Jimmy Kimmel hace de s¨ª mismo en los Oscar 2017
El c¨®mico convence en la gala con sus armas habituales y bromea con equilibrio sobre Donald Trump
En 10 minutos, Jimmy Kimmel se llev¨® dos ovaciones. En realidad, ninguna de las dos fue para ¨¦l, pero justo en eso radica su estilo: el protagonismo, para otros. As¨ª que el presentador de los Oscar sali¨® al escenario con el p¨²blico ya de pie, bailando Can¡¯t Stop The Feeling, la canci¨®n de apertura, de Justin Timberlake. Y logr¨® que los asistentes volvieran a levantarse por Meryl Streep, de la que aplaudi¨® la ¡°sobrevalorada¡± carrera, por citar a Donald Trump. El presidente de EE UU, por cierto, apareci¨® con el previsto cuentagotas en el mon¨®logo inicial de Kimmel, breve y correcto. Lejos, eso s¨ª, de merecer una ovaci¨®n. Aunque la ceremonia fue mejorando (y mucho) a medida que pasaba el tiempo.
El presidente de EE UU estuvo sobrevolando toda la gala. ¡°Hay que darle las gracias a Trump¡±, sostuvo el presentador, la primera vez que le nombr¨®. ¡°?El a?o pasado acusaron a los Oscar de racistas y ya no lo son!¡±, a?adi¨®. En la gala de estreno del presidente republicano, por primera vez hay un int¨¦rprete negro nominado en cada categor¨ªa de actor. Tambi¨¦n record¨® que Trump llevaba horas de inactividad en Twitter y que seguramente comentar¨ªa la gala online en cuanto tuviera ¡°alg¨²n problema intestinal¡±. Al final Kimmel opt¨® por no esperar: le pregunt¨® directamente al presidente, a trav¨¦s de la misma red social, si estaba despierto. Antes, el presentador hab¨ªa pedido que los periodistas de ¡°CNN, The New York Times y cualquier otro medio que lleve Times en el nombre¡± abandonaran la sala: ¡°No toleramos las noticias falsas¡±.
Hey @realDonaldTrump u up?
— Jimmy Kimmel (@jimmykimmel) February 27, 2017
En el fondo, Kimmel fue Kimmel. No hace chistes hirientes. Tampoco canta o baila ¡ªes m¨¢s, no le gustan los musicales¡ª, como s¨ª hace el hombre con el que ¨¦l mismo admite que todos le confunden: el tambi¨¦n presentador Jimmy Fallon. Kimmel es un tipo normal, ¡°t¨ªmido¡± en sus palabras, que so?aba con ser como el gran David Letterman: empez¨® en la radio, avanz¨® poco a poco en la televisi¨®n y, de rebote seg¨²n sus cr¨ªticos, ha acabado al frente de los Oscar. En su programa, Jimmy Kimmel Live, el estadounidense (Nueva York, 1967) lleva desde 2003 con una receta centrada en la sonrisa contenida, sin pisar campos de minas: ni?os que sugieren las recetas para el futuro de EE UU, parodias f¨ªlmicas y, sobre todo, mucho Matt Damon.
El presentador suele cerrar sus programas pidiendo disculpas al actor porque se agot¨® el tiempo y no le pudo dejar salir al escenario. La broma deriv¨® en un v¨ªdeo, I¡¯m fucking Matt Damon, que se volvi¨® viral y dio pie a una batalla que contin¨²a desde hace a?os. Y Kimmel no iba a desaprovechar la gallina de los chistes de oro en su gran noche. De ah¨ª que, en sus tuits previos y en su mon¨®logo despu¨¦s, se riera del int¨¦rprete, sentado entre el p¨²blico: ¡°La gran muralla [el ¨²ltimo filme de Damon] ha perdido 80 millones, enhorabuena¡±. Y la pelea prosigui¨®, imparable, durante toda la gala.
No era para menos. Ante la maldici¨®n de los Oscar, Kimmel necesitaba todas sus armas. Por eso rescat¨® otro de sus caballos de batalla:?famosos leyendo tuits ofensivos. Y llev¨® hasta el teatro a m¨¢s aliados: una serie de turistas que, aparentemente sin saberlo, se encontraron de repente en medio de la gala de Hollywood y no paraban de sacarse selfies y alucinar. Lo cierto es que tan solo Hugh Jackman y Ellen DeGeneres lograron un consenso mayoritario como presentadores de la gala en los ¨²ltimos a?os. A los dem¨¢s, de Chris Rock a Neil Patrick Harris, siempre se les encontr¨® alg¨²n fallo. ?Y Kimmel? En los d¨ªas previos, muchos insinuaron que nunca fue la primera elecci¨®n de los productores para la ceremonia. Pero, durante gala, decenas de usuarios felicitaron al presentador en las redes sociales. Algunos matizaban, eso s¨ª: ¡°Muy bien para lo poco que me esperaba¡±.
Sin grandes carcajadas, Kimmel s¨ª regal¨® varias sonrisas. Como cuando le dijo a Jeff Bezos, jefazo de Amazon, que si Manchester frente al mar ganaba alg¨²n premio ¡ªel gigante tecnol¨®gico produce la pel¨ªcula¡ª le llegar¨ªa el Oscar a su casa ¡°en dos o tres d¨ªas¡±. Levant¨® al peque?o Sunny Pawar, protagonista de Lion, con la m¨²sica de El rey Le¨®n de fondo. Y se arm¨® de valor para soltar un chiste sobre O.J. Simpson tras el triunfo del documental O.J.: Made in America. Y a?adi¨® a continuaci¨®n: ¡°Y entonces fue cuando todo el auditorio le dio la espalda a Kimmel¡±.
As¨ª no fue. Todo lo contrario. En las butacas la ceremonia se vivi¨® mucho mejor que la actitud con la que el propio Kimmel encaj¨® la noticia de que ser¨ªa el presentador: ¡°Sin entusiasmo¡±. Es m¨¢s: el d¨ªa en que lo supo le dio una migra?a. Con esas premisas, la gala que pudo ser un desastre qued¨® muy por encima de las expectativas. Y, desde luego, mantuvo al p¨²blico bien despierto. Todo un ¨¦xito. Y m¨¢s a¨²n para Kimmel: el presentador es narcol¨¦ptico.
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