Londres se zambulle en la piscina de Hockney
La Tate Britain acoge la mayor retrospectiva sobre el creador hasta la fecha
Poco antes de inaugurarse la exposici¨®n, la m¨¢s grande dedicada nunca a David Hockney, uno de los comisarios viaj¨® a Los ?ngeles a visitar al artista y le pregunt¨® qu¨¦ le gustar¨ªa que la gente extrajera de este estudio de seis d¨¦cadas de su obra. ¡°Un poco de alegr¨ªa¡±, respondi¨® Hockney, ¡°que disfruten del mundo como yo disfruto mir¨¢ndolo¡±.
Objetivo logrado. La gran retrospectiva de la Tate Britain es un chorro de alegr¨ªa para estos tiempos revueltos. La luz lo ba?a todo: ilumina los campos de Yorkshire, broncea los cuerpos de los amantes, rebota en las piscinas y en las paredes acristaladas geom¨¦tricas de las casas de Los ?ngeles.
La exposici¨®n de David Hockney, que abarca hasta 13 salas y que ya ha batido el r¨¦cord de venta anticipada de la Tate, es un disfrute de principio a fin. Pero el reto del museo fue ir m¨¢s all¨¢ y destacar, a trav¨¦s de una colocaci¨®n casi cronol¨®gica del centenar de piezas, las l¨ªneas maestras de un obra rica en tem¨¢tica y t¨¦cnicas. Y el hilo conductor, en palabras de uno de los comisarios, Chris Stevens, es la reflexi¨®n del artista sobre ¡°c¨®mo vemos el mundo y c¨®mo el artista es capaz de capturarlo en dos dimensiones¡±.
La intenci¨®n queda clara desde la primera sala, una de las dos ¨²nicas que rompen el orden cronol¨®gico, que cuelga obras que tienen en com¨²n, explica Stevens, un cuestionamiento de los protocolos de hacer cuadros. En Modelo con autorretrato inacabado (1977), el artista se dibuja a s¨ª mismo en el fondo del cuadro, detr¨¢s del retrato de su pareja que duerme en primer plano. Pero no se trata del propio artista, como delata el t¨ªtulo, sino de un autorretrato inacabado apoyado en la pared.
Un ¡®hockney¡¯ para cada lector
No hace falta ser un experto en arte para reconocer su nombre, su obra y hasta su figura risue?a, con su pelo despeinado, su c¨¢rdigan y sus gafas de pasta. Incluso en Reino Unido, un pa¨ªs acostumbrado a que los artistas invadan la cultura popular y las p¨¢ginas de los tabloides, David Hockney ha vuelto a rizar el rizo. El pasado 3 de febrero el diario sensacionalista The Sun, el de mayor circulaci¨®n del pa¨ªs, sal¨ªa a la calle con su ic¨®nica cabecera reinterpretada por el artista. Un hockney para cada lector, dec¨ªa el diario, que se refer¨ªa al artista como "una chaval de clase obrera de Yorkshire al que le ha ido bien".
A continuaci¨®n el espectador se adentra en los a?os de estudiante de Hockney, entre 1959 y 1962, en los que una reveladora visita a la exposici¨®n de Picasso en la propia Tate le permiti¨® comprender que un artista no ten¨ªa por qu¨¦ limitarse a un solo estilo o una sola idea. El shock que el expresionismo abstracto provoc¨® en los artistas europeos de la ¨¦poca se ve en cuadros como We two boys together clinging, de 1961, que constituye uno de sus primeros, en sus propias palabras, ¡°actos de propaganda¡± del amor homosexual en un momento en que este estaba prohibido.
Las siguientes salas est¨¢n consagradas a su alejamiento de la abstracci¨®n en los a?os sesenta y sus juegos de equilibrios entre la imaginaci¨®n y la observaci¨®n. Esos a?os deparan a Hockney un descubrimiento que habr¨ªa de marcar su carrera: la ciudad de Los ?ngeles, a la que viaja en 1964 y que le cautiva con sus espacios abiertos, la luz blanca del sol y el culto al cuerpo. En Peter getting out of Nick¡¯s pool (1966), el cuerpo desnudo de su novio de entonces sale del agua mientras el sol dibuja patrones geom¨¦tricos en el ventanal de la casa y en la superficie de la piscina. En otra piscina, alguien que se acaba de tirar al agua ha provocado una salpicadura, una especie de eyaculaci¨®n que rompe la geometr¨ªa fr¨ªa de la casa, el trampol¨ªn, los bordillos y el marco como de Polaroid que rodea A bigger splash (1967), un cuadro que el tiempo ha convertido en icono.
Su obra, particularmente la de los a?os sesenta, ha quedado como una iconograf¨ªa de las revoluciones sexuales, econ¨®micas y est¨¦ticas de una ¨¦poca. Tanto, que hay cosas de la realidad que se identifican con Hockney: las alt¨ªsimas palmeras de Los ?ngeles, las piscinas suburbiales, los aspersores de riego sobre el c¨¦sped, todo eso lleva ya la firma del pintor.
Pocos artistas vivos han alcanzado un ¨¦xito tan masivo como Hockney. Y esta gran exposici¨®n, organizada en colaboraci¨®n con el Pompidou y el Metropolitan, pretende ser tambi¨¦n un reconocimiento al personaje, que este verano cumple 80 a?os y sigue muy activo, como demuestran la videoinstalaci¨®n y los cuadros dibujados con tabletas iPad que ocupan las ¨²ltimas salas de la exposici¨®n.
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