La iglesia de los arcos dorados

Las pel¨ªculas se comunican entre s¨ª de maneras extra?as. En un flashback de El fundador, biopic dedicado a la figura de Ray Kroc, el hombre que transform¨® la marca McDonald¡¯s en imperio global de la comida r¨¢pida, se ilustra el secreto del ¨¦xito del restaurante original: el director John Lee Hancock recoge en plano cenital los movimientos de un grupo de j¨®venes sobre un esquema de la estructura del local, trazado en tiza sobre la superficie de una cancha deportiva. Probablemente sin querer, la imagen activa el recuerdo de otro universo trazado en tiza sobre el suelo e inmortalizado en plano cenital: la visi¨®n a¨¦rea de ese Dogville que Lars von Trier propuso como insidiosa reducci¨®n a escala del alma americana. Y ah¨ª el espectador puede caer en la cuenta de que este di¨¢logo inconsciente entre dos pel¨ªculas tan distintas ¨Ce incluso enfrentadas- no podr¨ªa ser m¨¢s significativo, porque, en el fondo, de lo que tratan ambos trabajos es precisamente de eso: de la moral y las contradicciones de una naci¨®n levantada en tierra de nadie sin una Historia previa que refutar o de la que partir.

La figura de Kroc podr¨ªa ser merecedora de una disecci¨®n implacable como la que Paul Thomas Anderson dedic¨® a un trasunto del fundador de la Cienciolog¨ªa en la extraordinaria The Master (2012), pero John Lee Hancock opta por un camino aparentemente m¨¢s manso y conciliador que genera una interesante fricci¨®n entre forma y fondo: El fundador es, a primera vista, un biopic convencional sobre un visionario americano que, como el Tucker (1988) de Coppola, admitir¨ªa el subt¨ªtulo de ¡°Un hombre y su sue?o¡±. En realidad, es la historia de un c¨ªnico depredador, el pervertidor del sue?o inocente de dos hermanos ingenuos (uno de ellos, un sensacional John Carroll Lynch como rostro de una bovina bondad americana) que intentaron contrarrestar, con rapidez y esp¨ªritu familiar, la ca¨®tica deriva de esos dinners que se apropi¨® la cultura adolescente. Kroc sublim¨® la idea en una suerte de nueva religi¨®n del consumo. Tras haber hablado de Walt Disney en su anterior pel¨ªcula, Hancock parece tener un plan.