunado que soy. Me parece fant¨¢stico disfrutar del ¨¦xito profesional sin ba?arlo de lo malo; a veces no nos damos cuenta, pero la fama tambi¨¦n puede cambiar tu vida para mal, cuando pierdes la libertad.
Keuchkerian. No me gusta estar en los sitios si no es por curro, y as¨ª la parte de que te conozca todo el mundo se retarda bastante. No pienso convertirme en un esclavo de las consecuencias de mi trabajo, si cada d¨ªa me conocen m¨¢s y eso me lleva a ser un infeliz... divertido negocio, entonces. Y este es un mundo en el que pierdes el norte muy f¨¢cil, aunque a nuestra edad¡
Botet. Es m¨¢s f¨¢cil perderlo si empiezas pronto. Nosotros hemos tenido la suerte de hacerlo ya creciditos.
Keuchkerian. Y si se nos va, ?ya qu¨¦ m¨¢s da? Si se me va la olla a los 50, si he pasado 16 a?os como actor haciendo todo lo que he querido hacer, pues como Dios... me paso el d¨ªa viendo pelis y no cojo ni el tel¨¦fono. Pero voy a morir joven, as¨ª que tal vez no pueda ser.
Botet. Desde cr¨ªo llevo diciendo tambi¨¦n que voy a morir joven y dejar un bonito cad¨¢ver. Algo ha fallado, porque desde luego lo del bonito cad¨¢ver ya no. Tambi¨¦n desde peque?o he tenido muchos marrones que solucionar y lleg¨® un momento en el que me aburr¨ªa si no hab¨ªa problemas. Cuando no sucede nada le doy una patada a una piedra a ver qu¨¦ sale, vivo a base meterme en fregaos, procuro entretenerme y darle sentido.
Keuchkerian. Yo de una forma inconsciente, hasta cierta edad, me he ido metiendo en todos los charcos que mi instinto me ha pedido, y a partir de otra edad me sigo metiendo en charcos de una forma consciente. Y ahora¡ no me quemo los dedos si digo que me siento actor de verdad desde el 9 de enero (desde que volvi¨® al teatro con Un ob¨²s en el coraz¨®n). Seis d¨ªas a la semana en el teatro, con una disciplina f¨¦rrea, y crezco cada d¨ªa, me siento un privilegiado por poder robar una hora y veinte minutos de alma a la gente que va, pagando 19 pavos, porque le den una pedrada en el coraz¨®n¡ Mi madre nunca me ha llamado todos los d¨ªas, ahora lo hace, y mi hermano, y mi hermana. Saben que no tengo t¨¦rmino medio para las cosas, y esto es una experiencia que est¨¢ cambiando mi vida.
Botet. Pues yo estoy a verlas venir¡ Estoy en un momento profesional fant¨¢stico, el a?o pasado fue absurdo de bueno, nueve pel¨ªculas. Ahora cruzo dedos para que esto se mantenga, tengo la sensaci¨®n de que puede cambiar todo para mejor porque he visto un proceso creciente muy r¨¢pido en los dos ¨²ltimos a?os. Estoy contento. Contento pero intrigado por saber qu¨¦ vendr¨¢.
Ya saben algunas de esas cosas que van a llegar, y entre otras, ronda un guion com¨²n que el director zaragozano Ignacio Estaregui pas¨® a ambos. Quer¨ªan conocerse porque ten¨ªan buenas sensaciones del otro solo a trav¨¦s de una pantalla, y funcion¨®. Durante una hora hubo bastantes y sonoras carcajadas, mucho humo, mucho feeling, se dieron los n¨²meros de tel¨¦fono y se pisaron al hablar como solo se pisa a quien se conoce. Los dos est¨¢n convencidos de que su profesi¨®n es dif¨ªcil, de que el dinero deja de importar cuando lo tienes todo cubierto y que eso de que paguen bien y adem¨¢s te apasione es la hostia pero no pasa tan a menudo. Ambos afirman ser la suma de todo lo que han pasado, sin ganas de restar nada.
Keuchkerian. Las buenas, las malas y las regulares, y cuanto antes lo aceptes mejor.
Botet. Esta la cuento como de las buenas.
Keuchkerian. Como el principio de algo.