Mujeres en la Transici¨®n

?Qu¨¦ puede esperarse del Premio Nadal? No es una pregunta ret¨®rica, as¨ª que respondo. En primer lugar, uno espera un producto editorial que cumpla con unos objetivos comerciales, llegar a un p¨²blico amplio y determinado, un target. Uno conf¨ªa asimismo en que la novela premiada siga las convenciones de la mal llamada novela cl¨¢sica: sea f¨¢cil de leer, pero compleja en sus peripecias. Uno tambi¨¦n desea identificarse con los personajes, un final cat¨¢rtico. Y uno estar¨ªa dispuesto a exigir, pues no sucede as¨ª siempre, que no le den gato por liebre, que sea la novela de un escritor y no de un personaje medi¨¢tico. Media vida, de Care Santos, ¨²ltimo Premio Nadal, tiene todos estos ingredientes: una arquitectura cuidada que se apoya en escenas casi teatrales, oportunos correlatos objetivos (una tormenta de verano, la boda de Lady Di), la creaci¨®n de unos personajes emocionantes y la voluntad de dar testimonio de una generaci¨®n de mujeres (un target¡­ universal) que llega a la transici¨®n espa?ola con algo m¨¢s de cuarenta a?os y un bagaje de coerci¨®n. Media vida es todo esto, y tambi¨¦n una buena novela.

Una noche de verano de 1950, cinco amigas juegan a ¡°acci¨®n o verdad¡± en un internado de monjas. Olga, perversa oficiante, obliga a Julia, hu¨¦rfana y pobre, a llevar a cabo una dura prueba que cambiar¨¢ su vida. A?os despu¨¦s, en 1981, a punto de que se apruebe la Ley del Divorcio, en la que ha colaborado la propia Julia, ahora diputada comunista, las amigas quedan para cenar y ponerse al d¨ªa¡­

Olga y Julia son dos polos opuestos de estos modelos de mujer, pero cada uno de los personajes manifiesta un sentido propio de la supervivencia a una violencia ejercida sobre las mujeres desde la educaci¨®n. Santos las sigue en las horas previas a la cena con envidiable agilidad y c¨¢lculo, conocemos su pasado por epifan¨ªas a la vez ¨ªntimas e hist¨®ricas: el concierto de los Beatles en la Monumental, el estreno de Lo que el viento se llev¨®. Su presente emerge en peque?os gestos y la necesidad de reapropiarse de sus experiencias. Una estructura coral, para entendernos, m¨¢s cercana a una pel¨ªcula de Mankiewicz que a una novela de Virginia Woolf.

Sin querer desvelar aqu¨ª la trama, Santos ofrecer¨¢ en la cena la prometida catarsis: la historia de Espa?a, de sus borrados de memoria, se entrelaza con la marginaci¨®n de unas mujeres a las que se ha negado la voz e incluso el placer: ¡°Les hemos consentido demasiada mediocridad a estos hombres nuestros¡±.

M¨¢s all¨¢ de que los di¨¢logos a veces son explicados por un narrador innecesario, m¨¢s all¨¢ de que uno espere m¨¢s de un personaje como Olga (un comienzo magistral y un final acartonado), incluso comprendiendo que Santos ata todos los cabos con unas sospechosas coincidencias (salvadas con gracia, con un aire de tragedia cl¨¢sica), pocas pegas se le pueden poner a Media vida, una novela consciente de sus limitaciones. Podemos dudar de la ambici¨®n del proyecto literario, pero no de la pericia de la autora ni de su parad¨®jica autenticidad: con unas reglas conocidas, nos devuelve un emocionante artificio sobre los usos de la memoria y el perd¨®n.

Media vida. Care Santos. Destino, 2017. 414 p¨¢ginas. 20,50 euros