¡°A mis musas les hab¨ªan salido varices¡±
Tras siete a?os de silencio discogr¨¢fico Joaqu¨ªn Sabina presenta 'Lo niego todo', su nuevo ¨¢lbum producido por Leiva
Sentado en un taburete, Joaqu¨ªn Sabina dice que Lo niego todo, su nuevo disco, se grab¨® en C¨¢diz en un ¡°clima raro, con mucho entusiasmo e intensidad¡±. Reconoce que hab¨ªa estado bastante seco en todo lo que tiene que ver con la composici¨®n, despu¨¦s de siete a?os desde que public¨® su anterior trabajo, Vinagre y rosas. ¡°A mis musas les hab¨ªan salido varices y les ol¨ªa el aliento¡±, reconoce con su habitual socarroner¨ªa. Pero ahora est¨¢ presentando en las oficinas de su discogr¨¢fica su decimoctavo ¨¢lbum de estudio, un trabajo al que su propio autor le reconoce el gran m¨¦rito de dos compa?eros: Leiva, productor del disco, y Benjam¨ªn Prado, que le ayud¨® en las letras. Ellos le dieron el aliento que necesitaba para entusiasmarse con una nueva obra.
Lo niego todo es Sabina al cien por cien. Un ¨¢lbum de 12 canciones repleto de referencias autobiogr¨¢ficas (al menos de su propia obra) camufladas en la iron¨ªa y la distancia con su leyenda en vida. El single de adelanto es el mejor ejemplo al respecto, con esa letra que combate su propio mito, pero no es la ¨²nica. El disco deja ver, y o¨ªr con esa voz ronca, a un Sabina en el oto?o de su vida, casi anciano, o ¡°abuelito¡±, como canta en Churumbelas, un corte rumbero, que recuerda mucho al sonido y la producci¨®n de 19 d¨ªas y 500 noches, dedicado a ¡°tres sultanas de Lavapi¨¦s¡±, con ese aire callejero tan caracter¨ªstico del autor de Pongamos que hablo de Madrid. No es el ¨²nico corte que recuerda a m¨¢s cosas de Sabina, por momentos como bas¨¢ndose en s¨ª mismo m¨¢s de lo deseable.
Hay varias referencias a la muerte ¨Cincluso se refiere a ella al comentar su disco y citar los fallecimientos de Javier Krahe, David Bowie, Leonard Cohen o Prince-, pero tambi¨¦n a recuerdos pasados, se?alados en rojo, que definen una vida. Es el caso de Leningrado, que rememora los a?os locos de una existencia, como un amor intenso y rom¨¢ntico, pero que el imparable paso del tiempo hace descarrilar. ¡°Se nos ha muerto el sol en los tejados¡±, canta. ¡°Porque la revoluci¨®n ten¨ªa un tal¨®n de Aquiles al portador¡±, a?ade. O como en No tan deprisa, en la que canta: ¡°T¨² firmabas la paz, yo buscaba al desquite. Hubo un error de c¨¢lculo en ser nosotros dos¡±.
Pasado y presente entremezclados en im¨¢genes potentes para radiografiar a un Sabina que ya ve la vida como un superviviente de todo, incluido de s¨ª mismo, como indica en Las noches de domingo acaban mal, un interesante canto a las contradicciones existenciales. As¨ª lo canta tambi¨¦n en L¨¢grimas de m¨¢rmol, tal vez una de las mejores composiciones del disco. ¡°Superviviente, s¨ª, ?maldita sea! Si me toc¨® bailar con la m¨¢s fea, viv¨ª para cantarlo¡±, reza el estribillo. ¡°Sigo mordiendo manzanas amargas, pero el futuro es cada vez m¨¢s breve y la resaca m¨¢s larga¡±, confiesa.
L¨¢grimas de m¨¢rmol es una de las canciones en las que m¨¢s se nota la mano de Leiva. La producci¨®n del ¨¢lbum es limpia y contundente, consiguiendo algo extra?o: Sabina suena fresco y determinante cuando no para de hablar con un lenguaje decano. Es un tanto que el propio m¨²sico reconoce a Leiva. Y conviene se?alarlo: el exmiembro de Pereza nunca pudo sacar el fabuloso disco ¨Cy desconocido para el p¨²blico- que produjo a Johnny Cifuentes, alma mater de Burning, como un encuentro entre dos generaciones y visiones del rock nacional. Y ahora se desquita. Del chasco de aquella vez al logro de hoy. Bajo la producci¨®n de Leiva, que sustituye a Pancho Varona y Antonio Garc¨ªa de Diego en la labor, el nuevo disco de Sabina, que vuelve a contar en los coros con Olga Rom¨¢n, suena en¨¦rgico, sin apenas medios tiempos, m¨¢s all¨¢ del single que da t¨ªtulo al trabajo y la balada final Por delicadeza, que incluye al propio Leiva como segunda voz y una arm¨®nica como protagonista.
Tal vez sea el Sabina m¨¢s introspectivo hasta la fecha, aunque lo negar¨¢. O, como canta con chuler¨ªa profunda en la canci¨®n inicial Qui¨¦n m¨¢s, qui¨¦n menos, es ese tipo que tiene ¡°un pie en el tango, otro en el ojal¨¢¡ un pie en la tumba, otro en el nunca m¨¢s¡±.
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