Jorge Galindo acaba con la historia del Arte en el L¨¢zaro Galdiano
El artista madrile?o convierte en un gigantesco 'collage' el coraz¨®n del museo
Jorge Galindo (Madrid, 1965) es, desde finales de los a?os ochenta, uno de los artistas espa?oles m¨¢s activos y valorados fuera del pa¨ªs. Due?o de una obra en la que la experimentaci¨®n con todos los lenguajes pict¨®ricos va unida al fotomontaje y al collage. Precisamente, en su ¨²ltimo trabajo ha convertido en un gigantesco collage el Sal¨®n de baile del Museo L¨¢zaro Galdiano, y el palco superior, coraz¨®n de este lugar en el que habitualmente se exponen obras maestras desde los siglos XVI al XIX. Con miles de ejemplares de la revista Goya, que desde 1954 publica la Fundaci¨®n L¨¢zaro Galdiano, ha empapelado las paredes para despu¨¦s llenarlas de escobazos de pintura negra. Solo los retratos de la escritora Gertrudis G¨®mez de Avellaneda, pintada por Federico de Madrazo en 1857, y El Can¨®nigo Mariano Li?¨¢n y Morell¨® (1835), de Vicente L¨®pez, han sobrevivido como testigos de la historia de archivo que representa el museo.
Titulada El Gran Juego, la muestra, que se puede ver hasta el 14 de mayo, forma parte de la tercera edici¨®n de Reinterpretada, el proyecto que comisar¨ªa Rafael Doctor, en el que artistas contempor¨¢neos espa?oles presentan su mirada sobre la colecci¨®n del museo.
Galindo confiesa ser lector y coleccionista de la revista Goya desde sus a?os m¨¢s j¨®venes. En ella, pese al blanco y negro, pod¨ªa asomarse a las grandes exposiciones internacionales de las que se daba cuenta en las p¨¢ginas de la publicaci¨®n. Elena Hernando, directora del museo, explica que la atenci¨®n de los grandes medios al mundo del arte modific¨® su contenido, pero que la revista se sigue editando cada tres meses, con una tirada de 1.000 ejemplares que se distribuyen por suscripci¨®n.
Fusi¨®n con el edificio
El Gran Juego de Galindo ha consistido en crear un collage en el que funde fotomontaje con la arquitectura del edificio. "Las paredes contienen la historia del Arte y aunque las hojas est¨¢n pegadas de manera casual, si te fijas, ves nombres, im¨¢genes, firmas de los autores. Es un desordenado archivo de im¨¢genes en el que, una vez que la escoba lo ha salpicado con trazos negros, se acaba con la historia del Arte", resume ante su intervenci¨®n. Y a?ade que no es que quiera innovar lo que ha sido el arte hasta ahora, "que cada uno que haga su lectura", responde, "pero s¨ª creo que cada cual puede tener su propio orden y tener archivadas sus im¨¢genes seg¨²n su manera de sentir".
La exposici¨®n de Galindo tiene una segunda parte que se extiende por otros rincones del museo. Se trata de la colecci¨®n de obras del artista que habitualmente ocupan las paredes de su casa-estudio cercana a Madrid. Son una veintena de piezas que se relacionan con las obras maestras del museo. Hay de Felicidad Moreno, esposa del artista; Julian Schnabel, Santiago Sierra, Ray Smith, Alberto Garc¨ªa-Alix, Alfredo Garc¨ªa Revuelta, Dis Berlin, Bleda y Rosa, Carlos Le¨®n o Joaqu¨ªn Pacheco. Sierra y Galindo realizaron conjuntamente Los encargados (2013), conocido v¨ªdeo que se expuso en su galer¨ªa, Helga de Alvear, donde se cuestionaba la Transici¨®n espa?ola y se pod¨ªa ver el lento recorrido de siete Mercedes Benz negros en cuyo techo estaban, cabeza abajo, retratos hiperrealistas del rey Juan Carlos y de los seis presidentes del Gobierno espa?oles desde la vuelta a la democracia.
Cada una de las obras que componen su colecci¨®n personal tiene una historia para Galindo. Con especial afecto muestra los dos retratos que su amigo Julian Schnabel realiz¨® a los hijos de Galindo, Juan y Clara. El de su hija, pintado sobre un fondo de cortina estampado en rojos cuelga junto a Retrato de dama, atribuido a Rodrigo de Villandrando (1623). El de Juan es un ¨®leo sobre platos rotos realizado en 1993, cuando el ni?o ten¨ªa tres a?os, que se expone junto al de Carlos III de Carre?o.
Galindo ha incluido obra reciente en la exposici¨®n: una serie de papeles pintados con los dedos, inspirados en los Caprichos y en los Disparates de Goya. Al finalizar el recorrido, el artista vuelve a quejarse del desprecio con el que se trata la ense?anza del arte en Espa?a: "Los chicos no aprenden ni arte contempor¨¢neo, ni arte de cualquier otra ¨¦poca. Es incre¨ªble que no tengan manuales y, en cambio, tengan que llevar libros de Educaci¨®n F¨ªsica. Un disparate".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.