Un amor de Gald¨®s
Tristana es un reflejo del car¨¢cter peculiar del escritor, un mujeriego obsesionado con que sus aventuras no salieran a la luz
Hay tres posibilidades en el futuro de una mujer: ¡°El casorio, el teatro, o lo otro¡¡±. Son palabras de la joven Tristana, el personaje de Gald¨®s, a la que su madre entrega, en el lecho de muerte, al cuidado de don Lope, un solter¨®n a las puertas de la vejez, que aprovech¨¢ndose del desamparo de la muchacha, la seduce y la convierte en su amante. Repaso sus p¨¢ginas antes de salir para el teatro Fern¨¢n G¨®mez, donde una Olivia Molina, llena de gracia, interpreta al personaje m¨¢s vibrante de Gald¨®s. He vuelto a ver la pel¨ªcula de Bu?uel basada en la historia galdosiana y dejando aparte que en Catherine Deneuve cualquier vestido menesteroso parece sacado del taller de Yves Saint Laurent, Tristana vista por Bu?uel se convierte en un personaje de Bu?uel, adquiriendo un lado sombr¨ªo y perverso del que la hero¨ªna de Gald¨®s carece. De lo que no cabe duda es de que Bu?uel amaba la turbiedad sexual que vertebra toda esta novela en la que el autor, en vez de tratar de abarcar el universo en el que se mueven sus personajes, como sol¨ªa, se centra en su protagonista, porque la ama, porque Gald¨®s ama a Tristana m¨¢s de lo que am¨® a cualquiera de sus hero¨ªnas. Yo tambi¨¦n.
Tristana es un reflejo del car¨¢cter peculiar de Gald¨®s, que fue, como sabemos, un mujeriego obsesionado con que sus aventuras no salieran a la luz. Tanto secretismo mantuvo el autor sobre sus andanzas que esa es una de las razones que han dificultado el conocimiento ¨ªntimo de su vida. Gald¨®s era un solter¨®n que cre¨ªa en el amor libre, aunque bien sab¨ªa que en aquellos tiempos a quien perjudicaba ese tipo de relaci¨®n sin compromiso era a las mujeres. En 1891, cuando el novelista escrib¨ªa Tristana, acababa de terminar sus escarceos con Emilia Pardo Baz¨¢n y hab¨ªa alquilado un piso para encontrarse con una aspirante a actriz, Concepci¨®n Morell. Concepci¨®n, Concha, llen¨® de cartas los cajones secretos de don Benito, y fueron precisamente las elocuentes palabras escritas por la actriz las que pasaron, a menudo de manera casi literal, a la boca de Tristana. En lo f¨ªsico eran id¨¦nticas y son descritas as¨ª tanto una como la otra: ¡°boniquilla, rubia, esbelta, tan blanca de piel que casi resplandece¡±.
No es extra?o que a Pardo Baz¨¢n no le agradara la novela, su desagrado literario se nutr¨ªa de los celos que sent¨ªa de la nueva musa. Dec¨ªa do?a Emilia que estaba harta de las novelas en que las hero¨ªnas acaban sumidas en la desgracia. Yo m¨¢s bien creo que Gald¨®s conoc¨ªa, de primera mano, cu¨¢l era el destino fatal de las mujeres que se entregaban a amores libres, locos, est¨¦riles; por otro lado, este el tipo de mujeres de las que ¨¦l sol¨ªa enamorarse y aunque jam¨¢s se comprometi¨® con ninguna de ellas, en sus novelas las eleva a los cielos como perdedoras heroicas, a los que unos hombres acuciados por el miedo o sencillamente ego¨ªstas dejan en la estacada. De hecho, cuando Tristana se public¨®, el amor entre Morell y Gald¨®s hab¨ªa terminado. Y mal.
El tutor de Tristana, don Lope, es muy cuco: se aprovecha de las ideas de emancipaci¨®n de la mujer que en ese momentos circulaban por Europa para aleccionar a su protegida en la fe del amor libre. Tristanita crece, la pobre, sumida en contradicciones: por un lado, se acuesta con su carcelero; por otro, afirma que nunca quiere ser esclava de un hombre, ni casarse, que desea estudiar. ¡°Mi pobre mam¨¢ no pens¨® m¨¢s que en darme la educaci¨®n insustancial de las ni?as que aprenden para llevar un buen yerno a casa, a saber: un poco de piano, el indispensable barniz de franc¨¦s, y qu¨¦ s¨¦ yo¡ tonter¨ªas. ¡±.
Los estudiantes de instituto, me cuentan tras la funci¨®n teatral, se quedan tan conmocionados al descubrir el vuelco que da la historia una vez que Tristana conoce a un joven pintor que no me atrevo a comentar aqu¨ª ese final tan conocido por los lectores de Gald¨®s, pero s¨ª a se?alar que lo que diferencia a Tristana de otras hero¨ªnas a las que el destino castiga es que ella nunca deja de buscar, aunque sea en su estrecha realidad, una v¨ªa de escape para hacer que al menos su pensamiento vuele libre. No es una mujer de dignidad despojada, cuando algo le falla en la vida se aferra a otra cosa, a lo m¨ªstico, a lo art¨ªstico, a lo dom¨¦stico. Don Lope, mezquinamente feliz porque su ni?a ya no podr¨¢ jam¨¢s volar del nido, suele preguntarse intrigado qu¨¦ sentimientos o ideas ocupan ahora la mente de Tristana. Pero, ay, es en ese terreno irreductible de la vida interior en donde la joven encontrar¨¢ al fin su libertad. A este alma tan compleja da vida Olivia Molina, que sabe interpretar la sinceridad arrebatada del personaje. Se transforma en ese animalillo salvaje que es Tristana, que tambi¨¦n ha sido siempre su madre, ?ngela Molina, a la que ador¨® Bu?uel, el tipo de mujer que hubiera trastornado a Gald¨®s.
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